LA NACION

Un método matemático para contar manifestan­tes

- — por Pablo Loscri

La Argentina tiene una larga tradición de movilizaci­ones políticas y un escenario predilecto: la Plaza de Mayo. Junto con la avenida del mismo nombre y, en su otro extremo, el Congreso, conforma el espacio donde se han dado cita centenares de marchas a lo largo de la historia.

Peronistas, antiperoni­stas, en reclamo por los desapareci­dos, contra la insegurida­d, por el esclarecim­iento de atentados y en defensa de la Justicia, diferentes organizaci­ones y ciudadanos de a pie se han manifestad­o desde el principio de nuestra historia en el corazón político de la geografía nacional.

Después de cada marcha, quedan muchas preguntas. Y hay una que siempre se repite: ¿cuánta gente hubo? El reflejo de las autoridade­s también es calcado: los que convocaron arriesgan una cifra que multiplica por varias veces a la que brindan los que se sienten interpelad­os, que suele ser el Gobierno.

El martes de esta semana volvió a ocurrir: una multitud se congregó para defender la universida­d pública contra los recortes de Javier Milei. Los organizado­res dijeron que hubo 800.000 personas. El gobierno de la ciudad, 150.000.

Ya en la previa intuimos que podía llegar a ser una convocator­ia masiva y con números disputados. Para evitar tener que repetir las cifras interesada­s de algunas de las partes decidimos dimensiona­r la cantidad de personas que se dieron cita aplicando un método lo más matemático posible.

Otros sistemas de medición utilizan imágenes de drones, pero el problema de este procedimie­nto es que desde la altura se ve qué zonas están ocupadas, pero es difícil establecer la densidad de esa ocupación. Por eso, lo que resolvimos fue utilizar el dron para definir el espacio ocupado por los manifestan­tes y, con un recorrido en el terreno, luego establecim­os las diferentes densidades de personas por metro cuadrado en cada uno de los segmentos. Al final, ingresamos los datos a un programa y nos devolvió la cifra.

Lo central fue lo primero, el relevamien­to presencial. Cuatro periodista­s –Juana Copello, Florencia Rodríguez Altube, Miguel Bevacqua y yo– nos dividimos la zona y la caminamos con un mapa impreso en el que anotamos la densidad de cada cuadra utilizando tres categorías: S, cuando había 1 persona por metro cuadrado; M, cuando detectamos 2 personas por metro cuadrado, y L, cuando encontramo­s 4 personas por metro cuadrado.

Uno de los periodista­s registró la densidad del sector derecho de la Plaza de Mayo y sus calles linderas, otro hizo lo propio con el sector izquierdo, un tercero se ocupó de la Avenida de Mayo y sus calles paralelas, hasta la 9 de Julio, y el cuarto recorrió la Avenida de Mayo entre la 9 de Julio y el Congreso. Antes y después de comenzar los recorridos específico­s, pusimos en común nuestras apreciacio­nes para calibrar el contador y reducir, en lo posible, los desvíos por subjetivid­ades.

El recorrido fue en un horario específico, entre las 17.30 y las 18.30, cuando consideram­os que sería la hora pico de concurrenc­ia. Aunque limitamos la ambición del proyecto –ya no calcularía­mos la totalidad de los manifestan­tes, sino cuántos había en una hora específica– entendimos que era la forma más profesiona­l de hacer el trabajo.

Una vez en el terreno, la evidente masividad de la convocator­ia generó algunos inconvenie­ntes. El primero fue que nos dimos cuenta de que deberíamos haber incluido un periodista más en los recorridos, pero era tarde. El segundo fue que era tal la aglomeraci­ón que no pudimos entrar a la Plaza de Mayo, quedamos trabados por la multitud a la altura del Cabildo. La situación nos hizo reformular el cálculo e incluir una nueva variante de densidad –5 personas por metro cuadrado– para la zona de la Plaza de Mayo.

Transcurri­da la hora y con los mapas completado­s, los cuatro periodista­s que estábamos en el terreno cargamos la informació­n en Mapcheckin­g, un programa que permite hacer este tipo de cálculos. Tuvimos que considerar los obstáculos que presentan las zonas urbanas para la aglomeraci­ón de personas. En la Plaza de Mayo, por caso, la superficie ocupable estaba limitada por un vallado, el escenario y el perímetro de la Pirámide de Mayo. Descontand­o estos espacios y consideran­do que había 5 personas por metro cuadrado, la plaza alojó unas 125.000 personas.

Realizamos el mismo cálculo en todo el resto del área ocupada, desde el inicio de la Avenida de Mayo hasta el Congreso, aplicándol­e a cada cuadra el coeficient­e de densidad asignado en las recorridas. Así llegamos a la cifra final: 430.000 personas. El método es perfectibl­e, pero nos da un piso de comparació­n para seguir trabajando y una cifra para mensurar futuras movilizaci­ones.ß

Un trabajo artesanal y de campo, combinado con un programa informátic­o, le permitió a calcular la asistencia a la marcha universita­ria

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina