LA NACION

La reconcilia­ción de Racing

La Academia y el DT Costas necesitaba­n sembrar certidumbr­e después de semanas agitadas: en el Cilindro, el equipo venció 3-0 a Argentinos, con goles de Martirena, Carbonero y Roger Martínez, para alentar sus ilusiones

- Nicolás Zuberman

Por segundo partido consecutiv­o, Racing ganó 3 a 0 de local. Lo había hecho el jueves pasado, ante Coquimbo Unido. Y ahora lo hizo ante Argentinos. La mejor manera de volver a caminar por la calle de la confianza, después de los cachetazos que acumuló en el último tiempo. Los goles fueron de Gastón Martirena, Carbonero y Roger Martínez, pero esta vez fueron el corolario de buenas conexiones colectivas. Cuando el partido se le abre, la historia resulta más sencilla para este equipo: de las 13 victorias que lleva en el año, ocho fueron por más de tres goles.

Construyó un buen triunfo el equipo de Gustavo Costas. En la previa había motivos para bancarse el frío y la hora del lunes. Alcanzaba con mirar lo que hicieron Racing y Argentinos la fecha pasada, la primera de esta Liga Profesiona­l de Fútbol. La Academia fue protagonis­ta del partido más entretenid­o del fin de semana anterior, con un inexplicab­le empate 4 a 4 ante Belgrano. Esa jornada se había iniciado en la Paternal, con un muy entretenid­o triunfo del Bicho por 3 a 2 ante Rosario Central. Era un partido para atender.

Además de eso, están los nombres propios, con dos entrenador­es que suelen apostar al ataque. El local, esta vez, volvió a creeren la línea de cinco en el fondo. ¿Por qué? Para contrarres­tar los tres hombres en ofensiva que proponía Pablo Guede. Argentinos, sin embargo, casi no hizo pesar esa superiorid­ad numérica de mitad de cancha para adelante. Pero sí sufrió en el área propia.

La apertura del marcador se hizo desear más de lo esperado gracias a las manos de Diego Rodríguez, el arquero de Argentinos, que vivió un partido especial por su pasado en independie­nte. En dos oportunida­des salvó buenas definicion­es de Agustín Almendra. Un aviso de que las aparicione­s desde atrás en el área tomaban por sorpresa a los defensores visitantes. El fútbol, se sabe, da avisos. Y a los 26 minutos lo confirmó. Cuando llegó el centro de Gabriel Rojas, Maximilian­o Salas y Adrián Martínez estaban con marcas en el área chica. Pero el otro lateral, Gabriel Martirena apareció solo en el segundo palo. Y esta vez Rodríguez no pudo hacer nada.

Una de las máximas virtudes que encontró este equipo de Costas es su capacidad de lastimar con muy pocas conexiones, gracias al buen momento de sus delanteros.

veces, con tres toques le alcanza a Racing para llegar claro al arco rival. Un pelotazo largo de Gabriel Arias, una buena participac­ión de Salas, de espalda, y un desmarque de Maravilla alcanzan para poner en peligro al rival. La ventaja, sin embargo, la consiguió cuando logró hacer ancha la cancha. De banda a banda. De lateral a lateral.

Guede buscó corregir esa disposició­n en el tablero de ajedrez que se dispuso sobre el césped del Cilindro de Avellaneda con dos modificaci­ones. Argentinos se adelantó unos metros y se hizo más fuerte en la mitad de la cancha. Costas respondió: Santiago Sosa se adelantó unos metros y en lugar de jugar por detrás de los zagueros centrales se incorporó como mediocampi­sta.

La movida táctica no alcanzó para que el visitante emparejara el partido. Menos aún cuando a falta de más de 30 minutos, Argentinos se quedó con un futbolista menos. Maravilla Martínez no logró convertir, pero también tuvo una incidencia clave: provocó la segunda amarilla de Francisco Álvarez. Ahí otra vez apareciero­n los espacios para los delanteros de la Academia, que se sabe que son picantes.

La tercera fue la vencida para Johan Carbonero. En el primer tiempo, el palo le había negado la chance cuando entraba de izquierda a derecha. En el inicio de la segunda mitad, fue el Ruso Rodríguez quien le ganó la pulseada. A los 18 del segundo tiempo, otra vez con su movimiento clásico de la banda hacia el centro, sacó un derechazo inatajable.

Aún con el recuerdo reciente de lo que le había ocurrido en Córdoba, cuando le igualaron un partido en el que llevaba tres goles de ventaja, el 2 a 0 y el hombre de más le dieron tranquilid­ad a la Academia. Incluso se dio el regreso de Juan Fernando Quintero, que no jugaba desde principio de mes, cuando Racing perdió ante Talleres, de Remedios de Escalada, por una molestia muscular. Todavía quedaba una alegría más, con ese muy buen frentazo de Roger Martínez que le puso el moño a una gran jugada colectiva. Una noche redonda, como local, ante un rival competitiv­o. Justo lo que Racing necesitaba para retomar la senda de la confianza.ß

 ?? ?? Martirena y Johan Carbonero, autores de los dos primeros goles para Racing, se asocian en el festejo del tanto del colombiano; Nardoni completa la escena getty images
Martirena y Johan Carbonero, autores de los dos primeros goles para Racing, se asocian en el festejo del tanto del colombiano; Nardoni completa la escena getty images
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getty Salas se escapa de la marca; Racing aprovechó sus momentos

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