“Tenemos un problema con la gente de la cárcel”
Devoción. "Tenemos un problema con la gente de la cárcel (NdR: Unidad Penitenciaria Nº 4, de Saavedra). Son muy devotos de San La Muerte y tienen sus propias iglesias y sectas adentro”, dice Eugenio Favre. Doctrinas. Definió como secta a un grupo de gente con doctrinas que se apartan de las tradicionales, de carácter secreto para los que no pertenecen y que, por lo general, son destructivas para los seguidores. Diezmo. “Hay ciertos pastores que los podemos tomar como tales, porque dan charlas abiertas y te cobran el diezmo. Está en cada uno pagarlo; no hay una ecuación para sacarte plata”, asegura.
Bono. “Pero cuando no se sabe quiénes son los miembros, cuando hay que poner plata para avanzar en la religiosidad y te piden un bono mensual obligatorio —en la cárcel es un porcentaje de cigarrillos o tarjetas de teléfono— es algo que no se sabe a quién va ni quiénes son los miembros de la organización”, indica. Vida. Favre dice que existe un movimiento evangélico que trabaja muy bien y aparta, a los reclusos de la mala vida, a través de la religión.
Entrega. “¿Cómo filtrás aquellos cultos que ayudan respecto de aquellos otros que son ficticios? Hay quienes relatan que una de las cuotas de iniciación que tienen que pagar es entregar a una chica menor al pastor para que tenga relaciones sexuales para habilitarle el paso a la felicidad y así pueda resolverle los problemas”, asegura Favre (foto). Trabajo. También se usa el modo extorsivo para que quienes están afuera hagan el trabajo que pide el pastor o el grupo porque un primo, hermano o hijo, están en la cárcel. Es gente que viene de Buenos Aires y trae el culto y este modus operandi.