Las protestas propalestinas se cuelan en el festival Eurovisión
Cientos de manifestantes desfilaron por Malmö, Suecia, pidiendo un alto el fuego; abuchearon a la finalista israelí, Eden Golan
MALMÖ, Suecia.– Miles de manifestantes con banderas palestinas inundaron ayer la tercera ciudad más grande de Suecia para pedir un alto el fuego en Gaza, y protestar por la participación de Israel en el Festival de Eurovisión, que se celebra esta semana.
Croacia, Suiza y Ucrania son las favoritas con sus originales apuestas de esta gran fiesta del kitsch y la música pop, donde cantantes de 26 países compiten por tomar el relevo de Suecia, el último ganador.
Pero todo tiene una cara y una cruz. La cara: el recinto Malmö Arena, donde todo son luces de neón, trajes brillantes y ritmos animados. La cruz: el incesante ir y venir de policías armados que patrullan entre las decoraciones multicolores. Algunos afirman que ha sido la edición más politizada en sus 68 años de historia, con el insistente pedido de artistas y activistas de boicotear la participación de Israel como protesta por la guerra.
Mientras los manifestantes propalestinos emprendían su marcha, muchos de ellos ataviados con el típico pañuelo blanco y negro palestino, los fans que viajaron expresamente por el festival deambulaban vestidos con lentejuelas y banderas de colores por las calles vecinas.
Suecia ya estaba en alerta máxima desde hace meses, anticipándose a la posibilidad de atentados en respuesta a su ingreso en la OTAN en marzo pasado, así como a una oleada de quemas de coranes. La seguridad en Malmö esta semana se hizo expresamente estricta, con un aumento visible de agentes patrullando a pie, en camionetas y a caballo.
En el centro de todo está la canción israelí Hurricane, cantada por Eden Golan, de 20 años, que ayer pasó a la final del certamen con la esperanza de conseguir mejorar la imagen de Israel en la escena mundial.
En un ensayo general celebrado el miércoles en el Malmö Arena, Golan fue recibida con abucheos y gritos de “Palestina libre” por miembros del público. La cantante israelí volvió a recibir gritos y abucheos del público cuando se anunció su pase a la instancia final.
Inspecciones
Las amenazas de muerte contra Golan llevaron al organizador del concurso, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), a emitir una declaración el mes pasado condenando el acoso a los participantes. Los medios israelíes informaron que Ronen Bar, jefe del servicio secreto Shin Bet, visitó Malmö la semana pasada para inspeccionar las disposiciones de seguridad de la delegación del país.
La gran mayoría de las protestas se han centrado en Golan como representante de Israel. Sin embargo, también es un caso raro de alguien que ha sido blanco de críticas relacionadas con dos conflictos.
Golan es israelí. Nació en la ciudad central de Kfar Saba, de madre ucraniana y padre letón. Pero hasta hace dos años y la invasión a gran escala de Ucrania, ella era una estrella del pop en Rusia.
Algunos ucranianos la han criticado por actuar en la Crimea ocupada y no hablar, aunque otros señalan que era una niña en ese momento. Su grupo pop Cosmos Girls fue producido por Grigory Leps, un comprometido partidario del presidente Vladimir Putin y de las incursiones rusas en Ucrania.
Poco después de la invasión rusa a gran escala hace dos años, Golan y su familia regresaron a Israel.
Dentro del Malmö Arena, la organización prohibió, como de costumbre, las banderas que no sean de los países participantes y los carteles con mensajes políticos.
Para respetar la neutralidad del concurso, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que organiza el certamen,nopermitióelañopasado que tomase la palabra el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky. Esa neutralidad fue desafiada el martes por el cantante sueco Eric Saade, que lució en el brazo el pañuelo palestino en apoyo de esa causa.
Según explicó el historiador Andreas Ãnnerfors, especialista de Eurovisión, para los fans del concurso –que atrajo a 100.000 visitantes– “lo importante es lo que hay en el escenario, no la política”. Con casi 70 años, el festival es “una muestra de tolerancia europea que no se encuentra bajo otras formas ni en otros lugares”, añadió.
“Tiene que haber manifestaciones, la gente debe expresar sus opiniones, deben boicotear”, dijo por su parte Magnus Barmark, candidato de Noruega con su grupo Gate, que, al igual que otros ocho participantes, pidió un alto el fuego en Gaza. Mañana, al mismo tiempo que la final del festival oficial, los activistas organizarán una primera edición de Falastinvisión, en solidaridad con los palestinos de Gaza.ß
Agencia AFP y The Washington Post