Aprendizajes útiles de curiosos extremos
¿Cómo funciona el cerebro humano? ¿Qué superpoderes tiene? ¿Lo usamos sin darnos cuenta? La bióloga y doctora en educación Melina Furman no se cansa de sembrar ciencia en nuestra vida cotidiana. Acaba de publicar
su nuevo libro, Curiosidad extrema, experimentos para entrenar los superpoderes de tu cerebro
(Siglo XXI). La particularidad de esta obra es que fue escrita a seis manos junto a sus dos hijos, Ian y Galo, de 11 años, dos curiosos extremos como su mamá.
En este libro “laboratorio”, primero se explican los experimentos, que están acompañados de viñetas dibujadas e instrucciones para lograrlos. Luego se presentan algunas preguntas para reflexionar sobre la experiencia y finalmente la experta explica el concepto científico al que nos hemos expuesto al experimentarlos. Una de las propuestas es “medir nuestra creatividad”. En este caso, Ian y Galo tienen que pensar ideas creativas para el cumpleaños de 70 de su abuela y comienzan a hacerse preguntas a partir de cuántos usos diferentes pueden darle a un vaso. Furman explica el método Scamper (que en inglés significa correr rápido), que se usa para generar una lluvia de ideas sobre algo que se quiere crear o mejorar. Cada letra significa una acción y hay que pensar una propuesta creativa para realizarla, como con este ejemplo de bloques de construcción tipo Rasti. Las acciones son sustituir, combinar, agregar, modificar, propósito (para qué otra cosa la puedo usar), eliminar y reordenar. “A veces sentimos que la creatividad es como una chispa mágica que aparece en el momento en el que se nos ocurre algo, pero hoy sabemos que no es una cualidad que se tiene o no se tiene: se puede desarrollar a lo largo de la vida, con práctica y distintos ejercicios que nos inviten a imaginar cosas nuevas”, explica Furman. Esos usos alternativos que conocimos utilizando el método Scamper nos permiten medir nuestro pensamiento divergente y ponen en juegos las cuatro características de la creatividad: la originalidad, con la que podemos crear algo que nadie más pensó o hizo antes; la fluidez, la capacidad de pensar en muchas ideas en poco tiempo; la flexibilidad, que consiste en cambiar las ideas y adaptarnos a nuevas situaciones, y la relevancia. Buscamos que nuestras creaciones tengan sentido y sean realmente útiles para algo.
Si bien es un libro para experimentar con niños, créanme que también funciona con adultos. Aquí probamos muchos de los experimentos y pasamos un muy buen rato de aprendizaje y sorpresa viendo cómo funcionan nuestro sentido del tacto, el olfato, la vista y poniendo nuestra memoria y creatividad en acción. Hay una fórmula infalible para “criar hijos curiosos” (así es el nombre del anterior libro de Melina Furman): ser nosotros adultos genuinamente dispuestos a aprender toda la vida. ß
Sonido recomendado para leer esta columna: Para llevarte a vivir, Luis Pescetti, Juan Quintero.