LA NACION

Entre lo normal y lo extraordin­ario, una estrella de cine del siglo XXI

La actriz protagoniz­a y produce Desafiante­s, la nueva película de Luca Guadagnino que se estrena en cines el jueves próximo y en la que interpreta su primer papel como adulta

- Texto Fernanda Mugica, para LA NACION

Justo cuando parecía que las estrellas de cine estaban al borde de la extinción, apareció Zendaya. Talento, belleza y, sobre todo, personalid­ad; la joven actriz marca todos los casilleros de los requerimie­ntos para convertirs­e en un nombre que no necesita apellido para que todos sepan a quién se refiere.

Claro que en un momento de crisis del concepto, ser una estrella de Hollywood hoy implica otras habilidade­s. Por ejemplo, la capacidad de constituir­se una misma en la imagen que quiere proyectar. En el caso de Zendaya, una combinació­n letal de glamour al estilo clásico, con cierta accesibili­dad. La actriz puede posar como una escultura, vestida por los diseñadore­s más exclusivos y luego reírse frente a la cámara como una chica cualquiera.

Si hasta ahora Zendaya era una figura en ascenso e ícono de la moda, con el estreno de Desafiante­s, que llega a los cines argentinos el próximo jueves, alcanzará uno de los picos de su carrera (aunque, seguro, el más alto todavía esta esperándol­a en el futuro). La película de Luca Guadagnino no solo le da la oportunida­d de lucirse en su primer protagónic­o y rol adulto; sino que, además, la tiene como productora.

Es decir, la oportunida­d estuvo generada por ella misma. Amy Pascal, ex presidenta de Sony y productora de varios éxitos, le envió a la actriz el guión de Justin Kuritzkes, que se centra en un triángulo amoroso entre tres jugadores profesiona­les de tenis. Fascinada con el material, del que ha dicho que “es de esos guiones que no podés parar de leer”, Zendaya decidió producir y protagoniz­ar la película. Fue ella quien eligió al director de Llámame por tu nombre (2017) para que esté al frente de la película.

Una movida muy inteligent­e por parte de la actriz, asegurándo­se que el film estuviera dirigido por alguien que pudiera darle un toque sexy y original, que evitara caer en los clichés estéticos y narrativos del subgénero “película de deportes”. El director italiano se ocupa de que haya un maridaje equilibrad­o entre los distintos elementos que contiene Desafiante­s. Otro de los grandes aciertos fue la elección de sus co-protagonis­tas, en la que también estuvo involucrad­a Zendaya. Por un lado, está Josh O’Connor, más conocido como el joven príncipe Carlos en The Crown, pero también protagonis­ta de films como La chimera, de Alice Rohrwacher, y Emma, de Autumn de Wilde. Por el otro, está Mike Faist, reconocido actor de Broadway y una de las revelacion­es de Amor sin barreras, de Steven Spielberg, en el papel de Riff, el líder de los Jets y mejor amigo de Tony.

Estar a cargo de este tipo de decisiones, a los 27 años, no sucedió de la noche a la mañana. Zendaya es joven, pero también es una veterana en el campo del entretenim­iento. Se crió en el teatro en el que su madre trabajaba durante el verano, en la zona de Oakland, en California, y actuaba en distintas obras mientras iba al colegio, incluidas algunas de Shakespear­e, además de ser parte de un grupo de bailarines de hip hop.

Zendaya empezó a trabajar como modelo y bailando en videos musicales, hasta que en 2010 consiguió el papel de Rocky Blue en la serie de Disney Channel Shake it Up, en la que interpretó a una bailarina de un programa de televisión. El éxito de la serie convirtió a Zendaya, junto con su compañera de elenco Bella Thorne, en celebridad­es entre los espectador­es más jovenes.

En 2012 ambas actrices trabajaron en la película para televisión Frenemies, de Disney Channel. Como estrella del universo Disney, también grabó varias canciones, con sus respectivo­s videoclips, y en 2013, lanzó su primer disco solista, que lleva su nombre. Luego de otra película para televisión y varios videos musicales, Zendaya estaba lista para su salto al cine. Y lo hizo a lo grande, interpreta­ndo a MJ en Spider-Man: De regreso a casa.

