El Papa anunció el Jubileo 2025, que convocará a 32 millones de fieles a Roma
En la bula correspondiente al Año Santo llamó a los gobiernos a actos de clemencia, amnistía a presos y condonación de deudas de países pobres
ROMA.– El papa Francisco lanzó oficialmente ayer el Jubileo de 2025, megaevento eclesial que el año próximo se estima que llevará a 32 millones de peregrinos a Roma, con un fuerte llamado a la paz en “un mundo sumergido en la guerra”, en el que invitó a los fieles católicos de todo el planeta a dar “signos de esperanza” a los más débiles.
“No lo olvidemos, los pobres, casi siempre, son víctimas, no culpables”, recordó el Pontífice en la bula de convocatoria del Jubileo Ordinario del Año 2025, titulada “Spes non confundit” (“La esperanza no defrauda”), que, en una ceremonia solemne ante la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro –cerrada–, entregó a los arciprestes de las basílicas papales de esta capital, a algunos representantes de las iglesias del mundo y los protonotarios apostólicos.
Monseñor Leonardo Sapienza, regente de la Casa Pontificia, leyó entonces partes de este documento, en el que el Papa, tras destacar que “el mensaje central del próximo Jubileo es la esperanza”, instó a que, durante el Año Santo, los cristianos recuperen justamente la esperanza y el entusiasmo de vivir, siguiendo al Evangelio de Jesús. Y que transmitan esta esperanza y entusiasmo con hechos concretos: “El compromiso de la diplomacia por construir con valentía y creatividad espacios de negociación orientados a una paz duradera”, actos de clemencia o amnistías hacia los presos, actos de misericordia hacia los enfermos, hacia los jóvenes, los estudiantes, los novios y las nuevas generaciones, los migrantes, los ancianos, así como con la condonación de deudas a los países imposibilitados de pagarlas.
“Es escandaloso que, en un mundo dotado de enormes recursos, destinados en gran parte a los armamentos, los pobres sean la mayor parte […], miles de millones de personas. Hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una cuestión que se añade casi por obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño colateral. De hecho, a la hora de la actuación concreta, quedan frecuentemente en el último lugar”, denunció el Pontífice. “No lo olvidemos: los pobres, casi siempre, son víctimas, no culpables”, agregó.
En la bula, el Papa también destacó que “el Jubileo nos recuerda que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos”.
“Es necesario que cuantos poseen riquezas sean generosos, reconociendo el rostro de los hermanos que pasan necesidad”, indicó, al renovar el llamado que había hecho en la encíclica Fratelli tutti a constituir un Fondo Mundial para terminar con el flagelo del hambre con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares.
“Hay otra invitación apremiante que deseo dirigir en vista del Año jubilar; va dirigida a las naciones más ricas, para que reconozcan la gravedad de tantas decisiones tomadas y determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas”, pidió Francisco, de 87 años. “Si verdaderamente queremos preparar en el mundo el camino de la paz, esforcémonos por remediar las causas que originan las injusticias, cancelemos las deudas injustas y pendientes y saciemos a los hambrientos”, agregó, al evocar un llamado que ya había hecho san Juan Pablo II en ocasión del Jubileo del año 2000.
Al margen de recordar que, desde aquel evento, que tuvo lugar cuando se cruzó el umbral de los 2000 años del nacimiento de Jesús, el Papa también convocó a un Jubileo extraordinario de la Misericordia entre fines de 2015 y 2016, en “Spe non confundit” hizo un repaso histórico de esta tradición católica, que suele darse cada 25 años y explicó su significado.
“La vida cristiana es un camino que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús”, escribió. “Me agrada pensar que fue justamente un itinerario de gracia, animado por la espiritualidad popular, el que precedió la convocación del primer Jubileo en el año 1300”, agregó, al recordar que, si bien fue entonces el papa Bonifacio VIII quien instituyó el primer Año Santo, ya antes se organizaban peregrinaciones o celebraciones a diversos santuarios para que los fieles obtuvieran la gracia del perdón.
El Jubileo 2025 comenzará el próximo 24 de diciembre, Nochebuena, con la ceremonia solemne de apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, y se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, cuando se clausurará el acceso.
Pero no solo se dará en Roma, donde se espera la llegada masiva de peregrinos y debido a ello ya desde hace meses la ciudad se encuentra colapsada por diversas obras que han provocado más caos en el tránsito que el habitual.
Como indica la bula, el Año Santo también podrán vivirlo quienes no pueden llegar hasta aquí y se celebrará también en las iglesias del resto del mundo. Allí, el Jubileo se abrirá el 29 de diciembre de 2024 y se cerrará el 28 de diciembre de 2025.ß