Recomiendan hacerse estudios del corazón a partir de los 11 años
Roberto Peidró, reconocido médico cardiólogo y deportólogo, pasó por nuestra ciudad y habló a solas con Nueva.” “La sobre muerta súbita, deporte y la importancia de controles preventivos en los niños.
En el marco de las Jornadas Regionales Multidisciplinarias que se desarrollaron en nuestra ciudad, el prestigioso médico cardiólogo y deportólogo Roberto Peidró se hizo un hueco para dialogar con este diario sobre los principales temas de la actualidad.
--¿A quiénes afecta más la muerte súbita?
--Algo importante que aclarar es que hoy la muerte súbita en deportistas de alto rendimiento es poco común, lo que pasa es que una vez que ocurre sale en la tapa de todos los diarios. Donde sí es más importante en términos cuantitativos es en la inmensa masa que hace ejercicios físicos y muchas veces no está preparada ni medicamente evaluada para hacerlos.
--¿Hay rangos etáreos más propensos a sufrirla?
--Cuanto más edad, más riesgo. Antes de los 35 años suele darse por cuestiones genéticas, mientras que después de esa edad suele ocurrir por enfermedades cardiovasculares.
--¿A partir de qué edad se recomienda hacer estudios preventivos?
--La evaluación debe hacerse a todas las edades. Los menores de 11 años por lo general son seguidos por el pediatra, pero a partir de esa edad se recomienda hacer un electrocardiograma que nos puede dar una idea de algunas enfermedades eléctrica del corazón que no aparecen con la auscultación. A partir de allí, si todo está normal, se pueden hacer nuevos controles a los 14, a los 18, desde allí cada dos o tres años hasta los 35, edad a partir de la cual a veces es necesario hacerlo todos los años.
--¿Qué más se puede hacer para prevenir la muerte súbita?
--Hay dos tipos de prevención: la primaria, que consiste en exámenes preparticipativos en deporte y los hace un médico para detectar una eventual enfermedad, y la secundaria, que implica que la mayor cantidad de personas posible pueda saber qué hacer ante una persona que sufre un evento de este tipo, por ejemplo con técnicas de RCP –reanimación cardiopulmonar-- o aprendiendo a manejar el desfibrilador externo automático (DEA), que a esta altura debería estar en cualquier lugar donde se haga deporte o de concurrencia masiva. Es muy sencillo de manejar, no hace falta ser médico y se aprende a usarlo en media hora.
--Pese a todos los estudios preventivos, ¿hay un porcentaje de muertes súbitas que se puede escapar?
--Lo que tenemos que saber del apto médico es que, lamentablemente, en medicina nunca podemos tener el 100% de seguridad. Hay enfermedades genéticas eléctricas del corazón que a veces no aparecen, no se ponen de manifiesto y se nos escapan. Eso es lo que ocurre con los deportistas de élite que falle- cen, hecho que lleva a que la gente erróneamente piense que no habían sido sometidos a estudios.
--Una persona que fue reanimada en momentos de una muerte súbita, ¿puede continuar con una vida normal?
--Tiene posibilidades de sufrirla nuevamente, depende de la enfermedad que la haya llevado a eso. La muerte súbita se saca con el desfibrilador y después hay que tratar la enfermedad. A veces se trata de enfermedades pasajeras y se puede seguir con la vida habitual, otras ocurre que hay que restringir la actividad deportiva, ya que dependiendo la enfermedad hay que determinar qué deportes y con qué intensidad podrá seguir practicando.
--¿Cómo está la sociedad argentina en términos de concientización?
--Se ha progresado mucho en los últimos años pero todavía las condiciones no son las óptimas. El único factor de riesgo en el que se mejoró según encuestas nacionales de salud es el tabaquismo, ya que aumentaron el sedentarismo, la obesidad y el sobrepreso, mientras que el consumo de sal no bajó.
--¿Cuál es la importancia de reducir el consumo de bebidas gaseosas/azucaradas?
--De a poco, como siempre un poco más tarde que el resto, estamos imitando lo que ocurre internacionalmente. Los distintos Estados inti- maron a las empresas a que bajen los niveles de azúcar porque estaban generando muchas enfermedades y por ende un gran gasto público. Acá vamos lento, no puede ser que el menú infantil en nuestro país esté compuesto siempre por hamburguesas, milanesas y papas fritas. Vamos a mejorar pero solo en base a educación.
“Lo que tenemos que saber del apto médico es que, lamentablemente, en medicina nunca podemos tener el 100% de seguridad”, señaló el doctor Roberto Peidró.