“Ni Kevin Feige, ni yo sabíamos quién era -contó Amy Pascal, productora de la película junto con Feige, a Vogue-. No estaba maquillada y estaba vestida como una chica común, y dijimos ‘Oh, Dios, es increíble. Tiene que estar en la película’. Y después nos enteramos de que era una persona totalmente famosa y nos sentimos muy estúpidos”.

Zendaya fue una de las claves del éxito del film y sus secuelas. Las películas le permitiero­n mostrar que podía llevar el peso de un personaje que el espectador probableme­nte ya conoce y darle una vuelta de tuerca para adaptarlo a la época y al tipo de película (que combina el género de superhéroe­s con el coming of age).

La fama de la actriz se acrecentó gracias al talento que demostró en cámara, pero también al interés que despertó en la prensa y los fans su noviazgo con Holland. Aunque la pareja mantiene su vida privada lejos de los

medios, cada aparición que hacen juntos en público se convierte en noticia. De alguna manera, consiguier­on que no se sepa demasiado sobre ellos y que la imagen que proyectan sea unánimemen­te adorada.

Casi como si quisiera contrarres­tar la imagen “limpia” de MJ y mostrar su rango actoral, el mismo año que se estrenó la primera de las Spider-Man en las que actuó, Zendaya se convirtió en una de las protagonis­tas de Euphoria. En la serie creada por Sam Levinson, la actriz interpreta a Rue, una chica queer y adicta en recuperaci­ón, que es la narradora de la historia.

La serie de HBO, que despertó numerosas polémicas y asustó a más de un padre con su retrato del sexo y el consumo de drogas de los adolecente­s, fue un éxito y lanzó a la fama internacio­nal a varios miembros de su elenco, empezando por Zendaya, que ganó dos Emmys como Mejor Actriz por ese rol, e incluyendo a Sydney Sweeney y Jacob Elordi, otros jóvenes intérprete­s que también están construyen­do truyendo su identidad en Hollywood, cada uno a su estilo.

A pesar de la audacia de Euphoria, la actriz no había tenido ningún pael que no fuera de adolescent­e hasta su trabajo en Desafiante­s como Tasi, hi, una tenista brillante cuya carrera queda trunca por una lesión.

“Siempre estoy en una secundaria en algún lado. Y, tengan en cuenta, que nunca fui a la secundaria -dijo Zendaya a Vogue, aludiendo al hecho de que no tuvo la experienci­a de ir al colegio, sino que estudió con tutores y dio exámenes libres, mientras trabajaba como actriz-. Fue refrescant­e. Y también me dio un poco de miedo, porque pensaba, espero convencer a la gente como alguien de mi edad, o tal vez un poco más grande, porque tengo amigos que ya tienen hijos”.

La actriz no solo encarna a una perona sona cercana a los 30, que está casada, es profesiona­l y madre, sino también al mismo personaje cuando era más joven. El rol era un gran desafío por todo esto, además del trabajo físico que implica interpreta­r a una tenisa ta profesiona­l, para lo cual apeló a su entrenamie­nto como bailarina, copiando los movimiento­s de los profesiona­les sionales que la ayudaron a prepararse para la película. Pero también significó una oportunida­d para terminar de demostrar que está comenzando, con mucha potencia, otra etapa de su carrera como actriz.

Algo que también corroboró con su trabajo en las dos películas de Duna, dirigidas por Denis Villeneuve, donde compartió elenco con otros intérprete­s que se perfilan como las nuevas estrellas, entre ellos, Timothée Chalamet, Florence Pugh y Austin Butler.

Parte de su revelación como actriz adulta está ligada también a la carga sexual que tiene la película de Guadagnino. Antes de su estreno se especuló en los medios sobre las escenas de sexo que contiene el film, pero la realidad es que más que mostrar, Desafiante­s sugiere y coquetea. Lo que sucede es que lo hace de forma tal que resulta muchísimo más audaz y sexy que cualquier película del Hollywood actual (incluyendo varias escenas con desnudez masculina, algo que el cine mainstream suele evitar).

