Los brotes verdes de la economía no aparecen
La campaña de blanqueo seguramente se profundizará en las próximas semanas porque el macrismo pretende que el éxito facilite la reacción de la economía y aparezcan inversiones.
Guillermo Malisani
El prometido segundo semestre con brotes verdes en la economía empezó a quedar en el olvido y entre las consultoras hay consenso en que la posibilidad de una reacción positiva en las variables quedó para el 2017.
El optimismo que a cada paso se intenta dar desde el Gobierno choca con una realidad insoslayable: la producción no para de bajar sin encontrar el piso, la inversión no reacciona, el consumo se desploma, en medio de una permanente degradación de los indicadores sociales.
La inflación dio un respiro pero a un costo elevado ya que, en gran medida, fue producto del derrumbe del consumo y de las elevadas tasas que mantiene el Banco Central, aunque como efecto colateral planchan la economía.
No obstante, los aumentos en tarifas de taxi y subtes además de los posibles ajus- Dólares. Desde el lunes empezará la cuenta regresiva para el blanqueo de capitales, ya que ese día finaliza la posibilidad de abrir cuentas bancarias para depositar efectivo. Aunque los rumores son variados, en el sistema financiero estiman que se abrieron hasta ahora unas 80 mil cuentas. tes en combustibles podrían elevar los índices inflacionarios de octubre y noviembre.
Desde esferas oficiales especulan con que los esperados brotes verdes empiecen a florecer al menos en el primer trimestre de 2017 y esperar así con mayor calma las elecciones legislativas, que definirán el mapa político del país y determinarán como será la segunda parte del mandato de Mauricio Macri.
Hasta ahora, las encuestas indican que la gestión macrista guarda una elevada imagen positiva y de credibilidad y que si bien la mayoría admite que está peor que el año pasado, cree que estará mejor en los próximos doce meses.
En un informe reciente, la fundación FIEL estimó que la producción se hundió 8% en septiembre y la consultora de Orlando Ferreres reconoció que la actividad económica no se recupera y que la reacción favorable recién podría esperarse en 2017.
Como telón de fondo, la coyuntura política le dio dos malas noticias al Gobierno, al sufrir sendas derrotas en el Congreso con proyectos vinculados a la economía y muy sensibles para el oficialismo.
Por un lado, no consiguió dictamen para el proyecto de Presupuesto 2017, que prevé un endeudamiento de casi 45 mil millones de dólares y un claro ajuste de partidas para Ciencia y Tecnología que, antes de su aprobación, ya generó rechazos y reaccio- nes en la calle.
Cambiemos tendrá una semana más para sentarse a negociar con massistas y los legisladores del Bloque Peronista de Diego Bossio para superar este inesperado traspié, un hecho poco habitual para el oficialismo en el Congreso.
La segunda frustración oficialista en Diputados fue para el proyecto denominado Participación Pública y Privada (PPP) que, en síntesis, otorga facultades extraordinarias al Ejecutivo para dar concesiones de obra pública.
En el Gobierno suponen que esta iniciativa sería la puerta para recibir inversiones por unos 40 mil millones de dólares, una cifra que es tan incomprobable como el futuro de este proyecto en que se cifraron expectativas.
Este polémico proyecto, que elimina controles y cede la jurisdicción judicial al extranjero, derivó en una inhabitual unidad de criterios del massismo con el kirchnerismo y los legisladores de Bossio.
Hasta la jefa del GEN, la diputada nacional Margarita Stolbizer, se opuso en duros términos y atacó al Gobierno por pretender "repetir lo mismo que hicieron otros".
En rigor, la iniciativa macrista constituye una abierta contradicción con el otro proyecto oficialista para limitar los superpoderes que permiten redistribuir partidas presupuestarias sin control.