Un clásico de Audrey Hepburn, versión integral
“Historia de una monja” (1959) se exhibirá de manera completa por primera vez en nuestra ciudad.
Mañana en la UNS, Colón 80, se exhibirá “Historia de una monja” en su versión completa, de 149 minutos.
A modo de entrada se solicitará un alimento no perecedero.
Se trata de un clásico de Audrey Hepburn de 1959, en donde encara su primer rol dramático.
Hepburn encara a la joven Gabrielle van der Mal, quien se convierte en la hermana Luke al ingresar en un convento para empezar su noviciado. Pronto manifiesta su deseo de trabajar como enfermera en el Congo Belga (África) y le trasladan a una escuela de medicina tropical. Allí topará con la antipatía de la hermana Pauline, que se ve amenazada por la superioridad de Gabrielle.
Todo sucede durante los años 30, en el marco de la opresión de la Alemania nazi.
Luke se debate entre el compromiso con el rito ecle- siástico y su conciencia. La película es prácticamente inolvidable y realizada según los cánones del viejo Hollywood.
Por años el público recordó el expresivo rostro de Audrey Hepburn enmarcado por la toca de religiosa, sus grandes ojos oscuros y esa sonrisa melancólica que parecía ocultar una profunda tristeza.
Basado en el libro homónimo de Kathryn Hulme, este drama del director de “De aquí a la eternidad” narra una historia real.
De hecho, Audrey Hepburn se puso en contacto con la auténtica Gabrielle van der Mal, para que la ase- sorara sobre cómo interpretar a una monja.
Franz Waxman (compositor de la banda sonora de célebres largometrajes, como “El crepúsculo de los dioses” o “Un lugar en el sol”) contribuyó al conjunto con una partitura muy adecuada a la atmósfera de la historia.
El filme consiguió más premios en Europa que en Estados Unidos, puesto que de sus ocho candidaturas a los premios Óscar no consiguió ninguna estatuilla, mientras que en San Sebastián, por ejemplo, ganó la Concha de Oro y el premio Zulueta para Hepburn como mejor actriz.
Dirigida por el notable realizador nacido en Viena, Fred Zinnemann, el film destaca en su elenco a Audrey Hepburn y Peter Finch.
El estreno de esta superproducción de Warner Bros, se produjo en 1959, con escenarios europeos e interiores en Cinecittá (Roma).
Con el tiempo se supo que la Orden de los Dominicos asesoró las partes religiosas de la trama y que Audrey Hepburn aceptó este papel tras ser rechazado por Ingrid Bergman.
Según cuenta Donald Spoto en la biografía que escribió sobre la actriz, este trabajo la marcó profundamente para toda su vida, de tal manera que en sus últimos años estuvo trabajando activamente para la UNICEF ayudando a mejorar las condiciones de los niños más desfavorecidos.
En su momento obtuvo un gran éxito de crítica y público y llegó a ser el filme más taquillero de la historia de la Warner.