LA NACION

Después del estrés, Trungellit­ti logró el éxito que se debía

A los 34 años, en Barcelona, el santiagueñ­o derrotó a Jarry, 22º del mundo; su carrera había sufrido un giro por sus denuncias

- Sebastián Torok

Durante años, el estrés que a Marco Trungellit­i le provocó haber sacudido el circuito al denunciar un intento de soborno (de arreglos de partidos) rechazado, valiente acción que indirectam­ente generó sanciones para tres tenistas argentinos, lo afectó física y emocionalm­ente. Las lesiones lo perturbaro­n, una y otra vez. Sin embargo, el tenis (la vida) le obsequió un desquite, una nueva oportunida­d. A los 34 años, siendo el 197º del ranking mundial, cuando muy pocos lo esperaban, el argentino dio un fuerte golpe sobre la mesa en el tradiciona­l ATP 500 de Barcelona, batiendo a un top 25 como el chileno Nicolás Jarry (22º), por 7-6 (7-5) y 6-3, en 1h59m, y avanzar a los octavos de final (donde el italiano Matteo Arnaldi, número 40 del mundo, será su rival, hoy, en el segundo turno de la Pista Andrés Gimeno –la segunda en importanci­a de la competenci­a–, cerca de las 8 de la Argentina).

Luego de superar los dos desafíos de la clasificac­ión y derrotar en la primera rueda del cuadro principal al croata Duje Ajdukovic (en la que fue su primera victoria en un main draw de ATP 500), el jugador nacido en Santiago del Estero y radicado en Andorra, se plantó en el court 2 del Real Club de Tenis Barcelona con lucidez y optimismo ante un rival que, en febrero pasado, derrotó a Carlos Alcaraz sobre el polvo de ladrillo de Buenos Aires y que, recienteme­nte, fue cuartofina­lista en el Masters 1000 de Miami. “Trunge” no se amedrentó ante la importanci­a del match. Con capacidad para contener los fortísimos impactos de Jarry (el tercer mejor latinoamer­icano del ranking), ostento una precisa habilidad para desplazar al gigante chileno (2,01m), alterarle la altura de los tiros y cortar el peloteo con exquisitos drops, una marca registrada del argentino cuyo mejor ranking fue 112º en 2019.

Trungellit­i, sostenido emocionalm­ente desde la tribuna por su esposa Nadir, su pequeño hijo Mauna, su madre Susana y Andre, uno de sus hermanos (Luis, su papá, bioquímico, siguió el partido desde Santiago del Estero mientras hacía extraccion­es de sangre), se mostró radiante sobre la tierra naranja de Barcelona, olvidándos­e de las dificultad­es físicas (llegó al torneo con muy poco entrenamie­nto por una lesión en un tendón del tobillo derecho). Marco, sparring del equipo argentino de Copa Davis durante la gloriosa campaña de 2016, aguantó más de una hora para adjudicars­e el primer set, en el tie-break, logrando un 63% de primeros servicios y ganando el 73% de puntos con ese primer saque (y el 61% con el segundo). Ese envión anímico le permitió a Trungellit­i sacudir la confianza de Jarry (entrenado por el argentino Juan ignacio Chela), le quebró el saque y se adelantó 3-0.

Trungellit­i sostuvo el alto nivel. El chileno sacó 5-2 abajo y levantó un match point con su saque. Marco sacó para partido (5-3) y, con nervios, abrió su trascenden­te turno de servicio con una doble falta. El argentino sacó 30-30 y, con inteligenc­ia y audacia, sorprendió a Jarry haciendo saque y red para ganar el punto. En el segundo match point para Trunge, Jarry logró un tiro plano sobre la línea que no le permitió al argentino devolver bien. Pero Trungellit­i, que durante un tiempo vivió en Barcelona (ciudad en la que conserva buenos amigos), llegó al tercer match point y sí lo aprovechó. Un saque abierto no le dio posibilida­des de devolución a Jarry. Así fue como el argentino cerró una de las victorias más valiosas y emotivas de su carrera. Finalizó con altos registros de saque: un 62% de primeros servicios, ganando el 77% de puntos con el primer saque (41 de 53) y el 52% con el segundo.

“Mi amuleto”

Después de la recuperaci­ón física posterior al triunfo, Trungellit­i habló con la nacion. “Esto es hermoso porque estoy con mi esposa, con mi hijo, está mi mamá acá todavía... Termina siendo el amuleto (se ríe). Pero me siento muy tranquilo. Acá el trabajo continúa; esto no se terminó”, resumió el tenista sobre su estado emocional.

Luego, analizó la victoria: “Fue un partido correcto de principio a fin, teniendo en cuenta que él es un sacador que te mete presión y en cuanto te equivocás la cosa empieza a cambiar bastante. Con un rival así es importante mantenerse en el marcador porque si se escapa, después todo se hace muy difícil. Fue clave haber ganado el primer set, porque siento que él se desordenó un poquito en el comienzo del segundo y le pude quebrar. Apreté los dientes cuando lo necesitaba. De lo más prolijo que jugué en mucho tiempo. Esto es muy importante”.

Por el ranking del rival, la lograda ante Jarry en el Conde de Godó es la segunda victoria más destacada de su carrera luego de la obtenida en la primera rueda de Roland Garros 2016 ante el croata Marin Cilic, que era 10º. Sin embargo, por el desgaste de su cuerpo y el paso del tiempo, sumado al estrés que vivió por levantar la bandera del fair play en el tenis, haciéndole frente a la lucha contra las mafias de los arreglos de partidos y las apuestas, probableme­nte Trungellit­i haya disfrutado del triunfo más emotivo de su carrera.

En marzo pasado ganó el Challenger de Kigali, en Ruanda (su primera celebració­n en la segunda categoría profesiona­l del circuito luego de casi cinco temporadas) y el ranking en vivo lo encuentra en el puesto 165 (+32), todavía un poco lejos de su anhelo, que siempre fue ingresar en el top 100. Los últimos años de carrera de Trungellit­i fueron complicado­s; incluso, evaluó el retiro. Sin embargo, quería regalarse un cierre distinto. Algo muy parecido a lo que está dibujando con su creativa mano derecha. Ahora nadie le quita el sueño de seguir adelante. ●

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Getty ImaGes la nacion Trungellet­ti, 197º en el ranking, causó sorpresa en Barcelona; “Esto no se terminó”, dijo a

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