La Nueva Domingo

¡Ganó de visitante! Una noche para brindar con Champagne y vino Blanco

Olimpo puso las “Barbas” en remojo, venció a Racing 2-0 y volvió a ganar fuera de Bahía después de un año y 17 días. Le cortó a la Academia un invicto de 14 partidos en el Cilindro.

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Sergio Daniel Peyssé n la fecha 13 y después de 13 años. ¿Quién dijo “yeta”? Olimpo no le ganaba a Racing en el Cilindro desde el 12 de diciembre de 2003.

Y para lograrlo, mucho tuvo que ver el cambio de entrenador. No estoy diciendo que Juan Barbas es mejor que Cristian Díaz o, al revés, pero se notó a la legua que este equipo aurinegro perdió el miedo a perder de visitante, dejando de lado ese miedo atroz que le transmitía el DT anterior en cada salida de Bahía Blanca.

Ese fue el cambio sustancial de ese elenco que, con el 4-4-2 made in Barbas, jugó más cerca del arco contrario, tuvo control y contensión, y todos entendiero­n que el delantero es delantero y el volante es volante.

ECon Tellechea de “8”, un doble cinco “piquetero” (Fernández-Blanco) y una pareja de centrales sin fisuras, la visita entendió que su juego podía surtir efecto si se ponía a voluntad de la velocidad de Pizzini. “Pancho” y Mansilla, por izquierda, hicieron todo lo que Olimpo no pudo en los 6 cotejos anteriores como huésped. Sociedades, presión sobre la salida del defensor más flojo (Pillud) y resolucion­es rápidas.

Y con cenvencimi­ento. Porque Víctor López confió en que Pizzini iba a ganar una pelota sucia, se quedó en el área y aprovechó el centro perfecto de “Panchito” para vencer a Orión con un cabezazo a la ratonera.

El dueño de casa tuvo 20 minutos muy buenos en el primer tiempo y apretó en todo el complement­o, pero el colombiano Wilder Guisao estuvo perdido siempre, Bou aprieta el freno contra Olimpo y Lisandro López no puede hacer todo. Romero pegó un tiro en el travesaño y, cuando su equipo más lo necesitó, desapareci­ó del mapa.

Pero volvamos a Olimpo, que esta vez no le tuvo miedo a nada ni a nadie. Trabajó el partido, llegó con peligro con contras rápidas o segundas jugadas, y tuvo a “Barbas” de su lado. Perdón, al “Barba”, porque cuando peor la estaba pasando, un penal claro de Paco Rodríguez (tocó la pelota con la mano en un envío al arco de Lisandro López) le dio la posibilida­d a la Academia de poner justicia en el marcador.

Pero el penal lo pateó Bou y no Lisandro López. ¿Por qué? Bueno, llegó la ayuda divina desde el cielo, esa que tanto le hacía falta a la escuadra bahiense, y las manos milagrosas de Champagne evitaron el empate.

Y Olimpo se agrandó más de lo que estaba. Es cierto que pasó una semana con “Díaz” de furia, preocupado en cuestiones extradepor­tivas, pero así y todo no fue un convidado de piedra de Racing como muchos se imaginaron.

Es más, este equipo simple de Juan Barbas se conformó con un “panchito”. ¿Carioca?, ¿Con mayonesa o con mostaza? Pero eso sólo no alcanza. Como dijeron los jugadores, ganar de visitante después de un año y 17 días, merece otro festejo. Que se venga el brindis entonces, con Champagne y vino “Blanco”. Un regreso a Bahía feliz, como hacía mucho no sucedía. Se sacó la mufa, el 13 le trajo suerte, y a otra cosa. Merecido lo tienen...

Clásico, simple y muy claro. El plantel entendió el mensaje de Juan Barbas en el debut de él como DT. ¿Tan difícil era apostar a un 4-4-2?

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