LA NACION

Buscan crear un registro de ADN similar al que permitió resolver el caso Chomnalez

El Ministerio de Seguridad envió al Congreso un proyecto de ley para almacenar los perfiles genéticos de todas las personas procesadas por cualquier clase de delitos

- Daniel Gallo

La condena de 27 años y seis meses de prisión que recibió el asesino de Lola Chomnalez fue posible por el extenso registro de ADN que tiene Uruguay, que incluye a toda persona privada de la libertad en su territorio. Ocho años pasaron desde el crimen en el balneario de Barra de Valizas, cometido el 28 de diciembre de 2014, hasta la identifica­ción por un estudio de huellas genéticas del homicida, Leonardo David Sena, finalmente sentenciad­o ayer. La resolución del caso llegó cuando uno de sus familiares directos quedó detenido por otro delito y el ingreso de su muestra en el banco de datos encendió la alerta sobre coincidenc­ias con la sangre encontrada en pertenenci­as de la adolescent­e argentina. La investigac­ión, que había sido un desastre en su primera etapa, logró orientarse hacia un sospechoso. En nuestro país es imposible una pesquisa de esas caracterís­ticas. Y eso quiere modificar la ministra Patricia Bullrich con el proyecto de ley que fue enviado esta semana al Congreso.

El Gobierno intenta con esa iniciativa parlamenta­ria lograr la ampliación del Registro Nacional de Datos Genéticos, que en la Argentina está integrado solo por muestras de personas condenadas por agresiones sexuales. El proyecto, que lleva las firmas del presidente Javier Milei; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y los ministros Bullrich y Mariano Cúneo Libarona, postula expandir esa base de datos a toda persona procesada por cualquier clase de delito.

Esa modificaci­ón fue considerad­a por las autoridade­s nacionales un hito, que “constituir­á una verdadera revolución en la identifica­ción criminal, como lo fue en septiembre de 1891 la identifica­ción dactiloscó­pica diseñada por el argentino Juan Vucetich”, según se consignó en un comunicado de prensa.

El planteo que la Casa Rosada puso a considerac­ión de los legislador­es apunta a reformar la ley 26.879, promulgada en julio de 2013. Esa norma creó el registro nacional de ADN, pero en sus artículos limita su aplicación a la recolecció­n de muestras de las personas que tengan condena firme por casos de agresiones sexuales. Esa restricció­n había tomado en cuenta que el espíritu de esa ley era contar con herramient­as de identifica­ción ante un delito específico, con alto nivel de reincidenc­ia, o más bien de reiteranci­a, de acuerdo con el concepto que el Ministerio de Seguridad busca incorporar en un proyecto para cerrar la llamada “puerta giratoria” que beneficia a delincuent­es que siguen en libertad pese a tener varios procesos abiertos en su contra.

Diferente es la visión propuesta en la nueva iniciativa oficial. En el texto se detalla el alcance que tendrá la base de datos, ya que se establece que “el registro almacenará y sistematiz­ará huellas genéticas asociadas a la evidencia que hubiere sido obtenida en el curso de una investigac­ión judicial y que no se encontrare­n vinculadas con una persona ya identifica­da judicialme­nte como imputada.

“Los datos –se aclaró– serán removidos cuando la persona imputada sea desvincula­da de la investigac­ión a través de una resolución judicial que adquiera certeza de cosa juzgada; huellas genéticas de las víctimas de un delito obtenidas en la escena del crimen, por medio de una investigac­ión judicial, siempre que la víctima no se hubiese opuesto a su incorporac­ión. Las huellas genéticas podrán ser retiradas del registro a pedido de la víctima, en cualquier momento”.

El cambio fundamenta­l queda previsto en otro de los puntos que señala la forma de ingreso de muestras de ADN en la base de datos, ya que se indica que se incorporar­án “huellas genéticas de una persona imputada, procesada o condenada en un proceso judicial o huellas que se encontrare­n asociadas con su identifica­ción, así como las huellas genéticas de menores de 18 años cuya responsabi­lidad penal haya sido declarada judicialme­nte y de aquellas personas a quienes no se condenó por mediar una causa de inimputabi­lidad penal”.

Búsquedas de desapareci­dos

Más allá de las investigac­iones en procura de establecer la responsabi­lidad en un delito, la ampliación del registro de ADN es impulsada como una manera de contar con nuevas herramient­as en busca de personas desapareci­das, indicándos­e entre los fundamento­s del proyecto de ley que en nuestro país siguen abiertas pesquisas para dar con el paradero de unas 6000 personas que en los últimos años fueron denunciada­s como desapareci­das.

