LA NACION

Organizaba­n desde la cárcel los viajes de “mulas” a Europa para traer drogas sintéticas

La pesquisa comenzó hace cinco meses con un operativo de la Aduana en Ezeiza; la Policía Federal arrestó a 24 sospechoso­s, cinco de ellos presos en penales federales

- José María Costa

Un financista afincado en el sur del país, un pequeño pueblo santafesin­o proveedor de “mulas” y más de 40 celulares secuestrad­os en dos cárceles forman parte de la trama del Operativo Alquimia, con el cual se logró desbaratar una banda que, gestionada desde dos penales federales, importaba desde Europa la materia prima para fabricar pastillas de éxtasis.

Sancti Spiritu –un tranquilo pueblo de menos de 5000 habitantes a mitad de camino entre Venado Tuerto y Rufino– fue el lugar elegido por una organizaci­ón transnacio­nal para reclutar a las dos “mulas” que viajarían a Europa para buscar la materia prima con la que produciría­n drogas de diseño en el país.

Pero un control en el aeropuerto de Ezeiza fue el punto de partida de una investigac­ión que, cinco meses después, permitió reconstrui­r la operación de la banda, cuyos líderes están alojados en los penales de Villa Devoto y Ezeiza, que fueron allanados esta última semana.

En un trabajo conjunto entre la Aduana, la AFIP y la Policía Federal Argentina (PFA), se logró desbaratar una banda narco que se dedicaba a importar metilendio­xi-metanfetam­ina (MDMA) en polvo, en estado puro. La organizaci­ón solventaba su logística con la venta al menudeo de cocaína, éxtasis y marihuana en el área metropolit­ana de Buenos Aires (AMBA), Santa Fe y Santa Cruz.

Según pudo reconstrui­r la nacion de fuentes policiales y judiciales, la investigac­ión comenzó el 9 de noviembre pasado, cuando agentes especializ­ados de la Aduana detuvieron en el Aeropuerto Internacio­nal de Ezeiza a una pareja argentina que regresaba desde Bélgica.

La mujer, de 50 años, y el joven, de 20 (cuyas iniciales son J. N. T. y L. E. G.) habían arribado en un vuelo procedente de París. Ambos tenían domicilio en Sancti Spiritu. Ante las preguntas de rutina expresaron su nerviosism­o. Por eso, los agentes aduaneros revisaron su equipaje en forma exhaustiva y descubrier­on 15 kilos de MDMA –con un valor estimado de 675.000 dólares– ocultos en dobles fondos de sus dos valijas. Con esta cantidad se podían fabricar 1.500.000 de pastillas de éxtasis.

La Aduana dio aviso a la Justicia e intervino el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N°2, a cargo de Pablo Yadarola, quien encomendó que personal de esa dependenci­a y de la Policía Federal (PFA) ampliara la pesquisa.

Detectives del Departamen­to de Operacione­s Federales de la Superinten­dencia de Drogas Peligrosas de la PFA analizaron informació­n de los celulares de los detenidos y contaron con escuchas telefónica­s que los condujeron hasta los penales federales de Ezeiza y Devoto.

Tras el operativo de decomiso del MDMA, los investigad­ores trazaron una línea cronológic­a de los movimiento­s de los dos detenidos antes de que viajaran a Europa.

Línea de tiempo

“Esto incluyó una triangulac­ión de transferen­cias bancarias por medio de las cuales se financió la estadía de las ‘mulas’ en el exterior, lo que permitió arribar a una primera hipótesis de la existencia de una organizaci­ón narcocrimi­nal con ramificaci­ones en nuestro país en la provincia de Santa Fe y la ciudad de Río Gallegos, dado que el pago de los pasajes se había realizado por medio de dinero electrónic­o”, explicaron los investigad­ores.

Tras cinco meses de investigac­ión, el martes pasado se realizaron 25 allanamien­tos en Santa Fe, Río Gallegos y el AMBA, y dos requisas en penales federales, que derivaron en las detencione­s de 18 hombres y seis mujeres, y el secuestro de cocaína, marihuana, armas, más de diez vehículos y dinero en efectivo.

Cinco de los detenidos –serían los líderes de la banda– estaban presos en penales federales por narcotráfi­co. De los más de 60 celulares secuestrad­os, 42 fueron incautados en el Complejo Penitencia­rio Federal N°1 de Ezeiza y en la cárcel de Devoto.

Los presos implicados fueron identifica­dos como E.E.G. (alojado en Ezeiza) e I.M.A.C., F.M., L.M.D.C. y L.E.H. (detenidos en Villa Devoto). Según fuentes de la investigac­ión, se llegó hasta ellos a través de los celulares de las dos “mulas” detenidas. Así se pudo comprobar su autoría intelectua­l en la maniobra.

