La juventud que no está perdida y nos invita a soñar
Los 13 chicos que hace 10 días rescataron a dos operarios en las alturas de un edificio se juntan, religiosamente, tarde por medio en distintos paseos públicos.
Fueron noticia el martes 23 de enero pasado. Son 12 adolescentes, una chica y un perro. Todos colaboraron aquella tarde para rescatar a dos obreros que estaban a punto de caer de las alturas de un edificio. “La Nueva.” reunió a algunos de ellos, quienes contaron detalles no conocidos de la impactante experiencia, a qué se dedican y cuáles son sus proyectos.
SE CONOCIERON POR FACEBOOK
Son 12 chicos, una chica y un perro, quienes a fines de enero salvaron a dos obreros que habían quedado colgando a unos 25 metros de altura en el edificio en construcción de San Luis 70.
Todos los martes, viernes y domingos se juntan en la plaza Brown, a las tres y media de la tarde, y deciden para dónde van a pasar el rato: la plaza Rivadavia, la del Sol o la del Puente Negro, cualquiera viene bien. Jugando al fútbol en esta última, la tarde del 23 de enero se vistieron de héroes cuando Bruno, el perro raza golden de 9 meses de uno de los chicos, empezó a ladrar con la vista fija en un punto: el andamio colgando en el octavo piso de San Luis 70.
Los chicos, como ya se relató en distintos medios, corrieron, sin pensar, los cien metros que los separaban de la obra en construcción, rompieron la puerta de chapa de la planta baja y subieron corriendo por las escale- ras hasta la terraza, para levantar las sogas de las que colgaban los obreros Daniel Torres (49) y Fabián Ramos (36). Así les salvaron las vidas.
Pero quiénes son estos héroes adolescentes, desde cuándo se conocen, qué hacen en sus tardes de vacaciones y qué piensan del valiente gesto, que para algunos fue imprudente. Nueva.”
“La se juntó con tres de ellos cuando la adrenalina bajó y, ya más relajados, contaron qué hacen de sus vidas y qué sensaciones perduran después del hecho que los hizo ser noticia.
Una tarde cualquiera
“Nos conocimos a través de un grupo de Facebook que se llama ABAM, Adolescentes Bahienses Argentina Muro y, pese a tener apenas 5 meses de existencia, ya somos 10.000 miembros. De esos, los que nos juntamos tres veces por semana somos unos 70 u 80, la mayoría de entre 15 y 20 años. Somos todos de distintos barrios, pero tenemos en común las plazas donde nos juntamos, sobre todo en la de Brown al 900”, explicó Gustavo Pedernera (16), quien en un momento del rescate tuvo que ser sujetado de las piernas por sus amigos para no caer al vacío.
Si bien los que lograron entrar corriendo en el edificio fueron 13 -porque después un policía impidió que lo hicieran otros-, esa tarde, una más de las tantas de ABAM, en la placita del Puente Negro eran como 70 chicos.
“Nos juntamos a jugar a la pelota, al carnaval, a tomar jugo, mate, tereré, improvisamos canciones, raps, beatbox y otras cosas”, comentó Franco Ojeda (16), quien logró llegar hasta la terraza del edificio pese al asma que padece.
“Somos pibes, tratamos de disfrutar. En sí somos como una familia”, agregó Rodrigo Ortega, quien cumplió los 16 esta semana y fue el primero en asomarse por el borde de la azotea para hablar con los trabajadores.
“Mientras subíamos corriendo por las escaleras, en un momento me agité y me equivoqué de piso, pero el perro me empezó a torear como obligándome a seguir subiendo, como si supiera que la situación se estaba viviendo arriba del todo. Al momento de tirar de la soga del segundo albañil ya estábamos más cansados, en serio, y ahí el que empezó a tirar con fuerza de la soga fue el perro, con los dientes”, comentó Franco.
ABAM es un grupo de Facebook con una estructura bien organizada, con una dueña, subdueños y administradores, por los cuales pasa la función –entre otrasde publicar contenido y organizar las “reus”, o sea las reuniones.
Los 13 héroes no son todos amigos entre sí, por el simple hecho de que algunos se conocen hace pocos meses y el grupo es muy grande. Algunos, sin embargo, ya eran amigos del barrio o de la escuela.
“Yo antes estaba en otro grupo de Facebook y algunos de los chicos estaban en un tercer grupo, pero a veces hay peleas, se van disolviendo y se crean nuevos, por eso este es tan reciente. Hoy por hoy hacemos todo juntos, aun los días en que no hay reunión oficial, algunos nos juntamos en la plaza Rivada-
El grupo de Facebook Adolescentes Bahienses Argentina Muro (ABAM) fue el canal de encuentro. En apenas 5 meses sumó 10 mil miembros.
via y jugamos a la pelota”, explicó Gustavo.
El grupo es muy heterogéneo, hay chicos y chicas adolescentes –el más grande tiene 21 y hay hasta un nene de 10- de distintos sectores de la ciudad, pero se observa que los une una cultura muy de moda por estos años en Bahía Blanca, la del hip hop, el rap, el skate, el freestyle y las “batallas de improvisación”.
