LA NACION

La alianza con EE.UU. se resquebraj­a e Israel dice que está dispuesto a pelear solo

La Casa Blanca dijo que “aplastar” la ciudad de Rafah no garantizar­á una “derrota duradera” de Hamas; “si es necesario, lucharemos con las uñas”, respondió el premier Netanyahu

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Estados Unidos redobló la presión sobre Israel para impedir una invasión en Rafah, la ciudad del sur de la Franja de Gaza devenida en el último refugio de millones de palestinos, en un último intento de evitar una nueva escalada que eleve de manera dramática la cifra de víctimas civiles en el conflicto. Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió continuar la lucha aun si tienen que hacerlo solos y “con las uñas”.

“En la Guerra de Independen­cia, hace 76 años, éramos pocos contra muchos. No teníamos armas, había un embargo de armas contra Israel, pero con grandeza de alma, coraje y unidad dentro de nosotros vencimos”, dijo Netanyahu en un mensaje difundido en sus redes.

“Hoy somos mucho más fuertes. Estamos decididos y unidos para derrotar a nuestro enemigo. Si tenemos que luchar solos, lucharemos solos”, declaró el premier. “Si es necesario, lucharemos con las uñas. Pero tenemos mucho más que uñas”, concluyó.

El desafiante mensaje llegó luego del ultimátum del presidente norteameri­cano, Joe Biden, quien adelantó que congelaría el envío de armas si Israel invadía Rafah, y terminó por cerrar un cruce dialéctico que –más allá de los continuos contactos bilaterale­s detrás de escena– resquebraj­ó la alianza entre Israel y Estados Unidos. Además del mensaje de Netanyahu, varios miembros de su gabinete rechazaron en duros términos la advertenci­a de Biden. “Hamas ama a Biden”, escribió en X el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir.

Las conversaci­ones en busca de un alto al fuego quedaron en un punto muerto. En medio de un creciente distanciam­iento, la Casa Blanca amplió ayer la presión sobre el gobierno israelí para intentar impedir una invasión ampliament­e rechazada por la administra­ción de Biden, que teme una escalada irreparabl­e en el saldo de víctimas y en la crisis humanitari­a que azota a Gaza.

Refugiados

“El presidente Joe Biden y su equipo han dejado claro durante varias semanas que no apoyamos una operación terrestre importante en Rafah, donde más de un millón de personas se están refugiando sin ningún lugar seguro adonde ir”, dijo en declaracio­nes a la prensa John Kirby, habitual vocero de la Casa Blanca para asuntos internacio­nales. “Aplastar Rafah no llevará, en su visión, a una derrota duradera y sostenible de Hamas”, insistió.

La nueva advertenci­a pública de la Casa Blanca llegó un día después de que el propio Biden dijera por primera vez en una entrevista con la cadena CNN que frenará el envío de armamento ofensivo a Israel si Netanyahu da la orden a sus tropas de invadir la ciudad del sur de Gaza. La reacción de Biden, respaldada por su partido, en particular el ala progresist­a, que ha sido más crítica de su apoyo a Israel y pedía una postura más dura, fue recibida con un fuerte rechazo en Israel y por los republican­os en Estados Unidos.

Kirby remarcó que Washington seguirá brindando a Israel el armamento que necesita para defenderse de los ataques externos –Estados Unidos fue un actor fundamenta­l en la defensa de Israel ante el ataque que lanzó Irán semanas atrás–, pero dijo que Biden “no quiere que se utilicen ciertas categorías de armas estadounid­enses en un tipo particular de operación en un lugar particular”, en alusión a Rafah.

“Es una elección que Israel deberá tomar. Y esperamos que no lo hagan. Seguiremos trabajando con ellos de nuestra parte para desarrolla­r enfoques alternativ­os que creemos que tendrán mayores posibilida­des de éxito estratégic­o, mayores posibilida­des de eliminar la amenaza de que el pueblo israelí enfrenta con Hamas”, insistió.

Al ser consultado sobre las negociacio­nes para lograr un alto al fuego, Kirby advirtió además que “cualquier tipo de operación terrestre importante en Rafah fortalece la posición de Hamas en la mesa de negociacio­nes, no la de Israel”.

La advertenci­a ocurre cuando la invasión de Rafah parece inminente, con tropas israelíes apostadas en el ingreso de la ciudad. Estados Unidos y otros aliados de Israel han dejado en claro su rechazo a una invasión en Rafah que podría llegar a elevar de manera dramática el saldo de víctimas civiles –más de 34.000 personas murieron en Gaza desde que comenzó el conflicto por el ataque terrorista del 7 de octubre de Hamas, que dejó 1200 víctimas en Israel y más de 240 rehenes en la Franja, más de la mitad, aún en cautiverio– además de empeorar la crisis humanitari­a y la hambruna.

Pero Netanyahu y su gabinete de guerra han desestimad­o las advertenci­as y se mostraron, hasta ahora, decididos a avanzar con la operación, la cual consideran vital para su objetivo de derrotar a Hamas.

La amenaza de Biden, quien ya suspendió algunos envíos de armas a Israel, constituyó el ultimátum más severo de la Casa Blanca y llegó luego de varios meses de distanciam­iento entre Washington y Tel Aviv debido a las divergenci­as, cada vez más públicas y notorias, entre la estrategia desplegada por Netanyahu y su gabinete y los intentos del gobierno norteameri­cano y otros actores regionales por enfriar el conflicto, y evitar una escalada mayor en una región caldeada.

Una y otra vez, el gobierno de Biden dejó en claro que no respalda una operación en Rafah, pero ninguna de las amenazas o advertenci­as parece haber logrado su objetivo de disuadir a Netanyahu.

Para Biden, el conflicto en Medio Oriente amenaza con transforma­rse en un nuevo obstáculo en su proyecto reeleccion­ista, y su advertenci­a a Israel volvió a generar una fuerte repercusió­n política en Estados Unidos. Figuras de la izquierda de los demócratas, como la congresist­a Alexandria OcasioCort­ez, respaldaro­n la decisión del presidente. “Hay 1,3 millones de personas en Rafah. No es necesario masacrarla­s para perseguir a Hamas”, escribió en X. Pero el Partido Republican­o, al unísono, criticó con dureza la decisión del mandatario al acusarlo de abandonar a Israel y, además, de darle una ventaja estratégic­a a Hamas. “Esta decisión de la administra­ción Biden echó nafta al fuego”, dijo el senador republican­o Lindsey Graham.ß

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AhmAd GhARABLI/Afp Cientos de tanques israelíes se posicionan cerca de la frontera sur con la Franja de Gaza, próximos a Rafah

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