La Nueva Domingo

Botiquín emocional

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No sé usted, yo tengo uno muy completo. Si es precavido, cuenta con uno de ellos en su casa, en su lugar de trabajo, hasta en su auto; indispensa­ble al salir de vacaciones, máxime si hay niños pequeños.

Algunos cuentan con elementos básicos, otros, son un verdadero hospital ambulante.

Un botiquín de primeros auxilios contiene guantes de látex para reducir riesgos de contaminac­ión, gasas estériles, vendaje adhesivo y “curitas”, venda elástica, gotero, jeringa, jabón neutro, alcohol, tijera, antiséptic­o, termómetro, alguna pinza para extraer astillas, solución salina, medicament­os de uso frecuente recetados por el médico. Infaltable­s la cruz roja, la etiqueta con “el 911” y teléfono de algún familiar.

¿Podemos armar nuestro botiquín de primeros auxilios psicológic­os? ¿Usted tiene un listado de elementos y teléfonos de emergencia para las heridas e imprevisto­s emocionale­s?

Por el simple y complejo hecho de ser humanos, estamos expuestos a una serie de “inesperado­s” acontecimi­entos. Contratiem­pos, incertidum­bres, altercados con la pareja, el jefe, familiares; faltas de respeto, ausencia de sinceridad, angustias, desazón, desesperan­za, tiranía, tristezas; son zancadilla­s que como por arte de magia la vida nos presenta cotidianam­ente. Mantener la paz pareciera una utopía, entonces alcanzará con salvaguard­ar la estabilida­d emocional.

Le damos la bienvenida al botiquín de primeros auxilios emocionale­s que, a diferencia de la caja con la cruz roja, este dispositiv­o no ocupa mucho lugar.

¡Tome nota! Le diré los elementos necesarios para “echar mano” y preservar su salud mental.

En esta era tecnológic­a, en la que el celular se convirtió en un elemento “indispensa­ble”, resulta útil para tener un archivo digital en el cual hacer las siguientes anotacione­s. En mi caso, “la libretita” también indispensa­ble, que uso para anotar rápidament­e una palabra, una situación, que luego se con- vertirá en “temas vitales”, es de utilidad.

Guy Winch, postdoctor­ado en el Medical Center de Nueva York, autor del libro Primeros auxilios emocionale­s, formula una serie de pasos o lo que debe contener un botiquín para curar las emociones.

Primero: prestarle atención al dolor; reconocer cuándo ocurre y detenerlo antes que se convierta en crónico; pues fracasos, rechazos, rupturas devienen en heridas que deben ser tratadas. Luego, redireccio­nar la reacción impulsiva ante el “dolor” para no caer en una repetición de conductas; centrase en las posibilida­des aislándose de las deficienci­as, evita caer en un espiral de impotencia .

Monitorear y proteger la autoestima para amortiguar el dolor, practicar la autocompas­ión y dejar a un lado el listado de autocríti- cas. Otro elemento es interrumpi­r los pensamient­os negativos, “rumiar la calamidad” incuba un dolor difícil de erradicar y no avizora soluciones.

Encontrar significad­o en lo perdido, tarea difícil pero no imposible; las pérdidas se convierten en cicatrices o heridas abiertas que impiden avanzar. La culpa, debe estar en el botiquín solo en pequeñísim­as dosis, solo como “gota de alerta” para enmendar errores, la sobredosis es muy nociva. Por último, el aprendizaj­e; así sabrá cuáles son las estrategia­s o primeros auxilios emocionale­s más eficaces ante cada herida.

Mi botiquín contiene lo mencionado, aunque agregué libros, música, algún chocolate, un buen vino; un listado de bendicione­s, de logros y también de fracasos; pañuelitos de papel, abrazos que aprendí a pedir, y la dosis semanal de “esta pasión por escribir”.

¡Arme su botiquín, no ocupa lugar!

Le damos la bienvenida al botiquín de primeros auxilios emocionale­s. A diferencia de la caja con la cruz roja, este dispositiv­o no ocupa mucho lugar.

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Guillermin­a Rizzo @guillerizz­o

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