Sorprendió a otro hombre con su pareja y lo apuñaló
El acusado recibió dos años de prisión en suspenso porque, para los jueces, actuó en estado de emoción violenta. Un profesional deberá evaluar si necesita tratamiento psicológico.
La madrugada del 2 de mayo de 2015 llovía, G.N. tenía la ropa mojada y decidió ir a la casa de su pareja para cambiarse.
Con F.C. tienen un hijo en común y, por entonces, se encontraban distanciados. Era una relación con idas y vueltas.
Ella le había dicho que no estaría, pero cuando él llegó al departamento de Corrientes al 200, del que ambos tenían llaves, sospechó que no estaba sola.
En un momento observó la silueta de un hombre, por lo que comenzó a gritar, tomó un cuchillo de la cocina y atacó “al intruso”. Le provocó más de una docena de heridas cortantes.
S.M. -el amante- logró escapar como pudo y cayó tendido en medio de la calle, en ropa interior y con su cuerpo bañado en sangre.
Un taxista que pasaba por el lugar lo auxilió y llamó al 911 para pedir una ambulancia.
Los policías llegaron hasta la vivienda y fueron atendidos por el acusado, quien abrió la puerta con el cuchillo en sus manos.
Los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 2, María Elena Baquedano, Eugenio Casas y Claudia Cecilia Fortunatti, consideraron que G.N. (en todos los casos se consignan solo las iniciales para preservar las identidades por una cuestón de intimidad) intentó matar a la víctima, aunque entendieron que actuó en estado de emoción violenta.
“No me imaginé llegar a mi casa y ella siéndome infiel o algo así”, reconoció el procesado, quien también admitió no haberse dado cuenta de que su hijo presenció todo.
Declaró, al respecto, que “tenía la mente en blanco” y que “perdió la noción de dónde estaba”, recobrando la conciencia cuando la policía llegó al lugar y observó las manchas de sangre en su cuerpo.
Un perito psiquiatra, en tanto, ratificó que el hombre sufrió un “trastorno mental transitorio”.
La mujer sostuvo que por entonces estaban “más o menos” con su pareja y que a la víctima le había dicho que se encontraba separada.
Describió lo sucedido y aseguró que el imputado “estaba irreconocible; no escuchaba, no veía”.
Consecuencias
S.M., quien sufrió una lesión irreversible en una de sus manos, dijo que tuvo 16 puñaladas en su cuerpo y permaneció internado una semana y media.
Describió que a partir de lo sucedido tiene problemas para establecer nuevas relaciones personales y laborales
Aseguró que la mujer, a quien conocía de la secundaria, le había dicho que estaba distanciada de su pareja.
También comentó que el imputado le repetía: “Andate, que te voy a matar”.
Los magistrados, en definitiva, entendieron que lo ocurrido provocó en G.N. un estado en el que la emoción provocada por observar lo que a su juicio resultaba una infidelidad, le hizo perder el dominio de su capacidad reflexiva y disminuir sus frenos inhibitorios.
Además de imponerle una pena de 2 años de prisión en suspenso, durante ese tiempo el acusado no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima y tendrá que someterse al control del Patronato de Liberados.
Finalmente, en caso de ser aconsejado por un profesional que lo deberá evaluar, tendrá que someterse a.un tratamiento psicológico.