“Mientras improvisás te expresás, te liberás, sacás todo lo que tenés adentro”, confesó Rodrigo.
“Uno a veces está mal, va a la reunión con cara larga y más de uno te pregunta qué te pasó. Por ahí terminás sacando mejores consejos de los chicos del grupo que de una persona mayor”, analizó Gustavo.
Salvo Franco, al que los chicos tildaron de ser el más adepto a “la joda nocturna”, los demás coinciden en que no les llama la atención ni les interesa ir al boliche, aunque sí se juntan con frecuencia con amigos en alguna fiesta más íntima.
“El día que pasó lo del rescate llamé a mi mamá para avisarle que iba a salir en la tele y lo primero que hizo fue preguntarme que cag... me había mandado –dijo Gustavo, entre risas-. Qué mal pensada, ni que todo el tiempo llegara a casa con malas noticias”.
“Nuestros viejos se sienten orgullosos de que por fin hicimos algo bueno, después de tantas cag...”, afirmó Rodrigo, con picardía.
El rescate fue tan improvisado como imprudente –ver aparte-, no hay que soslayar el hecho de que 13 menores de edad ingresaron por la fuerza a una obra en construcción y desde la terraza y sin medidas de seguridad se asomaron al precipicio. Pero en ese momento, afirmaron, no hay tiempo para pensar.
“No pensamos, solo reaccionamos. En un momento, cuando todo estaba por terminar, me di cuenta de que me temblaban las piernas”, recordó Rodrigo. “Eso sí, sin duda lo volveríamos a hacer”, aseguró Gustavo.
La situación, según ellos la recuerdan, duró unos 15 mi- nutos: 5 subiendo las escaleras del edificio y 10 tirando de las sogas de vida de los pintores. Rodrigo, jugador de fútbol y por lo visto en muy buen estado, fue el primero en llegar a la terraza. “Primero subimos al mayor de los obreros, que estaba tranquilo y nos explicaba cómo teníamos que subirlo. El otro estaba lastimado en el cuello -por el roce con la soga- y un poco más asustado”, dijo.
“Al segundo pintor lo veníamos subiendo más despacio para no lastimarlo más, pero en un momento nos dio la impresión de que algo se volvía a zafar, temimos que se nos cayera y ahí dijimos 'ya fue', lo empezamos a subir con todo y hasta el perro ayudaba”, ratificó Gustavo.
Los héroes del verano –incluso recibieron un reconocimiento por parte del intendente en la Municipalidad-son 13, entre los cuales hay una chica, que hasta el momento no mencionada.
Además de Macarena Mansilla, la heroína y “dueña” del grupo ABAM, los inesperados rescatistas fueron: Daniel Cardozo, Darío Córdoba, Juan Escobar, Orión Fernández, Axel Gómez, Carlos Montenegro, Nicolás Muñoz, Franco Ojeda, Rodrigo Ortega, Gustavo Pedernera, Braian Ramírez y Francisco Rodríguez, además del ya citado Bruno, el cachorro golden de Daniel.
“Una vez que ya estábamos bajando desde la terraza por las escaleras, muertos de cansancio, la vimos bajar a Macarena por el montacargas. Nos durmió, no nos habíamos avivado, subimos 10 pisos corriendo”, se lamentaron los chicos, entre risas.
¿Qué les gustaría ser?
A Franco Ojeda, que hasta 2017 iba a la escuela 35 y ahora se cambiará a la Media 14, “la que está cerca del Penna”, le gusta jugar a la pelota y “tirar beat box”, esa habilidad de producir ritmos y sonidos musicales con la boca, labios, lengua y voz. “De grande me gustaría ser policía”, agregó.
Gustavo Pedernera va al ex Colegio Nacional y hace boxeo desde hace un par de años, aunque de manera recreativa y no con el objetivo de ser peleador amateur. Es uno de los freestylers del grupo, improvisa en batallas y, dado que aún no pensó en su futuro, al tener que elegir dijo que le gustaría seguir improvisando rimas y conectando palabras, “de las que a veces sale algo lindo”.
Rodrigo iba a la Técnica 3 pero ahora se cambiará también al ex Nacional. Juega al fútbol hace 10 años en el club El Cometa, “del medio para atrás”, aunque con tal de jugar no le molesta ir de 9 o de arquero.
“Si no llego a ser futbolista, como quiero, voy a ir para el lado del rap, trataré de ser cantante”, opinó.
¿Predestinado?
El propio Rodrigo Ortega, asombrosamente, 5 días después del episodio en San Luis 70 vivió una situación similar: “No pude ir a la Municipalidad el día del reconocimiento porque me había ido de vacaciones a Sierra de la Ventana. Ese finde estaba en el balneario Los Angelitos y en un momento vi cómo una mujer estaba flotando boca abajo en el arroyo, ¡se estaba ahogando! Me tiré y la rescaté, los familiares estaban cerca pero ni se habían percatado de lo que pasaba. Después, por suerte, la reanimó un guardavidas y quedó bien”, contó el “salvador”.
Cinco días después del hecho, Rodrigo Ortega, uno de los chicos, rescató a una mujer que se ahogaba en un arroyo de Sierra de la Ventana.