Gabriel Rolón y el éxito de un neologismo: la “faltacidad”
Su libro La felicidad, más allá de la ilusión es el más vendido por el Grupo Planeta en la Argentina en los últimos cinco años
Dos grandes temas atravesaron ayer la jornada más convocante de la Feria del Libro desde que abrió las puertas al público, el jueves pasado: la consternación por la muerte de Paul Auster, un autor favorito de los lectores argentinos, y el runrún generado por la “marcha atrás” del presidente Javier Milei con respecto a la presentación de su flamante libro (ver aparte). En el feriado por el Día del Trabajador, hubo un autor que atrajo a la mayoría de los visitantes: Gabriel Rolón y su mega best seller La felicidad, más allá de la ilusión (Planeta). A sala llena, en la José Hernández, la de mayor capacidad del predio, donde se ubican mil personas sentadas, Rolón dialogó con el periodista Bernabé Tolosa, “uno de los mejores lectores que conozco”, como lo definió el psicoanalista y escritor.
Antes de la presentación, Adriana Fernández, directora editorial de Planeta, le entregó una distinción: La felicidad es el libro más vendido del grupo en el país en los últimos cinco años. Lleva agotados más de 150.000 ejemplares solo en la Argentina (también se publicó en América Latina y España) y encabeza la lista de best sellers desde su lanzamiento, en diciembre.
“Un libro empieza cuando surge la idea y se completa cuando llega a ustedes”, dijo, emocionado, el autor a la audiencia. “La felicidad es un libro lleno de cuestionamientos. Los seres humanos tenemos tendencia a idealizar el amor, los padres y, también, la felicidad. Soñamos con que la felicidad sea completa, que nada nos duela. Después de treinta años de atender pacientes que vienen a buscar un camino hacia la felicidad, desarrollé un neologismo: ‘faltacidad’, que sería la felicidad con faltas. A los que anhelan una idea perfecta de la felicidad, les digo que eso es imposible”, advirtió.
Fueron muchos quienes no consiguieron lugar y se instalaron fuera de la sala para seguir la charla por los parlantes. Una hora y media después de concluida la charla, Rolón seguía firmando ejemplares.ß