LA NACION

STEPHEN FREARS: “NADA FUNCIONA EN INGLATERRA”

CÉLEBRE RETRATISTA DEL PODER, EL DIRECTOR BRITÁNICO HABLA DE LA SERIE EL RÉGIMEN Y CRITICA LA ACTUALIDAD DE SU PAÍS

- — texto de Laura Ventura —

Los naranjos en flor se asoman hasta el segundo piso del hotel. Detrás de un ventanal se encuentra sentado Stephen Frears. En la última semana el director inglés durmió en Londres, Nueva York, Viena y hoy ha amanecido en Andalucía. El Hay Festival Sevilla es la última posta de su periplo de presentaci­ón de El régimen (disponible en Max), la serie protagoniz­ada por Kate Winslet. Hombre de pocas palabras, sí se detiene a enumerar las virtudes de la actriz que ha compuesto a la poliédrica Elena Lenny Vernham, una rocamboles­ca líder populista de un país (ficticio) de Europa Central. Además, Winslet ha oficiado como productora de esta serie de seis episodios: “Kate es una mujer muy fuerte, no podés hacer una película con ella sin pedirle su opinión. Es muy poderosa, muy inteligent­e”. Winslet le ha brindado a la criatura que compone un tic, un desplazami­ento en la boca que sorprendió hasta el mismísimo Frears, quien confiesa haber visto todas sus películas: “El otro día en la rueda de prensa lo volvió a hacer. Le pedí que la cortara porque es irritante. También sé que sus hijos se lo han pedido. No sé de dónde lo sacó, pero lo sacó y es brillante”. Frears responde sin contar historias, con escuetas

afirmacion­es, porque para historias están sus películas: “El problema que tengo es que respondo a las preguntas que me hacen”. –¿En qué ha cambiado su expresión como artista y realizador en estos 40 años de trayectori­a?

–No tengo ni la menor idea. Oh, ahí está Hans, mirá [señala la TV en el salón del hotel, donde se ve a Hans Zimmer, el compositor de la música de su primera película, Ropa limpia,

negocios sucios, protagoniz­ada por Daniel Day Lewis, basada en una novela de Hanif Kureishi]. –Pero, ¿tiene los mismos desafíos, las mismas búsquedas y obsesiones?

–Busco siempre algo interesant­e, que sea nuevo y fresco. Hoy no podría hacer Ropa limpia, negocios sucios porque soy muy viejo. –También más sabio.

–En esa película todos los elementos eran sabios. No siempre ha habido sabiduría en mis películas, pero allí, sí. –Hacía poco se había despenaliz­ado la homosexual­idad en Inglaterra [1982]. Esta película retrata una historia de amor entre dos hombres. No había películas que narraran estos vínculos.

–¿Sabés? A mí me parecía algo muy normal, conocía todo ese mundo desde hacía 20 años. Lo sabía porque había trabajado durante años en el Royal Court y allí sí había más libertad. –Ha trabajado con grandes actri

ces donde son ellas las protagonis­tas. ¿Busca heroínas o líderes mujeres?

–No busco estas historias. Llegan a mí y reacciono. –Últimament­e ha estado trabajando mucho para televisión. ¿Qué encuentra en la TV?

–Allí tienen todo el dinero. Cuando hice el programa sobre Jeremy Thorpe [A Very English Scandal] pensé que si hubiésemos contado esta historia en una película habría que haber explicado más cosas, pero fue una bendición inesperada poder tener tres episodios para desarrolla­r la trama.

–¿Está bien llamar a El régimen una sátira?

–Sí y también diría que es un melodrama.

–¿Cuánto ensaya las escenas con los actores?

–No lo hago. Llegamos al set, prendemos la cámara y ya está. A veces has pensado en una toma y tienes esa idea y la llevas a cabo. Es simple. Puedo escuchar cuando un actor está diciendo bien su texto.

–¿Trabaja con los autores en el set?

–Sí, me gusta estar con ellos en el set para decirles: “Aquí hay un problema”.

–¿Lee las críticas de su trabajo?

–Intento no leer las críticas. Kate me ha dicho que las de El régimen son muy buenas. Cuando me reúno con periodista­s me dicen cosas interesant­es en las que nunca había pensado. Mi inspiració­n viene de ver películas, cuadros, de leer el diario, de hablar con mis amigos.

–Cuando ve series o películas ¿puede convertirs­e en un espectador común?

–Lo intento. Pero quizá falle, porque no me pareció interesant­e Oppenheime­r… ni Maestro, y fueron películas muy exitosas.

–Oppenheime­r es una película que quizás esté cerca de los mundos que usted que crea, donde emerge el poder, la política, la fragilidad. ¿Qué es lo que no le gustó del film de Christophe­r Nolan?

–Creo que el director es bueno para crear excitación, pero no es buena la narración de la película. Siempre me ha interesado ese hombre. Siempre me he preguntado por qué Roosevelt lo hizo cabeza del Proyecto Manhattan y nunca pude encontrar una respuesta. Aquí tampoco aparece una respuesta.

“Hemos sobrevivid­o”, resume. Se refiere al extenso viaje de realizació­n de

El régimen, una serie que no tendrá una segunda temporada y que fue filmada en Viena y en Inglaterra. “Hacer películas es un proceso delicado, estás intentando decir algo junto con mucha otra gente, intentás llegar a un sitio. Son viajes muy largos, con obstáculos”. Pocas actividade­s lo alejan de sus obsesiones creativas, como seguir de cerca la liga de fútbol inglés, en especial al Arsenal. La próxima odisea que emprenderá será una película que narrará los últimos años de vida del gran director Billy Wilder y su labor de creación de Fedora (1976), con Marthe Keller.

Frears nació en Inglaterra en 1941 y está casado con la artista plástica Anne Rothenstei­n. “Todas las mujeres de mi vida tienen carácter, tienen una voz”. Judi Dench, Helen Mirren, Glenn Close, Meryl Streep, Julia Roberts, Anjelica Huston, Michelle Pfeiffer, Uma Thurman y Annette Bening son algunas de sus actrices. Hugh Grant John Malkovich y Daniel Day-lewis se destacan entre los intérprete­s de su extensa carrera. –¿Cree que las democracia­s están

en peligro en la actualidad?

–Sí. Si gana Donald Trump la democracia estará en peligro en los Estados Unidos, y también Vladimir Putin la hace peligrar. Hay otros más en el mundo, como Viktor Orbán.

–¿Cómo analiza la situación política y económica de Inglaterra tras la muerte de la Reina Isabel II, tras el Brexit?

–Las cosas están muy muy mal en Inglaterra. Este gobierno ridículo no se quiere marchar y no quieren convocar a elecciones, así que debemos esperar otros seis meses para que este trágico hombre, este primer ministro se marche. Todo es un caos. Nada funciona en Inglaterra, ni los trenes ni los hospitales.

–¿Cree que la situación actual en Inglaterra solo puede ser abordada desde una sátira?

–La cosa está bastante fatal, ¿no? Pero creo que estamos a punto de tener un cambio y las cosas van a estar mejor.

–¿En qué manera los políticos se parecen a los actores?

–No tengo ni idea. Tony Blair quiso ser actor… Para mí, antes que actores, los políticos son como managers de equipos de fútbol.

–¿Porque lidian con fanáticos y tienen todo el poder sobre sus jugadores?

–Sí, por ejemplo.

–Sin mencionar a los barrabrava­s.

–Claro, hay equipos más complejos.

–Decía para el estreno de esta serie que el sexo y la clase social son dos obsesiones de los ingleses.

–Sí. Bueno… no sé cuán importante sea el sexo para Rishi Sunak [primer ministro].

–¿Sigue siendo Inglaterra un país conservado­r?

–Sí. Los conservado­res son también gente muy aburrida. Bueno, aunque Clement Attle, el mejor primer ministro de mi vida, era un hombre modesto, tranquilo. Lo que ha pasado en Inglaterra en los últimos 10 años ha sido sorprenden­te.

–Hubo una generación de artistas llamada Angry Young Men en Inglaterra que se animaron a disparar contra el poder. ¿Tuvieron una influencia en usted?

–Sí, mucha. Me crie leyendo sus libros, veía sus películas. Tenían que cambiar el país después de la Segunda Guerra Mundial.

–Tiene una formación como abogado. ¿Qué le ha brindado esos estudios, aunque nunca haya ejercido la carrera? ¿Acude a su conocimien­to en ocasiones?

–Bueno, leo leyes. Era mal alumno, me enseñaban de modo muy aburrido. Después conocí abogados que eran muy inteligent­es. No podían zanjar la distancia entre la academia y la vida real.

–¿Es el poder el gran tema de su obra?

–Puede ser. Me lo han dicho.

–¿Pensó en alguna líder para crear la historia de El régimen?

–Bueno, Meloni no se parece a ella. Marie Le Pen no se parece a ella, pero sí Ceaușescu y Putin. Le sacamos un poco a todos.

–Mary Beard, la historiado­ra inglesa, sostiene que las mujeres son retratadas como monstruos cuando llegan al poder. ¿Está de acuerdo? ¿Cree que aún hoy hay machismo en la política?

–Creo que a su modo Margaret Thatcher era un monstruo, ¿no? También Isabel I lo debe haber sido. Isabel II quizás era particular­mente monstruosa, aunque se la veía muy bien lidiando con el poder. Pero, ¿sabes quién es un monstruo? Él (señala a la TV donde hay un primer plano de Putin).

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Kate Winslet interpreta en El régimen (estrenada en Max) a la líder populista de un país (ficticio) de Europa Central
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cine, fútbol y política Nacido en Leicester en 1941, Frears logró reconocimi­ento internacio­nal con Ropa limpia, negocios sucios (1985) y Alta fidelidad (2000), entre otras, no cree en los ensayos, es fan del Arsenal FC y dice que los políticos son como “managers de equipos de fútbol”
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fotos: gentileza puertas adentro Si en Relaciones peligrosas (1988), el director expuso la intimidad y perversida­d de nobles y marquesas del siglo XVIII, en La reina (2006) y A Very English Scandal (serie estrenada en 2018) se metió con poderosos reales como Isabel II y el líder liberal Jeremy Thorpe
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