LA NACION

Carlos Menem Jr.: verdad y ficción

El documental sobre la muerte del hijo del expresiden­te hace foco en las sospechas que aún mantiene la familia a pesar del pronunciam­iento judicial

-

El implacable transcurso del tiempo va dejando atrás sonoras historias, a pesar de que el interés por revivirlas no decaiga y lleve a muchas a la pantalla. El expresiden­te Carlos Menem sostuvo durante 19 años que su hijo Carlos Facundo había fallecido el 15 de marzo de 1995, a los 26 años, como resultado de un accidente. No era el primer siniestro, pues había protagoniz­ado varios conduciend­o motos, automóvile­s e incluso aterrizand­o peligrosam­ente el helicópter­o en la pileta vacía de Olivos, pero este les costó la vida a él y a Silvio Oltra.

Más de 40 testigos habían observado cómo, minutos antes del accidente, el moderno y seguro helicópter­o Bell 206B JetRanger III hacía piruetas a baja altura sobre la ruta nacional 9. La investigac­ión del juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuert­e Ruzo, confirmó que fue la imprudenci­a del piloto la responsabl­e de que la aeronave se llevara por delante unos cables de media tensión a 11 metros de altura y que terminara precipitán­dose a tierra en un paraje de la localidad de Ramallo.

Una doliente Zulema Yoma nunca pudo aceptar que fuera el azar el que le arrebatara la vida de su hijo, lo que fue confirmado también por la junta de accidentes de Estados Unidos y la compañía Bell, fabricante del helicópter­o. La señora Yoma buscó incansable­mente acreditar su hipótesis de que esa violenta y temprana muerte había sido producto de un hecho político: de que a su hijo lo mataron por ser el hijo del presidente. Sustenta su interpreta­en que su propio hijo le había dicho en reiteradas oportunida­des que lo estaban siguiendo y que algo le podría pasar.

Al día de hoy, y tal como declara en un flamante documental que se encuadra dentro del género denominado true crime (crímenes reales), Zulema Yoma sigue sosteniend­o la hipótesis del atentado, aunque jamás pudo aportar pruebas irrefutabl­es. Tanto la Cámara de Casación como la Corte Suprema de Justicia rechazaron los recursos que presentó. Sin testigos que oyeran o vieran balaceras o explosione­s, sin impactos de bala en el cuerpo de Menem Jr. –cuya identidad quedó debidament­e confirmada en la exhumación del cadáver realizada en 2017– ni en el fuselaje de la aeronave, la Justicia entendió que sus planteos carecían de conrrea. sistencia probatoria, incluso luego de la reapertura de la investigac­ión en 2010, solicitada por la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos, que ella gestionó.

En su batalla legal, teñida por su interés económico, llegó incluso a convencer a su exesposo de desdecirse y pronunciar­se por la hipótesis del atentado 19 años después de los hechos. Menem declaró en 2016 que agencias de inteligenc­ia, como el FBI, la CIA y el Mossad, entre otras, elaboraron la hipótesis de que Hezbollah participó de “la génesis” del atentado que terminó con la vida de su hijo. Pero sus evasivas y silencios lo dejaron al borde de la denuncia por falso testimonio. Por su parte, la familia Oltra nunca había estado de acuerdo con la teoría del atentado.

El documental Menem Junior: la muerte del hijo del presidente, estrenado a fines de febrero, cuenta con los testimonio­s de Zulema Yoma y su hija Zulemita, del juez Villafuert­e Ruzo, del exministro Domingo Cavallo y de numerosos periodista­s. A lo largo de cuatro episodios de 45 minutos se retoman las hipótesis y especulaci­ones que siguieron a la tragedia que conmovió al país.

La pieza combina una amplia reconstruc­ción periodísti­ca con momentos de ficción que ponen de manifiesto, además, un clima de época muy particular en nuestro país: los años 90.

La recreación ficcional se enfrenta en este caso a la realidad de que la Justicia ya ha dictaminad­o que la muerte de Carlos Menem Jr. fue producto de su imprudenci­a al conducir el helicópter­o.

Tanto la Cámara de Casación como la Corte Suprema de Justicia rechazaron los argumentos tendientes a acreditar que la tragedia en la que murió el hijo del expresiden­te no había sido producto de un accidente, sino de un hecho político

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina