Su camino
A los 39 años, Esteban Lamothe ostenta un envidiable CV en la pantalla grande. Participó de títulos como La vida de Perón, Tiempo de valientes, El nido vacío, Historias extraordinarias, El estudiante, Por un tiempo, Pensé que iba a haber fiesta, El cerrajero, El 5 de Talleres, Abzurdah y La patota. En la pantalla chica estuvo en Farsantes, Guapas y ahora brilla en Educando a Nina. el gran amor de su vida. Desde chico tuvo bandas (“Era un bajista mediocre, pero con actitud”), y ahora se dedica a ser el videasta y una especie de manager de “Cabeza Flotante”, la banda de sus hermanos Nacho, Manolo y Antonio. “Es una manera de tener un espacio creativo para mí, donde tengo una libertad absoluta. Filmo con Marcos Canosa, que es el otro director y también toca. Nos vamos al campo, escuchamos la canción y analizamos qué imágenes nos dispara. Encontré un lugar sólido en la banda; de paso, voy practicando cómo es la dirección. En un futuro, me gustaría dirigir una película”, anticipa. Después de protagonizar El estudiante, bajo las órdenes de Santiago Mitre, pegó el salto a la tele. Y estalló su popularidad. Desde entonces, Lamothe se mueve con un pie en el circuito independiente –frecuentando bandas y lugares alejados de los grandes escenarios–, y con el otro en el ambiente del star system, con tiras en el horario de máxima audiencia de la televisión. Enfrentarse a esa sobreexposición puede ser complicado. Pero él lo tiene claro: “Si te confundís con todo eso, sos medio salame. Lo único que hace la fama es intensificar lo que ya eras antes. Por suer te, puedo diferenciar cuál es la v ida de verdad y qué es lo volátil. No fantaseo ningún tipo de delirio ni me excito si en la calle me saludan más chicas. Gracias a Dios, en ese sentido, creo que estoy muy lejos de confundirme. No me interesaría estar con gente que quiere ser mi amiga o algo más porque estoy en la tele. Yo tengo mis amigos, mi mujer ( NdR: la actriz Julieta Zylberberg) y mi hijo, y estoy muy tranquilo así”.