La odisea cotidiana de atender la salud sin los elementos necesarios
Pocos insumos y reprogramación de cirugías, entre los problemas acuciantes
“La fachada está abandonada, pero los profesionales que trabajan adentro son los mejores de todo el país”, resumió Adrián Brusece, médico intendente del turno tarde del Hospital de Clínicas José de San Martín. Horas antes, el protocolo antipiquetes no se cumplió sobre la avenida Córdoba al 2300 y miles de personas rodearon al hospital, que en promedio atiende unas 1000 consultas por día y depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA), para reclamar por el impacto del ajuste presupuestario.
Con una inflación interanual cercana al 300%, la UBA –al igual que las universidades nacionales y tantas otras áreas del Estado– recibió para funcionar este año el mismo presupuesto con el que contó el año pasado, dado que el de 2024 nunca se aprobó en el Congreso de la Nación.
Según denunció la UBA al declararse en emergencia presupuestaria la semana pasada, los hospitales no recibieron ningún recurso desde que comenzó la administración presidencial de Javier Milei.
Venían alertando que el impacto en los hospitales es aún mayor porque la inflación en salud fue más alta. El director del centro de salud, Marcelo Melo, señaló por ejemplo que la inflación fue del 1000% en los medicamentos que utilizan en esa institución universitaria.
Las transferencias a hospitales universitarios tuvieron una caída del 72%, según datos relevados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que concluye que sin una ampliación de fondos, este sería el presupuesto universitario más bajo desde 1997, año en el que comenzaron a medir ese ítem.
No hay jeringas, no hay alcohol, no hay gasas. El principal impacto, según señalaron los profesionales consultados por durante una recorrida por ese centro de salud universitario, se nota en la escasez de insumos, así como también en la realización de cirugías, que se redujeron al 30%. Los problemas en la infraestructura o los ascensores que no funcionan hoy datan de mucho tiempo antes.
“El hospital necesita insumos porque se está quedando sin nada. No podemos dar una respuesta correcta a los pacientes”, dijo Brusece a Al igual que varios de sus compañeros, destacó que, además, en estos últimos meses, la asistencia se multiplicó ante la llegada de pacientes sin obra social. Calcula que fue del 70%.
“No hay que olvidarse de que ingresan infinidad de personas en forma periódica y se sumaron quienes tenían obra social y tuvieron que dejarla [por los altos costos mensuales de afrontarla] que derivaron acá”, apuntó. Hasta diciembre, según Melo, los insumos se compraban cada cuatro meses. “Hoy no hay presupuesto. Esto sucede, por ejemplo, con el contraste para estudios de diagnóstico, que aumentó significativamente”, precisó.
“Te das cuenta en cualquiera de sus sectores. En las jeringas fue muy notorio; en la falta de pañales también. Se empezó a sentir de manera más fuerte hace un mes”, contó Claudia, licenciada en enfermería que prefirió mantener en reserva su apellido.