LA NACION

Rubén Botta El 10 que estuvo cerca de Boca es la bandera de fútbol en Talleres

A los 34 años, el zurdo se destaca en la Libertador­es y es la referencia ofensiva de la “T” para la Liga Profesiona­l

- Texto Christian Leblebidji­an diego lima / AFP

¿ Puede un jugador que viene de irse al descenso en diciembre de 2023 ser un “10 sensación” en la Copa Libertador­es 2024? Sí. Rubén Botta logró algo que no suele ser común. Si un futbolista le toca irse a la B y encima superó la barrera de los 30, por ahí le cueste más trabajo volver a sentirse importante. El habilidoso zurdo lo hizo, llamó la atención de Juan Román Riquelme para ser refuerzo de Boca y terminó siendo la bandera de fútbol de un Talleres que quiere dar el batacazo en el certamen más importante de América y también afirmarse como candidato en la Liga Profesiona­l que está por comenzar.

Este miércoles confirmó su buen momento en la victoria de la “T” ante Barcelona de Guayaquil por 3-1 en el estadio Kempes. Anotó un golazo con un remate cruzado. Justamente los latigazos que saca (sus disparos fuertes y desde lejos) son muy difíciles de defender para los arqueros. Ante el conjunto ecuatorian­o, triunfo que le posibilitó al conjunto cordobés mantener el primer puesto del Grupo B que también comparten con San Pablo y Cobresal, Botta tocó 46 pelotas, dio 27 pases (según estadístic­as de Opta), remató 4 veces (2 de ellas en dirección al arco), generó 5 chances de gol y cometió más faltas (3) de las que recibió (1), sinónimo de que no le quita la pierna a la marca y que muchas veces es el primer eslabón de la presión cuando se pierde la pelota en ataque: así generó dos quites con posesión.

Fue el cuarto jugador con más pases realizados, detrás de Ulises Ortegoza (35), Gastón Benavídez (32) y Marcos Portillo (30). No tuvo un porcentaje alto en el acierto de las entregas (55,6%), pero aun así fabrica peligro, aunque varias veces no acierte cuando levanta la cabeza.

En el esquema táctico de Walter Ribonetto, que puede oscilar entre un 4-3-3 y un 4-2-3-1, Botta suele arrancar desde la derecha para luego tirarse al medio. En los viejos “pizarrones”, tiene movimiento­s de 8 a 10. Como el entrenador suele jugar con dos delanteros veloces por afuera y un centrodela­ntero definido, también puede arrancar más adelantado, como falso wing derecho –a perfil invertido- para enganchar, aprovechar el recurso de la gambeta –unos de los que mejor maneja– y quedar de frente al arco. En Talleres suma 3 goles y 4 asistencia­s en 14 partidos.

Pocas veces un club da informació­n sobre la contrataci­ón de un futbolista. En el caso de Talleres hasta comentaron desde cuándo lo venían siguiendo: “El Departamen­to de Scouting de la institució­n sigue la evolución del jugador desde 2015, destacando en Botta su liderazgo trasladado al juego, siendo una opción permanente de generación de peligro para todos los equipos en los que ha jugado. Por su posicionam­iento y entendimie­nto táctico, el futbolista siempre encuentra lugares por dónde lastimar al rival”. A la “T” el pase le costó 300.000 dólares más la cesión a préstamo de dos jugadores para Colón, Ignacio Lago y Bruno Juncos. Llegó para reemplazar el talento de otro enganche zurdo: Rodrigo Garro, que se fue a Corinthian­s, de Brasil.

“Rubén cuenta con una gran pegada, siendo responsabl­e de las acciones de balón parado. Presen

Rubén Botta festeja su gol ante Barcelona de Ecuador, por la Libertador­es

ta además una gran virtud en el manejo de los tiempos, interpreta­ndo los momentos para atacar y cuándo conservar la pelota. Por su carrera, personalid­ad y cualidades técnico-tácticas, Rubén Botta es un jugador fundamenta­l para el armado del equipo en esta Temporada en la que Talleres tendrá además de los torneos locales, dos competenci­as internacio­nales”, completó la explicació­n por su ficha la entidad cordobesa.

Ya en un Colón que le costaba ganar, primero con Néstor Gorosito y luego con Israel Damonte, había sido uno de los pocos futbolista­s en generar aplausos. Y eso que tampoco había sido una maravilla: marcó 3 goles en 17 partidos, tuvo altibajos, se mostró bastante irregular con sus rendimient­os de un partido al otro, pero se destacó muchísimo en un partido ante River (2-2), en Santa Fe, donde hizo dos goles. Dicen que Riquelme ya lo venía observando desde antes.

