El Ciclón despejó nubarrones
Cuando la eliminación de la Libertadores amenazaba a San Lorenzo, el equipo de Romagnoli reaccionó con carácter y juego para derrotar 2-0 a Independiente del Valle, reposicionarse en el grupo y soñar con los 8vos
Una victoria para destrabar situaciones, un triunfo que renueva la esperanza. Un éxito que reconstruye un camino dinamitado. La cuarta actuación de San Lorenzo en el Grupo F de la Copa Libertadores tuvo un marco de definición y el Ciclón cumplió con el objetivo: con autoridad, empuje y sacrificio atropelló a Independiente del Valle, se impuso por 2 a 0 y ahora se anima a pulsear por una plaza en los octavos de final. La goleada de Palmeiras sobre Liverpool provocó la estampida de los brasileños en la zona e igualó al resto en puntos y, además, los comprimió en la diferencia de goles. Con dos fechas por delante para la definición de la etapa de grupos, en un apretado desenlace importará hasta el mínimo detalle.
Un grito de guerra. Un pedido desesperado. Una imposición. “Esta noche cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar”, el mensaje del público que se ilusionó en el estreno ante el poderoso Palmeiras, aunque el esfuerzo apenas alcanzó para un empate. Las derrotas con Independiente del Valle –última función del ciclo de Rubén Insua– y Liverpool –en la agonía del juego– provocaron el hundimiento y socavaron el espíritu. “Transmitir que es un partido que define mucho para nosotros. El parate de dos semanas sirvió para trabajar un juego que es una final”, analizó el entrenador Leandro Romagnoli, que entre el intento de un cambio de la idea futbolística –más ambicioso que su antecesor– apostó también a otras caras en la formación, como Eric Remedi y alexis Cuello.
De Dock Sud, con inferiores en Racing y pasos por Barracas Central, Instituto y almagro, Cuello –que no contaba en la planificación de Insua– en su cuarto partido destrabó el resultado. Con suspenso, porque la convalidación llegó tras la intervención del VaR, ya que el árbitro asistente Claudio Urrutia marcó offside al juez principal, Felipe González. Un desahogo, un alivio, la señal que el equipo necesitaba para descomprimir, en particular porque en la semana integrantes de la barra brava visitaron al plantel pidiendo mayor actitud y compromiso. Y sin darle espacio para la reacción al rival, San Lorenzo estiró la ventaja: fue el goleador adam Bareiro el que descargó su furia, después de tener un par de choques con el arquero Wellington Ramírez, faltas que le valieron una tarjeta amarilla que acarreará la suspensión de un partido y ausentarse del juego de la próxima semana con Liverpool, al igual que el colombiano Jhohan Romaña, expulsado con tarjeta roja directa por una fortísima infracción. Dos bajas sensibles para un momento trascendental.
La intensidad que impuso el Ciclón, un torbellino con el que envolvió a un rival que jugó desconcentrado, con errores gruesos en defensa y muy poca presencia ofensiva. necesitó casi 40 minutos para diseñar un par de jugadas de riesgo Independiente del Valle; a esa altura, el arquero Gastón ‘Chila’ Gómez había reemplazado al lesionado Facundo altamirano.
Racing recibió su tercer cachetazo en apenas 20 días. El 16 de abril pasado, pese a golear a Belgrano, en Córdoba, quedó fuera de la etapa decisiva de la Copa de la Liga por apenas un punto. Hace una semana, fue protagonista de uno de los batacazos del año con la eliminación de la Copa Argentina ante Talleres, de Remedio de Escalada. Ahora, cayó por 2 a 1 en Brasil, ante Bragantino, perdió el invicto en la Copa Sudamericana y complicó lo que parecía una cómoda zona H.
Empujó hasta el último instante la Academia, que se instaló los 10 minutos finales en el área del equipo brasileño. Pero no le alcanzó para conseguir el empate agónico, que hubiera valido casi tanto como un triunfo. Es que Bragantino y Racing son los equipos que pelean por el primer puesto del grupo, el que da el pase directo a los octavos de final. Ambos comparten ese liderazgo, con 9 puntos, aunque la Academia tiene mejor diferencia de gol.
La última imagen que había mostrado el equipo de Gustavo Costas había sido hace exactamente una semana, en Quilmes, con aquel gol agónico de Talleres, de Remedios de Escalada, un equipo de Primera Nacional, que en los minutos finales y con un hombre menos lo dejó en el camino de la Copa Argentina. Un golpe que movió la tierra en la mitad celeste y blanca de Avellaneda.
Lo que siguió en lo inmediato fue peor. A los siete minutos de partido, Racing ya caía 2 a 0 ante Bragantino. Si la Academia fue a buscar a Bragança, unos 80 kilómetros al norte de São Paulo, un triunfo que le asegure la clasificación a la siguiente etapa de la Sudamericana y sirva para dar vuelta la página del mazazo de la Copa Argentina, ocurrió lo contrario. Fue una excursión enrevesada.
Por la tarde, se supo que por error Racing había llegado a Brasil sin los botines de los futbolistas. Si bien para la hora del partido el club anunció que el problema estaba resuelto, el asunto ya estaba instalado. Y se agravó con el mal inicio, además de que los resbalones de los futbolistas durante la primera mitad fueron recurrentes. Ya a los dos minutos de juego el equipo había dado indicios de que no salió bien pisado, cuando un blooper de Gabriel Arias casi termina en la red propia. En la primera jugada que el visitante pareció respirar, al pisar el área rival, terminó en una contra bien definida por el uruguayo Thiago Borbas. A los siete, parecía que no quedaban tiempo para lamentos, cuando el marcador ya decía Bragantino 2-Racing 0. Doblete de Borbas, quien estuvo cerca de ser refuerzo hace un año, por pedido de Fernando Gago.
Así, los de Avellaneda pagaron muy caras las desatenciones y los errores defensivos. Para un equipo que suele aprovechar los ataques directos y el poderío de sus delanteros, ir debajo en el marcador es una desventaja marcada. Sin embargo, mostró algo de reacción después de ese muy mal arranque. Primero, con el descuento de Santiago Solari, cuando promediaba el primer tiempo. Quedó cerca en el resultado y en el trámite. Insistió hasta el final. Pero no le alcanzó. Desde el arribo de Costas, en las siete ocasiones que arrancó en desventaja no pudo revertir el resultado: seis fueron las derrotas que acumula en este ciclo (Unión, Godoy Cruz, Sarmiento, Talleres, Boca y Bragantino) y la restante un empate agónico ante Defensa y Justicia.
Ahora, deberá cerrar el grupo como local ante Coquimbo Unido y Sportivo Luqueño. Ya sin margen de error, porque los cachetazos sufridos en la Copa de la Liga y en la Copa Argentina levantaron la temperatura en la mitad celeste y blanca de Avellaneda. El plano internacional es la apuesta institucional para este 2024. Y ahí deberá rendir examen, justo cuando su confianza parece empezar a mermar después de la racha de victorias consecutivas.ß