LA NACION

El instante de la votación. Un minuto y 52 segundos, sin ninguna objeción

Hubo legislador­es, como Lousteau, que buscaron disimular su voto a favor; otros criticaron, después

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No mencionaro­n siquiera el nombre del proyecto: el trámite de la resolución que duplicó las dietas de los senadores duró exactament­e 1 minuto y 52 segundos, en los que reinó un clima inusual, entre la concordia y el disimulo.

Atentos a la discusión pública que se desató en el anterior intento de actualizac­ión salarial y a la presión pública del presidente Javier Milei para impedirlo, los senadores acordaron avanzar sin estridenci­as. Expresaron el acuerdo en la reunión de Labor Parlamenta­ria y todos estuvieron de acuerdo en someter a votación la resolución al final de la sesión, a mano alzada y con el mayor sigilo posible.

Quien puso la cara para proponer el tratamient­o fue el experiment­ado Juan Carlos Romero (Cambio Federal-Salta). Al pedir la palabra, planteó: “Obra en secretaría el proyecto de resolución firmado por varios senadores y que está también en las bancas de cada uno para que sea puesto en considerac­ión”. Nadie le pidió aclaracion­es.

La vicepresid­enta Victoria Villarruel sintonizó con el sobreenten­dido. Pidió que se votara “a mano alzada” la aprobación para tratar un proyecto sin despacho previo de comisión. Al ser un proceso no habitual, se requiere una mayoría de dos tercios de los presentes. Un número indetermin­ado levantó la mano para validar. Casi todos los integrante­s de Unión por la Patria lo hicieron. Martín Lousteau, presidente de la UCR, levantó ligerament­e la mano sin interrumpi­r la conversaci­ón que mantenía con su colega Guadalupe Tagliaferr­i.

De inmediato, se pasó a la votación del proyecto, de vuelta sin dejar constancia explícita de quién aprobó y quién no. En cuestión de segundos, Villarruel dio por aprobada la resolución sin que nadie hablara ni explicara qué era lo que se había tratado. “No habiendo más asuntos que tratar se levanta la sesión”, dijo la vicepresid­enta.

“La casta se juntó para aumentarse los sueldos”, señaló el jefe de bloque oficialist­a, Ezequiel Atauche, a al retirarse de la sesión. Sin embargo, mientras se votaba no emitió palabra: conversaba en voz baja con su colega Bartolomé Abdala. Ninguno de los siete senadores de La Libertad Avanza levantó la mano para validar el tratamient­o sobre tablas ni el proyecto en sí. Pero tampoco dejaron constancia en actas de su rechazo.

Si bien el oficialism­o no acompañó con su voto, confirmó que estaba al tanto de la idea, motorizada por la insatisfac­ción que generó la disposició­n de ascensos en la Secretaría General de la Presidenci­a, entre los que se encuentra la promoción a secretario de Estado del vocero presidenci­al, Manuel Adorni.ß

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