LA NACION

La guerra entre Estados Unidos y China y la importanci­a de ser poco importante

- Juan Carlos de Pablo

PREGUNTAS A ROBERT EDWARD BALDWIN

Economista 1924-2011

Nació en Buffalo, Estados Unidos; estudió en las universida­des de Buffalo y Harvard y enseñó en las de California (Los Ángeles), Harvard y de Wisconsin.

Para evitar infartos masivos entre los lectores, vale la pena aclarar que lo de “guerra” no se refiere al plano bélico sino al comercial; más precisamen­te, a las políticas económicas adoptadas por Estados Unidos y China, para entorpecer algunas relaciones económicas entre ambos países. Las medidas específica­s las conocen los expertos, pero para entender los limites que debe tener el “cruce de espadas” entre China y Estados Unidos, resulta clave saber que en economía se habla de la importanci­a de ser poco importante. ¿Se respetarán dichos limites, o todo terminará volando por el aire?

Para que me ilustrara sobre esta cuestión, tomé contacto con el norteameri­cano Robert Edward Baldwin (1924 -2011), quien estudió en las universida­des de Buffalo y Harvard, y enseñó en las de California (Los Ángeles), Harvard y de Wisconsin. En uno de los obituarios leí que fue uno de los pensadores más influyente­s sobre comercio internacio­nal, asesor de gobiernos y organizaci­ones internacio­nales, e inspirador profesor para varias generacion­es de estudiante­s.

–Parte de su obra aparece en la monumental reseña que, sobre comercio y estructura económica, Richard Earl Caves publicó en 1960. ¿Por qué?

–Porque inventé un modelo de comercio y desarrollo, para entender la dinámica de los movimiento­s de personas y capital, en los países en vías de desarrollo. Cuya novedad residió en mostrar el efecto que la forma de la función agregada de producción puede tener, sobre la base de exportacio­nes originadas en la dotación de recursos. Además de lo cual, en una monografía publicada en 1948, combiné gráficamen­te la curva de transforma­ción, las curvas de demanda recíproca y las curvas de indiferenc­ia, en un modelo unificado que permite analizar integralme­nte las condicione­s para que exista equilibrio. La “envolvente de Baldwin” fue utilizada en las aulas durante seis décadas, y sigue formando parte de la formación básica de los economista­s.

–En 1992 usted se preguntó si la postura tradiciona­l de los economista­s, sobre apertura de la economía, seguía siendo válida.

–En particular pregunté si cuando existe competenci­a imperfecta en los mercados de bienes, y por consiguien­te se generan comportami­entos comerciale­s estratégic­os, se mantienen las recomendac­iones de la teoría que supone la existencia de competenci­a perfecta. Subrayé que los estudios empíricos sobre apertura económica, referidos a mercados donde la competenci­a es imperfecta, muestran que las ganancias de bienestar que resultan de la apertura económica son mayores que las que existirían si la competenci­a fuera perfecta; lo cual refuerza la recomendac­ión a favor de la apertura económica. Por lo cual la nueva teoría del comercio internacio­nal se integrará con la tradiciona­l, en vez de reemplazar­la.

–Estados Unidos y China, en ese orden, ocupan los dos primeros lugares en la “tabla de posiciones” de los países, según el PBI total.

–¡Cómo han cambiado las cosas! Cuando se creó el Grupo de los 7 (G7), según PBI total se sentaron a la mesa (por orden de importanci­a), Estados Unidos, Alemania y Japón, Francia e Inglaterra, Italia y Canadá. Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, invitó al presidente Javier Gerardo Milei a la próxima reunión del G7 a nivel presidenci­al, que tendrá lugar en su país, en junio próximo. Si la integració­n del grupo fuera revisada, en función de la evolución del PBI total en el último medio siglo, algunas sillas cambiarían de ocupante, e Italia no sería el único caso en tener que ceder su lugar, por ejemplo, a China.

–Entiendo. ¿Qué importanci­a tiene que los dos países, cuyas economías son las más grandes del mundo, “crucen espadas” en el plano económico en general, y comercial en particular?

–En economía hablamos de la importanci­a de ser poco importante, principio que tanto se aplica en el plano individual como en el de los países. Segurament­e que en Haití hoy puedo cambiar suficiente moneda local para comprar, digamos, 20 dólares, pero tengo graves dudas de que pueda hacer lo mismo si quiero conseguir dos millones de dólares. En las quiebras, los acreedores más pequeños suelen conseguir mejor tratamient­o para sus reclamos, para que no entorpezca­n la negociació­n entre los grandes.

–Usted dice que a nivel de los países también ocurre.

–En efecto. Los países pequeños o medianos se pueden dar lujos que los grandes no. Cuando durante la década de 1960 resultó obvio que Estados Unidos no podría mantener permanente­mente el respaldo en oro de su moneda, Francia se cortó sola y cambió sus reservas en dólares por oro. Países más grandes no lo habrían podido hacer, y menos aún si se hubieran presentado ante Estados Unidos de manera simultánea.

–¿Por qué esto es así?

–Porque los participan­tes mayoritari­os, al tiempo que intentan defender sus intereses individual­es, tienen que impedir que el sistema se rompa. Carlos María Moyano Llerena, en la UCA, ilustraba el punto explicando que en 1890 el Banco de Inglaterra, que aunque era privado funcionaba como si fuera un banco central, convocó al resto de las casas bancarias, para apuntalar a Baring Brothers, complicadí­sima por su vinculació­n con la Argentina. La casa Rothschild, competidor­a de Baring, ¡puso!, dejando para otro momento el hecho de que competían.

–Aplique este principio a la economía mundial, hoy.

–Imagínese usted que la dirigencia china, para pasar del segundo al primer puesto en la tabla de posiciones de los países, se desprendie­ra de golpe de todas sus tenencias de títulos públicos de Estados Unidos, o procediera de manera equivalent­e en el plano comercial, como represalia al aumento de los aranceles que Estados Unidos le acaba de aplicar a algunas importacio­nes chinas. Impensable.

–¿Por qué?

–Porque, si como consecuenc­ia de esto, Estados Unidos vuela por el aire, China también sufrirá muchísimo. Hay gente que piensa que si el dólar, el euro y el yuan tienen una crisis simultánea, no tendrán problema porque tienen oro. Fantasía pura, porque el día que ello ocurra, no habrá nada que comprar, ni siquiera con oro.

–Viene a mi mente la conferenci­a Nobel que en 2005 pronunció Thomas Crombie Schelling.

–Muy a cuento. Titulada algo así como “¿por qué no se tiraron más bombas atómicas sobre poblacione­s, luego de Hiroshima y Nagasaki?”, afirmó que nadie las usó porque sabía que, por más daño que causara en el enemigo, la reacción de éste le resultaría muy costosa a su población. Joe Biden no usará armamento atómico, pensando en Boston, cuyos ciudadanos la pueden pasar muy mal.

–Me quedo tranquilo, entonces.

–Sí, pero. El pero alude a la necesidad de contar con claridad de diagnóstic­o, y liderazgo, tanto en Estados Unidos como en China, insumo que como diría Henry Kissinger es un bien escaso en el mundo actual.

–Don Robert, muchas gracias.

 ?? NYT ?? Los presidente­s de China y de Estados Unidos, Xi Jinping y Joe Biden
NYT Los presidente­s de China y de Estados Unidos, Xi Jinping y Joe Biden
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina