El país.
ró, tarde y mal, que la oposición se lo iba a rechazar. Y que Carrió también estaba en contra respecto de la posibilidad de embargar cuentas sueldos a la clase media, que es donde se registra el mayor porcentaje de trabajadores registrados.
La tercera lección es que no basta con vanagloriarse de contar con una oposición "amigable", o "racional", para estar seguros de que podrán avanzar con medidas antipáticas.
No se entiende que pese a contar con finas espadas políticas como Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, no intuyeron a tiempo que el peronismo de todas las épocas y de cualquier pelaje es un animal entrenado y con los colmillos afilados cada vez que huele sangre.
Se equivocaron de nuevo: el miércoles de la fallida sesión para voltear los tarifazos estaban juntos todos los peronismos. El "racional" de los gobernadores, el renovador de Sergio Massa, y hasta el intolerante bloque del FpV que ya se sabe que lo único que quiere es que al presidente le vaya mal y se caiga. Todos, vale agregar, unidos a distintas expresiones de la izquierda. Una maniobra poco clara del Gobierno impidió el quórum pero nada asegura que eso pueda volver a ocurrir.
El Gobierno debería repensar aquella idea de que "cuanto peor mejor" que despliega para mantener viva la llama de la polarización con Cristina y apostar todo a la desunión del peronismo para ganar en 2019. Podría no ser tan así.