“Ya no soy un pibe”

“No llegué a hablar con Riquelme, pero estuve cerca de jugar en Boca. Es como todo, uno pone en la balanza y toma decisiones. A mi edad uno elige estar cómodo y tranquilo, que sea más fácil la adaptación. Sé que Andrés (Fassi) es ganador y uno eligió la tranquilid­ad. Talleres hace muchos años demuestra que pelea arriba y que tiene un proyecto”, reconoció Botta en marzo de este año. Y agregó: “Fueron las negociacio­nes, por temas que uno prefiere evitar. No me fueron llevando como yo pienso, como quería llevar mi carrera. Ya no soy un pibe. Creo que tomé una decisión justa. Estoy muy feliz de estar acá. Disfruto del día a día”.

No era el primer 10 zurdo al que el presidente xeneize le había puesto el ojo: antes fue Oscar Romero (de paso irregular por el

Xeneize); más cerca en el tiempo, Matías Rojas, que hace poco recaló en el Inter Miami de Messi, y Benjamín Rollheiser, en su etapa en Estudiante­s (finalizó en Portugal). Se dio el gusto con Kevin Zenón, que respondió positivame­nte desde el primer momento y está a la altura del desafío, pero Riquelme siempre tuvo debilidad por los jugadores como Botta.

¿Puede Botta ahora despertar admiración y aplausos si en 2019 había tenido la chance de jugar en un grande pero no la aprovechó? Sí. El zurdo parece haber encontrado el punto justo de su rendimient­o ahora. En febrero de 2020, no bien se dio su traspaso a Defensa y Justicia, se había quejado contra Juan Antonio Pizzi, entrenador que lo tuvo en San Lorenzo, en declaracio­nes a TYC Sports: “Los últimos seis meses en San Lorenzo no me tocó jugar y no la pasé bien. Siempre intenté y siempre entrené, por eso hoy tengo esta revancha. En San Lorenzo, cuando llegamos a la pretempora­da, Pizzi habló con los que no iba a tener en cuenta y a mí nunca me dijo nada. Es más, la primera fecha me tocó jugar. Se portó muy mal, pero nunca dije nada y siempre respeté al club y a mis compañeros. Muchas veces me dio bronca, pero ahora doy vuelta la página”. En el Ciclón jugó 78 partidos, anotó 6 goles y aportó 5 asistencia­s, pero en el Halcón tampoco pudo despegar: apenas 9 partidos y un gol.

Para entender un poco el presente, de por qué rinde como wing derecho o 10 en Talleres, vale la explicació­n que había dado Botta en el Ciclón: “Cuando llegué, me tocó jugar de wing izquierdo, algo que nunca hice y que quizás se me hizo difícil. Tuve partidos malos jugando ahí, lo reconozco. Pero cuando me tocó jugar en una posición que era la mía, por derecha, muchas veces lo hice muy bien. No es una excusa, pero uno a veces se siente más cómodo en otros sectores de la cancha”. Ahora se mueve a sus anchas en la “T”, con libertades y dentro de un equipo muy ofensivo.

El descenso de Colón lo marcó negativame­nte: “Fue durísimo, me tocó tocar finales... Lo hablé con muchos amigos y no se lo deseo a nadie. No puedo explicar lo que sentís, es durísimo, la entrada en calor, el día que llegás. Cuando mirás a la gente, los nervios... No me tocó jugar un partido así, es uno de los momentos más duros que me tocó en mi carrera”, había reconocido en ESPN. Pero el fútbol le hizo recuperar la sonrisa.

Tras aparecer en Tigre en la temporada 2008/09, apenas jugó 12 partidos en Inter de Milán “Para mí será un honor vestir la camiseta del Inter y poder jugar junto a Javier Zanetti, Esteban Cambiasso, Diego Milito y a otros campeones”, había revelado Botta en una entrevista al diario Corriere dello Sport); 21 en Chievo Verona, 31 en Sambenedet­tese y 57 en Bari, donde logró el ascenso a la Serie B. Estuvo en México, donde fue campeón con Pachuca. Pensar que Botta estuvo en las inferiores de Boca. En 2013 reconoció: “Me echaron porque no hacía las cosas bien. Estaba como en un cumpleaños, en otra”. Ahora estuvo cerca de volver, pero el destino le puso la escala en Talleres. En Córdoba es determinan­te y está feliz, aportando goles y asistencia­s. A puras gambetas, no se fija en el calendario y se entusiasma con llegar lejos la Copa Libertador­es.ß

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