Entre el trabajo familiar y la capacitación constante
Dos productoras argentinas fueron elegidas entre los “líderes de la ruralidad” de la región
SAN JOSÉ, Costa Rica.- Milagros Paulón es una de las mujeres más jóvenes que fue reconocida como Líder de la Ruralidad de las Américas por el IICA en esta ciudad. Con 24 años está a cargo junto a su hermana, Gisela, del tambo familiar y asesora a escuelas del partido bonaerense de Brandsen para volver eficiente la producción láctea en esa zona. Sin embargo, una preocupación atenta contra la actividad: el precio que cobra por la leche frente a mayores costos de los insumos.
Frente a más de 40 líderes en agricultura del mundo, entre ellos seis argentinos, contó que en el campo El Relincho elaboran quesos artesanales que se comercializan en Brandsen y localidades cercanas. Las hermanas Paulón, junto a su madre Susana Martínez, elaboran 20 quesos por día que salen de un equivalente de 200 litros de leche diarios.
“El ordeñe lo hacemos dos veces al día: a las 4 am y 16. Es un tambo solo de mujeres: la gente se asombra cuando ve que somos todas mujeres. El campo puede ser agotador, porque hay algunas que se tienen que dedicar al trabajo y después hacer las cosas de la casa, como la crianza de los chicos. Yo trabajo aparte del tambo con los otros animales que tenemos y también trabajo para aportar dinero al tambo porque hoy no es rentable”, explica.
La región donde produce se caracteriza por los tambos de escala pequeña. Los productores generalmente vuelcan la producción a la elaboración de masa para mozzarella, pero muchas veces tienen que tercerizar una parte del proceso productivo. Ellas, desde que elaboran quesos duros, tienen margen de negociación, algo que no pasaba con las masas. “Antes también nos dedicábamos a la elaboración de masa, pero teníamos que contar con un intermediario; los quesos los hacemos todo nosotros directamente”, relata.
A pesar de la situación de los tambos, la joven dice que buscan incentivar a más chicos a quedarse en los campos.
En tanto, Patricia Gorza, está a cargo de la empresa familiar desde 2001, junto a Valeria, su hermana. En el establecimiento San José normalmente hacen el ciclo completo en ganadería, pero por una restructuración, incluso de raza, están adecuando todo el sistema para reiniciar después del impacto que ocasionó la sequía. En el campo, de 300 hectáreas, en 9 de Julio tratan de respetar el 33% de rotación entre trigo, maíz y soja hasta llegar al lote en ganadería.
“Trato de capacitarme mucho y acudo a la gente que sabe; mi tarea como propietaria y productora es administrar y hacer que el sistema funcione, eso implica profesionalizar el trabajo: tener al ingeniero para las cuestiones agronómicas, el veterinario, el contador y todo un equipo de profesionales. Cuando comenzamos, tomamos la decisión de que cada área tenía que estar cubierta por alguien que supiera de eso; me asesoran ellos y sobre esa base tomo decisiones, pero no soy la que sé de todos los temas”, explica.