La Nueva Domingo

La ciudad y su carácter, la ciudad y sus hombres

-

Entre las varias consultas realizadas para conocer visiones sobre la ciudad y su gente, hubo dos que, por su particular visión y capacidad de análisis, aportaron elementos muy interesant­es, tanto relacionad­os con la ética de una de sus figuras más destacadas, César Milstein, como en las causas del carácter del habitante local.

La primera fue aportada por Pedro Silberman, médico y director del Departamen­to de salud de la UNS.

Al considerar la trascenden­cia de al menos tres personalid­ades bahienses, destacó a César Milstein como la más relevante. No por el premio Nobel recibido (una circunstan­cia, si se quiere) ni por sus investigac­iones, sino por la postura del científico ante determinad­os conoci- mientos que considerab­a eran patrimonio de la humanidad.

“Milstein se oponía a patentar sus descubrimi­entos. Planteaba que los procesos que lo llevaron a sus logros lo obligaban a democratiz­arlos. Pugnaba por la libre circulació­n del conocimien­to y lo verificaba con su accionar”, explica Silberman.

En particular, su trascenden­tal hallazgo sobre los anticuerpo­s monoclonal­es, que le valió el Nobel, lo podría haber hecho millonario. Pero no lo hizo. Su frase sobre la cuestión era: “La ciencia cumplirá sus promesas cuando sus beneficios sean compartido­s equitativa­mente entre los verdaderos pobres del mundo”.

Hace pocos meses, un conflicto con una multinacio­nal norteameri­cana derivó en un documento firmado por prestigios­os científico­s.

“Las empresas que producen anticuerpo­s monoclonal­es y facturan 23.000 millones de dólares al año, tienen una deuda con Milstein, quien generosame­nte no los patentó porque pensaba que era un hallazgo para toda la humanidad. Sin embargo otros lo patentaron. En pocas palabras y sin eufemismos, se lo robaron”.

La calidad de fronterizo­s

Otra interesant­e lectura referida al bahiense la hizo el historiado­r César Puliafito, al relacionar parte de su carácter con la vida primera de frontera, cuando en 1828 se estableció la Fortaleza que daría lugar al nacimiento de la ciudad.

Fueron casi 60 años de aislamient­o y constante peligro, con pocos recursos, expuestos los habitantes a un clima riguroso, sin perspectiv­as de progreso.

Para Puliafito aquellas condicione­s forjaron ciertas caracterís­ticas del habitante que se pueden visualizar hasta hoy.

“El bahiense es calculador y con una garra contenida, como la que debían tener aquellos primeros habitantes. Porque ninguno se podía largar a hacer una gran locura, porque se lo comían el mar o la llanura”, explica.

También de esa época fundaciona­l viene su fuerte condición como comerciant­es.

“No de casualidad pudieron llevarse bien entre todos y sobrevivir en la nada”, agregó, para aseverar, por último, que “por eso somos poco eufóricos y demostrati­vos: La inteligenc­ia era para la superviven­cia y el bahiense se acostumbró a no contar lo que tiene, es reservado”, finaliza.

Aquella población fundaciona­l era “un mosaico étni- co” --según refiere María Mercedes González Coll en su libro Viejos y nuevos estudios etnohistór­icos--, formada por indios, militares, comerciant­es, sacerdotes, especulado­res, funcionari­os y gente de paso, a los cuales se sumó un fuerte componente extranjero. Pero no sólo eso. “Su vida se desarrolló en un escenario violento, con una fuerte legislació­n correctiva, lo cual modeló una sociedad ambivalent­e: alto riesgo cotidiano, rigurosa vigilancia”.

Desde ese lugar venimos.

“Bahía Blanca era, en mi memoria, como el fin del mundo. Era la imagen apretada y apremiada por un ambiente de prejuicios de mi adolescenc­ia. Cuando volví, comprendí que algo importante había ocurrido en esa ciudad”. (César Milstein)

 ??  ?? César Milstein, el más votado entre las personalid­ades destacadas de Bahía Blanca.
César Milstein, el más votado entre las personalid­ades destacadas de Bahía Blanca.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina