La Nueva Domingo

¿Cuántas vueltas se le pueden sacar a un pincel para ser creativo?

Sergio Grasso y Pablo Flores son dos apasionado­s por el fileteado porteño, un arte que tiene mucho que ver con el tango y sus circunstan­cias.

- Para Sergio “Si me

Maximilian­o Palou

Roberto estaba entre Yamila y Florencia. En la 500 que me llevaba de casa al colegio y del colegio a casa.

Me enamoré de Roberto. Yamila y Florencia eran unas lentejuela­s de mal gusto sobre una tela azul bastante despintada. Y sucia.

Roberto tenía colores, formas, vueltas, idas, venidas. Roberto me mareaba. Roberto me envolvía. Roberto hacia linda esa madera negra espantosa.

Con el tiempo supe que Roberto estaba escrito en el frente interior de la 500 con un estilo que se llama fileteado porteño.

Y que el fileteado porteño es muy tanguero. Y que quizás en esa cercanía con el tango estaba mi gusto por esa manera de hacer letras y pinturas.

*** -Si me abrís la cabeza la tengo llena de colores.

Pablo Flores no aprendió el fileteado. Su papá Osvaldo era letrista y fileteador.

-No lo aprendés, lo tenés incorporad­o sin saber bien cómo.

Después de hacer los deberes de 5º grado, Pablo se iba a la casa de Osvaldo, que ya no vivía con la mamá de Pablo.

-Ah, sí. Eso siempre me decía mi viejo: “Primero hace los deberes”. Y después iba a trabajar con él en el fileteado.

A los 12 años Osvaldo le tenía una sorpresa:

-Hacelo solo, como si el cliente te hubiera llamado a vos.

Era un colectivo de la línea 519. Osvaldo siempre fileteaba los micros de la González y ahora le pasaba la posta a Pablo. Ese día Osvaldo sólo hizo el asado de cordero. Y Pablo tuvo que pasar la prueba sin una sola ayuda de su padre.

-Me encantó -dice 30 años después de esa primera gran experienci­a.

A Pablo no sólo le gusta el fileteado: hablar y el mate, también.

-Está la ilusión de que quienes se dedican al arte, no saben de rutinas ¿vos?

-Se me hace un poco rutinario cuando tengo que hacer letras, pero no con el fileteado.

La pasión se le ve. La deja en cada palabra, en cada manera de decir algo sobre el fileteado.

-El problema del fileteado es que a todos les gusta, pero a la hora de hacerlo para un cartel, para un negocio, no se animan. Y yo les digo: “Lo hacemos todo fileteado o nada”. Acá no se puede un poquito como piden algunos. -¿Los asusta el precio? -Puede ser. Por eso me gusta trabajar con El Bahiense (empresa de micros). Cuando llega un colectivo nuevo el dueño me llama y me dice: “Vos ya sabés lo que tenés que hacer”. Y así es como trabajo más cómodo.

Pablo trabaja a cualquier hora. A veces de madrugada escuchando esa música que el define como “la que tiene algo para decir”.

-¿Lo tuyo es talento o esfuerzo?

-No lo sé. Lo que tengo claro es que me apasiona y que soy obsesivo e hincha. Los pinceles los cuido, nadie los toca.

*** -¿Qué? ¿Andás con el tema de los pescados?

Así le preguntan a Sergio Grasso cuando dice que hace fileteado.

Sergio Grasso no se dedica de lleno a pintar. Por más que quienes han visto sus trabajos y conocen se lo han dicho mil veces: “Vos te tenés que dedicar a esto”.

-¿Y por qué no les hacés caso?

-Y... quizás un poco de temor.

Por eso Sergio es administra­tivo en el Instituto Regional del Sur.

Su lugar para pintar es su casa en el barrio Villa Libre en la misma casa en la que nació hace 49 años.

Después de hacerle la carátula a todos los compañeros de las primarias 46 y 60, Sergio siguió con los dibujos. Lo primero fue la vidriera de una heladería.

-Dibujé unas pavadas -minimiza.

Esas “pavadas” lo llevaron a otros trabajos.

-Los que vieron los dibujos me llamaron para sus negocios. Así empecé. Tendría 16 años.

Para Sergio la hora del trabajo es la noche: pinceles, pintura, tango y un whisky.

-Soy tanguero y noctámbulo, qué le vamos a hacer. Mi mundo es el tango, mis amigos son del ambiente. Y la relación del fileteado con el tango posiblemen­te me hayan acercado a pintar.

Sobre la mesa del alero del patio hay 3 guitarras adornadas con trazos de Sergio. Una dice Gitano.

-Es para un amigo al que le dicen Sandro. Si hasta se deja las patillas y todo. Ja, ja, ja.

Dice que no cobra por estos trabajos y se desnuda en su pasión.

-Estos pinceles los tengo hace 30 años, los compré en Salco. Les paso un peine.

Se los ve impecables.

 ??  ?? abrís la cabeza, la tengo llena de colores”, dice Pablo Flores.
abrís la cabeza, la tengo llena de colores”, dice Pablo Flores.
 ?? FOTOS: RODRIGO GARCÍA Y PABLO PRESTI-LA NUEVA. ?? la hora del trabajo es la noche: pinceles, pintura, tango y un whisky.
FOTOS: RODRIGO GARCÍA Y PABLO PRESTI-LA NUEVA. la hora del trabajo es la noche: pinceles, pintura, tango y un whisky.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina