La Casa de la Independencia, envuelta en una polémica por su nuevo director
Asociaciones académicas se pronunciaron en contra del nombramiento del abogado José María Posse en el cargo que ocupaba la historiadora Cecilia Guerra Orozco
Siguen las críticas en el área de Cultura por los cambios de directores en los museos nacionales. Tras la designación del abogado y escritor tucumano José María Posse como director del Museo Casa Histórica de la Independencia, de San Miguel de Tucumán, que reemplaza a la historiadora y profesora Cecilia Guerra Orozco, especialista en los procesos de independencia iberoamericana, varias voces se manifestaron en contra de Posse y denunciaron que el nombramiento es un “favor político” del Gobierno a uno de sus aliados, el legislador provincial Ricardo Bussi. Guerra se enteró de que había sido desplazada del cargo por una noticia publicada el miércoles en el diario tucumano La Gaceta y la designación de Posse fue confirmada a este diario por autoridades de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Posse había viajado el martes pasado a Buenos Aires para presentar en la Cámara de Senadores el proyecto que busca declarar héroe nacional al exgobernador y caudillo tucumano Bernabé Aráoz (1776-1824). Luego se reunió con funcionarios de la Secretaría de Cultura, quienes le ofrecieron el cargo de director hasta que se lleve a cabo el nuevo concurso. Aunque elogió la gestión de Guerra, el nuevo director anticipó que haría cambios en el guion museográfico.
Para muchos historiadores, académicos y estudiantes universitarios, que expresaron sus puntos de vista críticos en comunicados y redes sociales, el procedimiento llevado a cabo por los funcionarios nacionales no es correcto. Si bien el concurso estaba vencido, Guerra había solicitado una prórroga y el expediente seguía el circuito administrativo para la firma. Trascendió que a la historiadora, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, le habían informado que continuaría en el cargo. Sus evaluaciones, tanto durante el gobierno de Cambiemos como el del Frente de Todos, habían sido positivas. Por el cumplimiento de los requisitos de formación e idoneidad, tuvo incluso un ascenso en la carrera administrativa.
Fuentes consultadas por la nacion indicaron que el procedimiento adecuado hubiera sido dictar una resolución que estableciera la “no continuidad” de Guerra en el cargo por motivos justificados y luego nombrar en forma interina a un director hasta el nuevo concurso. Sin embargo, desde el área de Patrimonio de la Secretaría de Cultura, respondieron que el procedimiento había sido correcto y que el concurso de Guerra estaba vencido. Respecto de las críticas, dijeron que la comunidad tenía derecho a manifestarse. Y así fue.
Alumnos y egresados de la carrera de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) criticaron la “designación arbitraria” de Posse y expresaron su preocupación por el desplazamiento de Guerra. “Es importante destacar que su nombramiento fue el resultado de un proceso riguroso de selección legítima, a través de un concurso público –se lee en el comunicado–. El fundamento de esta injusta decisión se basó íntegramente en la influencia política de Ricardo Bussi, exdiputado nacional y actual legislador de la provincia de Tucumán, hijo del represor Domingo Antonio Bussi”.
El Comité Académico de la Maestría en Museología de la UNT se expresó en el misma sentido, al sostener que los cargos de gestión de los museos debían ser cubiertos por concurso, “para garantizar el profesionalismo que la museología argentina se merece”. “Seguir designando gente en los cargos de dirección que no tiene capacitación específica sería retroceder en la museología argentina, restableciendo prácticas que parecían haber quedado superadas”, señalan. Por el momento, ni Guerra ni Posse respondieron las consultas de este diario.