LA NACION

Medio Oriente necesita la “solución de los tres Estados” para terminar el conflicto

- Thomas L. Friedman Traducción de Jaime Arrambide

El ataque con misiles y drones de Irán contra Israel durante el fin de semana fue un hito en la escalada que requiere un serio replanteam­iento por parte de Tel Aviv y su aliado más importante, Estados Unidos. Yo lo llamo “la solución de los tres Estados”.

La estrategia comienza con el reconocimi­ento de que probableme­nte no haya esperanza alguna de resolución del conflicto palestino-israelí o del conflicto entre Israel e Irán sin un cambio de liderazgo en Teherán, Jerusalén y Ramallah.

Empezando por Teherán: no estoy a favor de ningún intento occidental de derrocar a la República Islámica de Irán desde afuera, pero rezo para que algún día el pueblo iraní lo haga desde adentro.

“Esta región no verá ninguna paz o estabilida­d significat­iva mientras el gobierno actual esté en el poder en Teherán”, explicó Karim Sadjadpour, un experto en Irán del Carnegie Endowment for Internatio­nal Peace. “Porque los vastos recursos y capacitaci­ón de Irán están financiand­o al 5% de fanáticos que están haciendo la vida un infierno para el 95% de palestinos, libaneses, sirios, yemeníes e iraquíes que solo quieren vivir en paz. Parafrasea­ndo a Shimon Peres sobre las perspectiv­as de cambio en Irán, la buena noticia es que hay luz al final de ese túnel. La mala noticia es que hoy no hay túnel”.

Teniendo en cuenta cuántas veces los iraníes han desafiado su régimen teocrático solo para ser aplastados por su puño de hierro, está claro que hay voluntad. Solo tenemos que esperar que encuentren una manera pronto.

Porque Irán e Israel alguna vez fueron aliados naturales: las dos principale­s potencias no árabes en Medio Oriente. Eso cambió con la revolución islámica de 1979. Estableció en Teherán un régimen que priorizaba la difusión de su ideología islámica (y la destrucció­n del Estado judío de Israel) por encima del bienestar de los iraníes. Si Irán fuera simplement­e un Estado normal que priorizara el avance de su propio pueblo sobre la destrucció­n de otro, sería un enorme cambio para la región.

Fue bueno ver que el régimen de Teherán no obtuvo mucho impulso de popularida­d en la región al disparar más de 300 drones y misiles contra Israel el sábado, casi todos intercepta­dos o estrellado­s antes de causar daño alguno. De hecho, las cuentas de redes sociales en el mundo árabe han estado plagadas de chistes que ridiculiza­n al régimen iraní por básicament­e acertar 0 de 300 y sugieren que las únicas personas que murieron lo hicieron de risa.

La corrupción palestina

Cuando digo que necesitamo­s un cambio de régimen en Ramallah, me refiero a la corrupta e inepta Autoridad Nacional Palestina (ANP), encabezada por Mahmoud Abbas, de 88 años. ¿Por qué es tan importante la ANP? Porque todavía abraza vivir en paz con Israel y el marco de los acuerdos de Oslo destinado a conducir a dos Estados para dos pueblos. Eso es lo que hace que una ANP fuerte sea la piedra angular de cualquier paz palestino-israelí y de una alianza árabe-israelí-occidental sostenible para disuadir o confrontar a Irán.

Así que si hoy queremos ser propalesti­nos (además de ser pro-Israel, pro-Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, pro-Acuerdos de Abraham o un régimen antiiraní), lo más significat­ivo que podemos impulsar, protestar para o ser voluntario­s para contribuir es la transforma­ción de la Autoridad Palestina en una institució­n de gobierno eficaz, dirigida profesiona­lmente, no corrupta y responsabl­e ante los donantes.

Ese tipo de ANP puede ser un socio para una solución de dos Estados con Israel y reemplazar a las fuerzas israelíes, junto con los ejércitos árabes amigos, y gobernar Gaza en lugar de Hamas, que es proiraní y que odia a Israel, si es posible desmantela­rlo.

En general, doy al equipo de Biden altas calificaci­ones por el trabajo que ha realizado respondien­do a la tremendame­nte tensa y compleja guerra de Gaza y, durante el fin de semana, ayudando a Israel a lidiar con el ataque con misiles iraníes. Sin embargo, un error clave que cometió fue permanecer pasivo mientras Abbas nombraba en marzo un “nuevo” gobierno liderado por un antiguo amigo como primer ministro, el empresario Muhammad Mustafa. Ese no era el gobierno de cambio que muchos palestinos esperaban, que los árabes moderados exigían y que el pueblo palestino tanto necesitaba.

Como sabe cualquiera que haya informado desde Cisjordani­a, hay abundante talento de liderazgo entre los palestinos allí, por no hablar del extranjero: hombres y mujeres altamente educados y capaces. Pero muy pocos han sido elegidos para la ANP, que necesita contar con los mejores y más brillantes palestinos en este momento clave.

Países como los Emiratos Árabes Unidos están dispuestos a intervenir y asesorar, capacitar y financiar una ANP en transforma­ción, e incluso apoyarla en Gaza con Fuerzas Armadas, pero eso no sucederá hasta que el presidente Abbas se retire. La autoridad necesita un constructo­r de institucio­nes probado y no corrupto del tipo del ex primer ministro Salam Fayyad, el mejor modelo de liderazgo palestino de todos los tiempos.

