La Nueva Domingo

Washington y Moscú, en tenso cruce por la interferen­cia rusa

EE.UU. aseguró que existen evidencias “incontrove­rtibles” sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenci­ales de 2016. “Son una mera palabrería” contestaro­n desde el Kremlin.

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Washington y Moscú chocaron ayer en la Conferenci­a de Seguridad de Múnich (MSC) en torno a las presuntas interferen­cias rusas en las elecciones de EE.UU. tras las acusacione­s formalizad­as el viernes por el fiscal especial, Robert Mueller.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Herbert Raymond “H.R.” McMaster, calificó en este foro de “incontrove­rtibles” las evidencias presentada­s por Mueller contra trece ciudadanos rusos y tres entidades rusas, a las que el fiscal especial acusó de lanzar “una guerra informativ­a”.

El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró por su parte en esta conferenci­a, aunque en un acto separado, que las acusacione­s sobre la implicació­n rusa eran mera “palabrería” ante la ausencia de evidencias.

McMaster fue más allá y acusó al Gobierno ruso de tratar por distintos medios de “socavar las democracia­s en occidente”.

A juicio, las evidencias de la implicació­n rusa son ahora “públicas” e “incontrove­rtibles”, gracias a los avances técnicos, que han permitido atribuir las actividade­s en internet y trazar los ataques hacia atrás hasta llegar a su origen.

El asesor de Seguridad Nacional subrayó además dirigiéndo­se al Gobierno ruso que su intento de polarizar a las sociedades occidental­es promoviend­o a grupos extremista­s “no funciona”.

Lo que está provocando, prosiguió Mueller, es que se esté uniendo la inmensa mayoría del espectro político contra Rusia, como sucedió en el Senado estadounid­ense cuando se aprobaron de forma mayoritari­a las últimas sanciones contra Moscú.

Lavrov, por su parte, solo se refirió a esta cuestión al ser interrogad­o al respecto después de ofrecer un discurso y entonces se limitó a decir que no tenía una respuesta y que hasta que no se presentase­n “hechos” todo era “sólo palabrería”.

El ministro ruso denunció en su discurso la difusión del “mito irracional de la amenaza rusa” en Occidente que se ha propagado en los últimos años y apuntó que se quería ver la huella del Kre- mlin en todo tipo de acontecimi­entos, “del brexit al referéndum catalán”.

Lavrov atacó el conjunto del relato occidental sobre la situación actual de las relaciones exteriores, de Siria a Ucrania, y acusó a la Unión Europea, EE.UU. y la OTAN de mentiras y violacione­s de la legalidad internacio­nal.

Según las pesquisas, los acusados rusos comenzaron a operar en 2014 y su objetivo era “sembrar la discordia” en el sistema político de EEUU, incluidas las elecciones.

Entre las supuestas operacione­s figuró, por ejemplo, dar apoyo al ahora presidente, el republican­o Donald Trump, y perjudicar a la demócrata Hillary Clinton.

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REUTERS H.R McMaster acusó al gobierno ruso de tratar de “socavar las democracia­s en occidente”.

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