Dos años de un “desprecio total”
CERCA DE cumplirse dos años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, el fiscal federal Eduardo Taiano decidió procesar por incumplimiento de sus deberes de funcionario público (de mínima) o por encubrimiento (de máxima) al exsecretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y a la exfiscal Viviana Fein, a raíz del vergonzante comportamiento que ambos tuvieron en la escena de los hechos, actuando, según Taiano, “con un desprecio total”.
El fiscal federal Eduardo Taiano procesó al exsecretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y a la exfiscal Viviana Fein
EL FISCAL Nisman apareció muerto unas pocas horas antes de presentarse en el Congreso de la Nación para explicar porqué consideraba que la presidenta Cristina Fernández había pretendido encubrir a sospechosos del atentado sufrido por la AMIA.
APENAS TRASCENDIÓ que “algo había ocurrido en el departamento de Nisman”, en Puerto Madero, Berni se hizo presente en el lugar dos horas antes de que llegara la fiscal responsable, a fin de “supervisar”, según pretendió explicar, “la aplicación de los protocolos de preservación de la escena del crimen”, tarea ajena a su incumbencia.
TODAS Y cada de las acciones llevadas adelante por Berni y otros funcionarios fueron realizadas, según Taiano, con un desprecio por lo ocurrido, generando “innumerables muestras de contaminación de la escena, algunas con intencionalidad” y que terminaron por diluir pruebas que hubiesen permitido dilucidar el desenlace fatal de Nisman y, eventualmente, conducir a la identificación de los responsables.
EL ESCRITO de Taiano tiene 46 páginas. En ellas enumera que al departamento ingresaron al menos 60 personas, cuando en casos de este tipo se considera que cada persona que ingresa “es un potencial destructor de indicios”.
LUEGO DETALLA severas agresiones al lugar, ingreso de civiles, acceso al baño, pisadas en la sangre, pésima limpieza del arma encontrada, manipulación indebida del celular del fallecido, todo realizado en un clima de “chistes y risas”.
MENCIONA, POR último, que haber desvestido a Nisman, “sin motivos concretos para hacerlo”, significó una penosa vulneración a su dignidad.
NO HAY dudas, a esta altura, de que se ha vulnerado la dignidad de todos los argentinos bien nacidos que esperan que el caso encuentre, algún día, una respuesta, y que paguen sus culpas quienes, con intencionalidad o no, atentaron para que eso no pueda ocurrir.