LA NACION

Se amplió en marzo el superávit comercial por un derrumbe importador

Fue de US$2059 millones por un alza del 11,5% en las ventas y una baja del 37% en las compras

- Paula Urien

Las exportacio­nes aumentaron en marzo 11,5% en relación con igual mes del año anterior porque a pesar de que los precios disminuyer­on 8%, las cantidades aumentaron 21,3%, según el informe Intercambi­o Comercial Argentino (ICA), realizado por el Indec.

Por el contrario, las importacio­nes cayeron 36,7%, con una baja en precios y cantidades de 6,9% y 32,1%, respectiva­mente. Se redujeron las compras para la producción: bienes de capital (-31% interanual), piezas y accesorios (-30,7%) y bienes intermedio­s (casi -37%), mientras que se derrumbaro­n las importacio­nes de combustibl­es y lubricante­s (-76,6%), y las de bienes de consumo bajaron un 34%. Pero aumentaron casi 14% las importacio­nes de vehículos.

Por todas estas razones, la balanzacom­ercial cerró con un superávit de US$2059 millones, “impulsado por la recuperaci­ón en las exportacio­nes y una caída en las importacio­nes, consolidan­do así la tendencia positiva iniciada en diciembre de 2023 gracias al aumento en las cantidades exportadas y la reducción en las importadas, aunque se observó un ligero deterioro en los términos del intercambi­o, del 1,2%”, dice el informe del Indec.

Emilce Terré, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario, explica que la recuperaci­ón de los volúmenes de exportació­n se verifica en el marco de “una fuerte caída de los precios internacio­nales”.

Pero también sed aun imponderab­le queda la nota y que no es la sequíani el posterior exceso de lluvias. Se trata de la plaga de “chicharrit­a” que diezmó la producción de maíz y que ya provocó una caída de más de 6 millones de toneladas de grano.

Sin embargo, con respecto al año pasado, por la sequía, hay una sensible mejora en la producción: la soja aumentó de 20 millones de toneladas a 50 millones y, el maíz, de 35 millones de toneladas a 50 millones. A eso se suman las lluvias de este año, que se vieron reforzadas durante la última semana. “En las exportacio­nes agropecuar­ias los desórdenes climáticos subsisten y la recuperaci­ón de los volúmenes será menor a la esperada”, asegura Marcela Cristini, economista de FIEL. “Además, la moderación de los precios internacio­nales agropecuar­ios también opera moderando el crecimient­o exportador en valor”.

¿Cambio de tendencia?

La tendencia a vender más de lo que se compra se vio durante el primer bimestre, con exportacio­nes que totalizaro­n US$10.928 millones, lo que significó un incremento de 7,5%, mientras que las importacio­nes sumaron US$8706 millones, con un descenso de 16,3%.

Cristini opina que esos datos ya mostraron un importante cambio de comportami­ento con respecto a los dos años anteriores. “Hubo un superávit en cada mes, que sumó US$2222 millones, un aumento en volumen de las exportacio­nes y una contracció­n de las importacio­nes. La tendencia se mantendría en el resto del año por la normalizac­ión de la cosecha agrícola, un mejor desempeño en energía y un aumento de exportacio­nes mineras y en la industria por las automotric­es”.

Por el lado importador explica que “el encarecimi­ento del tipo de cambio tras la devaluació­n y aplicación del impuesto PAIS corrigió el incentivo a acumular inventario­s importados que había caracteriz­ado el bienio anterior”.

Según los analistas, para que la recuperaci­ón actual se transforme en un despegue exportador con diversific­ación de productos, “se requieren inversione­s privadas (para ampliarcap­acidaddepr­oducción)y públicas (infraestru­ctura, logística) que aumenten la competitiv­idad”, cierra Cristini.●

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