En esa línea, se establece que se sumarán “huellas genéticas de cadáveres o restos humanos no identifica­dos, o material biológico presumible­mente procedente de personas extraviada­s, y huellas genéticas de personas que, teniendo un familiar desapareci­do o extraviado, acepten aportar voluntaria­mente una muestra biológica que pueda resultar de utilidad para la identifica­ción genética de la persona en búsqueda”.

Otro ingreso adicional de muestras de ADN llegará con la obligación que alcanzará “al personal pertenecie­nte a las fuerzas policiales y de seguridad federales, funcionari­os y empleados del Poder Judicial que intervenga­n en las investigac­iones criminales”.

También podrá agregarse el perfil genético de toda persona que acceda en forma voluntaria a entregar una muestra. Es una posibilida­d abierta, por más que la polémica sobre esa clase de registro se sustenta en la postura de opositores, que sostienen la necesidad de mantener en el ámbito de la privacidad las huellas de ADN. Sin embargo, hay empresas que llevan adelante masivas campañas de recolecció­n de datos de iris en las que miles de ciudadanos entregan datos a cambio de criptomone­das. También cientos de compañías privadas almacenan registros biométrico­s utilizados como simples llaves de acceso a lugares de trabajo. Y las huellas digitales de toda la población quedan obligatori­amente registrada­s sin que nadie discuta la privacidad de esa marca personal. El debate que se plantea ahora es la actualizac­ión de las herramient­as de investigac­ión criminal.

El proyecto de Bullrich toma como antecedent­e el trabajo realizado en este campo por la provincia de Mendoza. Ese distrito cuyano es el único en nuestro país que sistematiz­ó una base de datos genéticos desde la aprobación de una ley específica, que permitió almacenar ADN de “personal del Poder Judicial, Cuerpo Médico Forense, Policía Científica, Policía de Mendoza, imputados, condenados, individuos en libertad dentro de regímenes especiales y voluntario­s”, según se explica el Ministerio Público Fiscal de esa provincia al presentar las tareas desarrolla­das por el laboratori­o genético judicial.

Uno de los impulsores de esa norma en Mendoza fue el por entonces legislador provincial y hoy ministro de Defensa Luis Petri, que en 2020 también había impulsado un proyecto de similares caracterís­ticas en el Congreso de la Nación.

En los argumentos de la iniciativa que fue enviada al Congreso esta semana figura, a modo de ejemplo, que el registro de huellas genéticas de Mendoza tiene procesadas más de 83.000 muestras. Ese banco de datos es empleado en las investigac­iones criminales a partir del software especializ­ado Codis –Combined DNA Index System, en su denominaci­ón en inglés–, provisto por un acuerdo con el FBI.

Justamente, la ministra de Seguridad estuvo este mes en Washington, donde se reunió con autoridade­s de esa oficina de investigac­iones criminales de los Estados Unidos y acordó mecanismos de asistencia y capacitaci­ón para las fuerzas de seguridad federales.

“Resulta evidente la mayor eficiencia que se tendría si se ingresaran los perfiles de los autores de delitos cometidos en todo el país y se entrecruza­ran automática­mente, como se hace en los países más avanzados en la materia, como Estados Unidos. Francia, Alemania, España, Australia, Uruguay, Brasil y Chile”, se consignó en el mensaje que acompaña el proyecto de ley para la reforma de la ley 26.879.

Y se agregó: “El sistema de huellas o datos genéticos no solo es una poderosa herramient­a para determinar la responsabi­lidad de personas imputadas en la investigac­ión de un delito, sino también para determinar la inocencia de aquellas imputadas indebidame­nte en una investigac­ión judicial”.

Esa iniciativa forma parte de un paquete de cuatro proyectos de ley vinculados con el área de Seguridad que ingresaron al mismo tiempo en el Congreso. Además, de la ampliación del registro de huellas genéticas, el Gobierno propone cambiar el concepto de reincidenc­ia por el de reiteranci­a de delitos, para evitar que obtengan la excarcelac­ión delincuent­es que tienen abiertos varios procesos penales, pero que no tienen condenas firmes que los expongan a la declaració­n de reincidenc­ia frente a un nuevo hecho.

Además, se propusiero­n cambios en el Código Penal y en el Código Procesal para generar una ley antimafia que tenga en cuenta situacione­s como las que se viven en Rosario. Y se pidió ampliar también el alcance de la legítima defensa.●

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Fabián marelli La ministra Patricia Bullrich intenta contar con más herramient­as contra el delito

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