Salud: no se puede jugar con cosas que no tienen repuesto
El sistema de salud argentino se ha desarrollado bajo un modelo imperfecto, no planificado y seguramente inequitativo. Aun así, es uno de los que combinaban mayor cobertura, calidad y acceso del mundo. Se trata de una ecuación virtuosa, pero insostenible. Lamentablemente, la sucesiva intervención del Estado en los últimos casi 26 años ha minado su potencial, desalentando tanto la inversión como las vocaciones.
Este proceso fue lento pero inexorable. Cientos de leyes, decretos, resoluciones y fallos judiciales lograron que profesionales calificados abandonaran las carteras de obras sociales y prepagas y que la gente no pueda pagar de su bolsillo por una cobertura a la que ya tenía derecho y, finalmente, que las instituciones vivan una situación de fragilidad, tan inexplicable como injusta.
Para entender cómo llegamos hasta aquí hace falta reparar en estos indicadores:
• Desde el 1° de enero de 2012 hasta el 31 de diciembre de 2023, la Canasta Básica Alimentaria aumentó, según el Indec, 37.837%. La luz, según el ENRE, 32.482%; los medicamentos, 19.599%; la nafta súper, 11.352%, y el salario de enfermera/o de piso, 9994%. Las cuotas de las prepagas aumentaron 7945%, según los incrementos aprobados por la Superintendencia de Servicios de Salud.
• Del 1º de enero de 2020 al 31 de diciembre de 2023 (período que incluye la pandemia del Covid), los medicamentos aumentaron 1750%; la canasta básica alimentaria, 1444%; la nafta súper, 937%; el salario de enfermera/o de piso, 875%, y la luz, 828%. Las cuotas de las prepagas aumentaron 667%.
• Del 1º de enero al 31 de diciembre de 2023, tomando el IPC Salud del Indec, el incremento de precios a nivel nacional arroja en el ítem salud, un incremento total del 227%. En medicamentos y aparatos médicos, el aumento fue de 275%. Y las cuotas de las prepagas subieron 133%.
• Hasta el 31 de diciembre hubo fijación unilateral del precio de las cuotas de la medicina prepaga. A partir de 2024 son promedios/estimaciones porque cada entidad ajusta según sus cálculos y necesidades. Veamos los indicadores desde el 1º de enero de este año:
• La inflación de diciembre de 2023 fue del 25,5% y la cuota de las prepagas se ajustó en enero de 2024 el 35,3% en promedio. La diferencia contra la inflación fue del 9,8%.
• La inflación de enero de 2024 fue de 20,6% y la cuota de las prepagas se ajustó en febrero el 24,9% en promedio. La diferencia fue del 4,3%.
• La inflación de febrero fue del 13,2% y la cuota se ajustó en marzo el 20%. La diferencia fue del 6,8%.
• La inflación de marzo fue del 11% y la cuota se ajustó en abril el 17%. La diferencia fue del 6%.
El recupero de la cuota sobre la inflación, desde el 1º de enero de 2024, fue del 26,9%.
Desde la regulación de la medicina privada, la diferencia entre el costo de vida y el aumento de las cuotas al 31 de diciembre de 2023 fue del 80%. Entre el costo de los medicamentos y la cuota a esa fecha la diferencia fue del 147%. Y entre el costo de salud (estimado) y la cuota, la diferencia fue del 154%.
Comentarios y reflexiones
• Los medicamentos e insumos médicos tienen una carga tributaria del 34%. Dentro de la cuota pagamos los impuestos de los bienes a los que deberíamos tener acceso sin cargo por los derechos emanados de la Constitución nacional.
• Hoy el sistema de salud está en estado crítico, por no decir terminal, y pretender resolverlo solo con aumentos de cuotas o incrementar aportes de los trabajadores formales es un error gravísimo. La única opción es trabajar sobre los costos ineficientes, la burocracia, la inequidad y el abuso.
• Respecto de la cuota, si bien libera los aumentos, dice que estos deben ser “de igual proporción” para todos los afiliados. Interpretando el pensamiento del redactor, suponemos que está tratando de que no se realicen incrementos a medida de un afiliado, lo cual es correcto, pero las entidades tienen diversos planes, totales, parciales, gerenciados, con copagos, cerrados, con reintegro, y el comportamiento de sus costos varía según su modalidad.
• Sin una política nacional de salud con una visión integral, basada en costo eficiencia y costo beneficio social, equitativa, solidaria, sustentable y estructurada en un modelo jurídico sólido no hay futuro.
Por otra parte, hay mucho para hacer en pos de un mejor sistema:
• Definir un plan de cobertura integral, basado en un modelo de atención primaria de la salud.
• Transferir la cobertura de las prestaciones de discapacidad, como colegios, traslados y asistencia al adulto mayor, como geriátricos y asistentes, al ámbito de Desarrollo Social.
• Crear una agencia de evaluación de tecnología para definir las prestaciones y productos sobre los cuales otorgar cobertura.
• Crear un fondo nacional para la atención de las prestaciones de alto precio/costo para todos los habitantes, que establezca un modelo de compra y contratación centralizado y con controles de calidad.
El Estado vuelve a hacer acción solidaria con plata ajena, no ya con la de los impuestos recaudados, sino con los recursos propios de una población que aportó por obligación, tal es el caso de las obras sociales, o en forma voluntaria, como los afiliados de la medicina prepaga.
• Aprobar la creación de planes parciales, sin restricciones, permitiendo la complementación de los sistemas público, privado y de la seguridad social, reduciendo enormemente el pago de bolsillo de las personas.
• Reducir la carga impositiva de bienes y servicios destinados a la salud. II.BB., IVA, cargas laborales son gravámenes que se suman al costo prestacional que luego debe pagar la sociedad.
•Instrumentarlahistoriaclínicaelectrónica universal e interoperable. Aplicando algunas de estas medidas podremos detener el deterioro al que llegó el sistema de salud, a la espera de un plan nacional que, como política de Estado, devuelva a la salud argentina al lugar que tuvo y nunca debió abandonar.ß