Perdió el invicto de local, la punta y... ¿la orientación?
Sin juego asociado ni ideas, Villa Mitre cayó 2-0 frente a Cipolletti, el nuevo líder de la zona 1 del torneo Federal A.
Sergio Daniel Peyssé i el 4-2-3-1 con el que empezó. Ni el 3-3-1-3 con el que insistió tras quedar 1-0 abajo. Ni el 3-3-4 con el que terminó.
Villa Mitre, ayer, me hizo acordar a lo que me repetía siempre mi abuelo: "Por más que insistas, si el ojal es chico el botón no va a entrar".
El tricolor fue el dueño de la pelota durante todo el encuentro, pero jamás pudo resolver el enigma que le planteó el rival y cayó 2-0 frente a un Cipolletti práctico, simple y efectivo.
La Villa perdió la punta, el invicto como local y, parece, el sentido de la orientación. Cuando no le sale lo planificado, no tiene plan B. Sin conductor, sin juego asociado y sin un buen rematador de media distancia, sólo preocupó a la visita con centros de todos lados y algún que otro balón cruzado.
En el primer tiempo presionó con vehemencia en campo enemigo, recuperó rápido el esférico cada vez que lo perdió, no dejó pensar a Cipo y desprendió constantemente a
Nlos laterales, pero Zárate tuvo que salir mucho del área para descargar y los volantes no tuvieron lucidez como para que el dueño de casa ponga un jugador cara a cara con Alasia.
Era necesario sacar un mediocampista y poner un delantero más, pero en el com- plemento nada cambió. Encima, Rasmussen trabó "flojito" con Taborda, el 9 se llevó el balón y definió lejos de Arias.
Villa Mitre perdió la paciencia. También el orden y la compostura. Priseajniuc sacó a Manchado (el único que tiraba correctamente los centros), pero ni Nungeser, ni De Hoyos ni Franzino rompieron el molde de un elenco cipoleño con oficio, que aprovechó cualquier roce para hacer tiempo y para enfurecer más a un adversario que mostró demasiada ansiedad y muy poca claridad.
A los 9, el "Lorito" González cabeceó al gol, pero el árbitro Lucas Novelli Sanz cobró foul del defensor tricolor. La verdad, la falta (¿empujón?) no se percibió.
Otro error del colegiado: no mostrarle la segunda amarilla, y la roja, a Gaitán, quien cerca del final no respetó la distancia ni dejó jugar a Formigo.
Pero Villa Mitre no debe buscar como excusa el cometido del referí tandilense. En zona de vestuarios, parte del cuerpo técnico se quejó del arbitraje, pero me quedo con la opinión de varios hinchas, los que van a la tribuna, los que vieron lo mismo que yo: "este equipo no tiene juego, y así será difícil ganar".