A contramano de los discursos anti-sexualidad en el cine, que muchos jóvenes expresaron en las redes sociales en los últimos tiempos, Zendaya no parece temerle a su representa­ción en la ficción.

La carrera de Zendaya parece ser el resultado de decisiones pensadas y, por supuesto, mucho trabajo. El horario laboral de una estrella de cine no se limita al tiempo que pasa en el set; ni siquiera tampoco, a las reuniones y llamadas a las que tiene que prestarle atención como productora. Para ser Zendaya también hay que salir a vender las películas al público, o sea, hacer prensa y aparicione­s en los lugares indicados.

Desafiante­s se iba a estrenar en el festival de Venecia del año pasado, pero su participac­ión fue cancelada por la huelga del sindicato de actores (SAG). Si el film se presentaba allí, Zendaya no iba a poder caminar por la alfombra roja, ni dar entrevista­s, lo cual es fundamenta­l para que se hable de la película en los medios.

Sin poder participar de festivales, la actriz asistió a varios partidos de tenis de distintos campeonato­s, en los que fue fotografia­da, incluido el US Open. Incluso, el mes pasado causó sensación en uno de los partidos de Indian Wells, al que fue con Tom Holland, vestida casi lista para jugar. Las fotos y un video en el que la pareja canta un tema de Whitney Houston que se escucha por el altoparlan­te, fueron acompañada­s en los medios por el comentario de que la actriz interpreta a una tenista en su nueva película. Lo que se dice una estrategia de prensa perfecta.

Como también lo fueron los looks inspirados por el tenis que Zendaya eligió para la gira de prensa y los estrenos de la película en distintas partes del mundo. La actriz, que trabajó como modelo y tiene el tipo de figura que tradiciona­lmente favorecen los diseñadore­s, entiende que la moda es esencial en la construcci­ón de una estrella de cine. Por eso, desde muy chica, trabaja con un estilista, Law Roach, quien se define como “arquitecto de imagen”.

La sociedad entre Zendaya y Roach fue clave para convertir a la actriz en un ícono de la moda. Es una de las caras de Lancome y embajadora de marcas como Louis Vuitton, Tommy Hilfiger y Valentino. Protagoniz­ó junto con Anne Hathaway un lujoso corto publicitar­io para Bulgari, otra de las grandes firmas que representa, dirigido por Paolo Sorrentino.

Traduce el mundo de la moda al del cine, algo que es como ganarse dos Oscar al mismo tiempo. De hecho, el mes próximo será una de las anfitriona­s del evento de la moda que equivale a los Oscar, la gala del MET (Museo Metropolit­ano de Nueva York).

Es un largo camino el recorrido por Zendaya, desde el teatro, los comerciale­s y el Disney Channel, hasta el lugar que ocupa hoy en la industria del cine y de la moda. Pero el que queda por delante abre una serie de posibilida­des que entusiasma­n a quienes siguen su carrera. Por ejemplo, su deseo de dirigir, que no parece tan lejano; especialme­nte después de que Denis Villeneuve le dijera a Spielberg, en una entrevista pública, que de todo el elenco de Duna, la actriz era a la que más veía como posible directora.ß

 ?? Getty images ?? Desde las produccion­es para teenagers hasta Euphoria y la película del Hombre Araña, la intérprete de 27 consolidó una carrera galáctica
Getty images Desde las produccion­es para teenagers hasta Euphoria y la película del Hombre Araña, la intérprete de 27 consolidó una carrera galáctica
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Ap Durante la presentaci­ón del film donde por primera vez hace un papel adulto
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Euphoria, una revelación
Su papel de Rue en la serie Euphoria, una revelación
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Spider Man
Imdb El inicio del vuelo con Spider Man
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Duna junto a Timothée Chalamet
Warner bros En Duna junto a Timothée Chalamet

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