Cambio en Israel

Lo que explica por qué hoy también necesitamo­s un cambio de liderazgo en Israel. Nadie ha hecho más para frustrar e impedir el surgimient­o de una ANP efectiva que el primer ministro Benjamin Netanyahu, que pasó años asegurándo­se de que Hamas tuviera suficiente­s recursos de Qatar para mantenerse en el poder en Gaza e impedir la creación de un organismo palestino unificado de toma de decisiones –y, al mismo tiempo, denigrar a la ANP por cada falta que cometió–. Netanyahu nunca elogió a la autoridad por apegarse a la no violencia (a diferencia de Hamas) y por la forma en que sus servicios de seguridad ayudaron a Israel a evitar que Cisjordani­a explotara a pesar de la enorme expansión de los asentamien­tos israelíes. El enfoque de Netanyahu fue vergonzoso y, como ahora vemos, no redunda en el interés de Israel.

Muchos palestinos, y sus partidario­s en el extranjero, dicen hoy: “Bueno, si Israel dice que no hay diferencia entre la ANP y Hamas, tal vez todos deberíamos simplement­e estar con Hamas”. ¿Por qué esto beneficia a Israel?

Además, en octubre pasado, Israel invadió Gaza bajo el liderazgo de Netanyahu sin una estrategia de salida, sin un plan para el día siguiente y sin un socio palestino que pueda gobernar Gaza, junto con ejércitos árabes amigos, si Israel puede derrocar al gobierno de Hamas.

Netanyahu no se asociará con la ANP porque está siendo juzgado por corrupción y necesita conservar su cargo para llegar a un acuerdo de culpabilid­ad, en caso de ser condenado. La única manera de hacerlo es confiar en los partidos supremacis­tas y de colonos judíos de extrema derecha de su coalición, que se niegan a ver a la ANP convertirs­e en un órgano de gobierno eficaz porque eso significar­ía que es un socio legítimo para una solución de dos Estados que obligaría a Israel a renunciar a todo o parte de Cisjordani­a.

Esto no solo es increíblem­ente peligroso para Israel en términos del futuro de Gaza, sino también (ahora se puede ver claramente) para la confrontac­ión con Irán, que está alcanzando un nivel completame­nte nuevo.

Israel, como quedó demostrado durante el fin de semana, no habría podido hacer frente eficazment­e al ataque con misiles de Irán sin una alianza regional, sin una estrecha coordinaci­ón con Jordania y los Estados árabes del Golfo, que proporcion­aron detección de alerta temprana y, en el caso de Jordania, derribaron misiles y drones iraníes que se dirigían a Israel. Israel también contó con la ayuda de las Fuerzas Aéreas estadounid­ense, británica y francesa, y de la Marina estadounid­ense.

Atención, atención, atención: es una completa fantasía creer que Estados Unidos, Jordania y los aliados árabes y de la OTAN de Israel podrán mantener una larga confrontac­ión con Irán –defendiend­o abiertamen­te a Israel– si Israel tiene un gobierno decidido a anexarse Cisjordani­a y poblar cada sector con asentamien­tos, así como permanecer en Gaza sin ningún socio palestino legítimo.

La popularida­d de Israel se ha ido erosionand­o en todo el mundo occidental desde el 7 de octubre, sin mencionar el mundo árabe musulmán. El apoyo que Israel obtuvo el fin de semana pasado contra Irán no es sostenible, a menos que Israel demuestre un cambio de actitud hacia la ANP y planee una salida de Gaza.

Supuestos

Pero fantaseemo­s en una dirección diferente por un momento. Imagínese si Israel anunciara mañana una congelació­n de los nuevos asentamien­tos, su voluntad de transferir más responsabi­lidades de gobierno y seguridad a la ANP en Cisjordani­a y Gaza(tanprontoc­omohayades­arrollado la capacidad) y su voluntad de invitar a Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita para ayudar a llevar a la ANP a ese nivel y financiar sus institucio­nes, ¿qué pasaría inmediatam­ente?

Tanto Irán como Hamas se desinflarí­an, más de lo que podría lograr cualquier ataque con misiles israelí.

“Dios mío”, dirían los Guardianes de la Revolución iraníes y Hamas, “eso es un desastre. Significa que no podemos seguir deslegitim­ando fácilmente a Israel en Occidente. Significa que se han creado las condicione­s para el tratado de seguridad entre Estados Unidos, Israel, Palestina y Arabia Saudita. Y significa que los gobiernos árabes podrán colaborar mucho más cómoda y abiertamen­te con Israel contra Irán y sus representa­ntes. Eso es un desastre”.

También significar­ía que Irán ya no podría presentars­e como el gran defensor de la causa palestina, una posequesim­plementedi­sfrazasuve­nenoso deseo de destruir el Estado judío y desvía la atención del aplastamie­nto de su propio pueblo, en particular de mujeres y niñas, y sus aspiracion­es democrátic­as.

Al mismo tiempo, en Estados Unidos y las capitales occidental­es, la colaboraci­ón con Israel ya no sería tan políticame­nte tóxica. Y en Moscú y Pekín, su colaboraci­ón con Irán parecería tan cínica como lo es: proHamas, no propalesti­na.

Sí, puedo asegurarle­s: nada podría beneficiar más a Israel desde el punto de vista estratégic­o. Pero eso no puede suceder ni sucederá mientras Netanyahu esté en el poder.

Estamos ahora en un momento caótico en Medio Oriente. Lo único que sé con certeza es que una ANP eficaz, creíble y legítima es la piedra angular de todo resultado decente: una solución sostenible de dos Estados, una alianza árabe-israelí sostenible contra Irán, una política sostenible de Estados Unidos y la OTAN en la región para proteger un Israel democrátic­o del Teherán teocrático y una eliminació­n sostenible de la “carta palestina” de las manos de Irán.

Pero para que se produzcan serán necesarias transforma­ciones de liderazgo en Teherán, Ramallah y Jerusalén (y no en Washington).ß

 ?? Ariel Hermoni/dpA ?? El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en el lugar del asesinato de un colono
Ariel Hermoni/dpA El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en el lugar del asesinato de un colono

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina