Los israelíes recuperan la seguridad y el país levanta la imagen golpeada en Gaza
El sábado por la noche, mientras los misiles iraníes sobrevolaban sus cabezas, millones de israelíes y de habitantes de esa convulsionada región contuvieron el aliento durante horas.
Ayer por la mañana, cuando despertaron, los israelíes descubrieron que su país había salido mayormente ileso y con un reforzado apoyo internacional, tras meses de aislamiento en la escena global. El pesadillesco escenario del que el gobierno de Israel venía advirtiendo hace tiempo –un ataque directo de Irán– fue la demostración pública de la existencia de una coalición regional y de los sistemas de defensa de última generación construidos para repeler sus ataques.
Israel aprovechó su sofisticada tecnología de defensa aérea y su red de aliados antiIrán, dando a sus fuerzas libertad operativa sobre grandes extensiones del espacio aéreo de Medio Oriente. Como resultado, según fuentes militares de Israel, la mayoría de los misiles y drones iraníes fueron interceptados fuera del territorio israelí.
Hasta Jordania, uno de los países que más ferozmente critican la guerra de Israel en Gaza, cerró su espacio aéreo y “ayudó en el proceso de intercepción”, permitiendo a Israel y sus aliados derribar el 99% de las armas iraníes, apunta Yoel Guzansky, exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional de Israel y actual miembro del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional.
“Nunca en la historia de la guerra se llevó a cabo una operación de este tipo, con tanta coordinación internacional, todos respondiendo al Centcom –el Comando Central de Estados Unidos–, y con misiles provenientes de tantos lugares a la vez, no solo de Irán”, sino también cohetes de Hezbollah en el Líbano y drones y misiles crucero disparados desde Yemen e Irak, señala Guzansky.
La alianza regional liderada por Estados Unidos “demostró su valía en tiempo real”, dijo el contralmirante Daniel Hagari, vocero militar israelí. “Demostró que puede hacer frente a Irán”.
Respuesta diplomática
En declaraciones de anteanoche, el presidente Biden destacó el desplazamiento de aviones y destructores balísticos antimisiles estadounidenses hacia la región durante la semana pasada, lo que “ayudó a Israel a derribar casi todos los drones y misiles entrantes”, señaló el mandatario norteamericano.
El gobierno de Irán se ocupó de dejar en claro que, en su opinión, la cuenta estaba saldada. “El asunto puede darse por terminado”, publicó la delegación del país ante las Naciones Unidas, aunque advirtió: si Israel “comete otro error, la respuesta de Irán será considerablemente más dura”. Por el contrario, Israel dijo ayer que la situación “sigue en marcha”: la pregunta es cómo, y dónde, piensa responder.
Israel y sus aliados evaluaron los hechos como una “victoria”, apunta Michael Horowitz, jefe de inteligencia de la consultora de riesgos Le Beck International, y agrega que Tel Aviv logró recuperar cierta legitimidad internacional, evitando al mismo tiempo daños graves en el terreno. “El resultado importa... pero también la intención, y la intención era muy clara: no un ataque simbólico, planeado para fracasar, sino un ataque sostenido y diseñado para alcanzar realmente sus objetivos dentro de Israel”, señala Horowitz.
Bajo el liderazgo de Estados Unidos, señaló Hagari, en los últimos seis meses el Ejército de Israel intensificó su colaboración con Francia, Gran Bretaña y con otros Estados regionales cuyos nombres dijo no estar en libertad de revelar, probablemente en referencia a Jordania y otros países árabes que vienen reforzando sigilosamente sus lazos de seguridad con Israel desde hace tiempo, por más que intentan contener la creciente indignación de la opinión pública interna por la guerra en Gaza.
El éxito de las defensas aéreas de Israel le da tiempo al gobierno de Tel Aviv para formular una “estrategia inteligente y de largo plazo” y no tener que reaccionar “con ira y bajo coacción”, señala Jonathan Conricus, de la Foundation for Defense of Democracies.
“Lo interceptamos, frustramos el ataque. Juntos ganaremos”, posteó en X el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una declaración que llamó la atención de los analistas tanto por su brevedad como por su tono mesurado.
“La declaración del primer ministro fue realmente muy sucinta, algo que no suele ocurrir”, apunta Miri Eisin, ex alto oficial de inteligencia del Ejército israelí. “No dijo: ‘Ahora vamos a destruir Irán’”.
La duda sigue siendo si Netanyahu podrá resistir la presión de los socios de ultraderecha de su coalición de gobierno, que reclaman una escalada contra Teherán.
“Ahora Israel ha recuperado la simpatía de otros países. Si es capaz de aprovecharlo diplomáticamente, eso puede servirle mucho a Netanyahu”, señala un israelí del entorno del primer ministro, que pide no revelar su nombre para referirse a discusiones reservadas. “Por otro lado, si no ataca a Irán, tendrá problemas con algunos en el seno de su propio gabinete”.
Estados Unidos y otros aliados que desempeñaron un papel importante en la operación defensiva ahora presionan para que haya moderación. “Y también están los norteamericanos y todos los demás que le dicen: ‘Ya pasó, no hubo grandes daños que lamentar, y estuvimos ahí para ayudarte; así que ahora es tu turno de hacernos caso’”, señala la misma fuente.
En cuestión de horas, Israel pareció recuperar gran parte de su imagen en la comunidad internacional, una imagen que venía muy manchada por el número de muertes civiles en Gaza y sus restricciones a la entrega de ayuda humanitaria.
El general israelí retirado Noam Tibon dice que el ataque iraní hizo posible un “reseteo” de Israel en dos frentes: en Gaza, donde enfrentaba creciente presión nacional e internacional para acordar un alto el fuego, y en su frontera norte con el Líbano, donde Israel viene intercambiando disparos casi a diario con Hezbollah.
“Es la primera victoria clara de Israel en esta guerra”, dice Tibon. “Ahora Occidente nos ayuda y está con nosotros, pero si Israel no tiene cuidado, todo eso puede revertirse, tal como ocurrió en Gaza”.
“Los iraníes tienen que pagar algún precio por lo que hicieron”, advierte Yossi kuperwasser, exjefe de investigaciones de la inteligencia militar israelí. “Que sea oportuno o no, en este caso, no hace a la esencia del asunto”. Sin embargo, agrega kuperwasser, “es muy importante actuar en coordinación con Estados Unidos, y que ese país apruebe y apoye las represalias”.
Eisin agrega que el desempeño militar nocturno de Israel redimió a las FDI de las fallas de inteligencia y seguridad del 7 de octubre, cuando el Ejército no anticipó el ataque liderado por Hamas y tardó en responder a la masacre que tenía lugar en todo el sur de Israel. Durante el ataque del sábado, “casi nada llegó al suelo, y ese es un logro que aumenta nuestra sensación de seguridad”, dice Eisin. “Y es lo que necesitamos, porque esto todavía no terminó”.ß