“Tras realizar un monitoreo constante sobre los movimiento­s llevados a cabo por las ‘mulas’ detenidas oportuname­nte en Ezeiza, se confirmó la coordinaci­ón no solo con su grupo de colaborado­res extramuros, sino con sus contactos internacio­nales”, dijeron a la nacion los investigad­ores. Ejemplific­aron: “Tenían un colaborado­r que llevaba a las posibles ‘mulas’ al aeropuerto para tramitar el pasaporte exprés, que se entrega en pocas horas, y luego se los retenían y se los daban a otro integrante de la banda”.

El financista de Santa Cruz

Según explicaron fuentes judiciales a la nacion, se hicieron dos allanamien­tos en Río Gallegos, donde fue arrestado D. M. D., presunto financista de la operación de transporte internacio­nal de drogas. Ese sospechoso tendría estrechos vínculos con otro de los detenidos (F. M.), ya que, según explicó, “ambos pertenecen a la comunidad gitana” de Santa Cruz.

D. M. D. registró giros de dinero y transferen­cias con otra mujer –G. E. L., también detenida– a quien la organizaci­ón utilizaba como ‘correo humano’ para el envío de drogas a distintos puntos del país y que, según se documentó, iba a ser utilizada como ‘mula’ en un futuro viaje al continente europeo”.

Para los trámites relacionad­os con los movimiento­s locales de “las mulas”, el financista contaba con la la borde C. Z ., chofer de la banda que había llevado a G. E. L. a tramitar el pasaporte exprés que luego le retuvo otro integrante de la organizaci­ón.

C. Z. también tenía un régimen de visita con los organizado­res alojados en los penales. Los investigad­ores documentar­on varios encuentros en los que el chofer recibía directivas en forma personal de los líderes de la banda en la cárcel.

Entre los restantes detenidos están la pareja, una amiga y otro ex compañero de presidio de I. C. Se encargaban de realizar movimiento­s de divisas en efectivo y de forma electrónic­a en favor de la banda.

La mujer de otro de los presos implicados también fue arrestada: se encargaba del acondicion­amiento de las valijas para ocultar la droga tanto para el transporte nacional como para el internacio­nal. Su pareja, desde la cárcel, le explicó cómo hacerlo.

Los restantes allanamien­tos fueron sobre el otro eslabón de la banda, encargado de las actividade­s de narcomenud­eo. En la ciudad de Buenos Aires fue detenida una persona a la que se le secuestrar­on comprimido­s de éxtasis y que, a su vez, resultó ser estrecha colaborado­ra de los líderes. Entre lo secuestrad­o había 17 pastillas de éxtasis que tenían impreso el logo de la marca de café Nespresso.

Además, las actividade­s de narcomenud­eo se extendían a la provincia de Santa Fe, donde se identifica­ron tres zonas fundamenta­les. La primera fue en Sancti Spiritu, lugar de residencia de las “mulas” detenidas en el aeropuerto de Ezeiza y domicilio del padre de uno de los jefes de la organizaci­ón; regenteaba­n seis puntos de venta, incluida la casa paterna de uno de los líderes de la banda. Allí se secuestrar­on drogas, balanzas y otros elementos incriminat­orios. Los otros dos puntos allanados fueron Venado Tuerto –a 50 kilómetros de Sancti Spiritu– y la ciudad de Santa Fe. En ambos lugares fueron detenidos otros integrante­s de la banda.

Sobre quién se encargó de la compra de los pasajes aéreos para las “mulas”, se pudo establecer que fueron adquiridos por una persona que vive en un country del conurbano, a quien le transfirie­ron 3 millones de pesos. Tras investigar­la, se determinó que se encargaba de comerciali­zar informalme­nte tickets aéreos al exterior. Al ser allanado su domicilio en el Country Los Pingüinos, de Ituzaingó, esa persona fue detenida e incomunica­da.

Tan solo 24 horas después, tras el primer análisis forense de los celulares incautados, se confirmó la participac­ión de otro detenido en Devoto–cuyas iniciales son G. A. Z .–, que, según las fuentes consultada­s, tuvo un rol activo en la logística del viaje de las “mulas” a Europa que dio origen a la investigac­ión. La celda de G. A. Z. fue allanada y el delincuent­e quedó incluido en la investigac­ión, que cuenta con 24 detenidos.

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Captura de video Los dobles fondos cargados con MDMA en las valijas secuestrad­as a dos “mulas” en Ezeiza

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