Olimpo sufrió una goleada que ensombrece su futuro
El conjunto canalla lo vapuleó en la cancha y le convirtió 5 goles, aunque podrían haber sido más. Duro revés que deja al aurinegro en una situación desesperante.
La cuarta derrota consecutiva desde la reanudación de la Superliga y la llegada del técnico Christian Bassedas encadenó anoche Olimpo frente a Rosario Central. Los canallas fueron lapidarios y vencieron por 5 a 0, en Arroyito. A los aurinegros, cada vez más hundidos en la tabla de los promedios, se les acorta el margen de error para permanecer en Primera.
Olimpo sigue nadando contra la corriente. Esta vez, a orillas del Paraná, profundizó su mal momento al caer vapuleado por un Rosario Central superior en todas las fecetas del juego.
Más allá de alguna polémica por la posición de Zampedri, que pudo haber intervenido en la escena previa del primer gol convertido por Maximiliano González –acción casi imperceptible para el juez de línea—y algunas jugadas puntuales que no pudo concretar David Depetris y compañía, Olimpo no modificó su imagen respecto de los partidos anteriores. Al menos en la concepción del juego asociado –el ritmo que impuso fue muy inferior al de su rival-- y alarmante anemia ofensiva –desperdicia lo poco que se le presenta-- fecha a fe- cha suma números nefastos a la estadística (ver aparte).
Olimpo se quebró muy rápido. Y otra vez influyó una pelota parada. No corrigió los errores cometidos ante Racing, por lo que el centro letal de Ferrari, que nadie despejó, le cayó servido a Maximiliano González, quien se tomó su tiempo y anotó su primer gol en Primera.
El tanto quebró anímicamente a un equipo confundido, lento, impreciso, discontinuo y sin reacción. Así Central dominó a voluntad –casi siem- pre en terreno ajeno-- con dos carrileros punzantes (López Pissano y Lioi), un 5 cada vez más afianzado como el Colo Gil –creció muchísimo desde su etapa en Olimpo—y un Lovera que se tornó incontenible para la última línea bahiense.
Menos mal que no estuvo fino Zampedri, porque de lo contrario el partido terminaba en una catástrofe mayor.
El segundo tanto fue un bonito pase de Lovera para Lioi a espaldas de Silva Torrejón y una bonita definición.
En el complemento, Bassedas intentó buscar algo de reacción con las variantes y en los primeros minutos se logró inquietar el arco de Ledesma. Sin embargo, la falta de definición volvió a jugar en contra.
A Central la noche se le facilitó con los espacios y un dominio a voluntad. Lioi siguió machacando sin piedad (de frente, no falló en las dos que tuvo, primero picándola por sobre el cuerpo de Anchoverri y luego con remate rasante al primer palo) y José Luis Fernández, con la complicidad de Ramírez, para dejar al golero masticando bronca.
La versión de un equipo como Rosario Central y este Olimpo (parece condenado al descenso) fue abismal. Tan “Gigante” como el estadio.