Es posible que el maestro que siempre buscaste esté durmiendo adentro tuyo
La vida, el miedo a la muerte, el ego, el poder del pensamiento... Claudio María Domínguez llega a la ciudad para ofrecer una charla: “La mejor versión de uno mismo”.
“El pensamiento es un aliado perfecto, es un instrumento de trabajo. Lo que uno piensa es la vida que va a tener. Por eso hay que educarlo”, dice Domínguez.
Claudio María Domínguez no se considera un maestro. Tan sólo cree que es un buen difusor de las ideas de grandes pensadores espirituales.
Hablamos de Buda, Krishnamurti, Yogananda, Sai Baba y tantos otros.
Si uno analiza los textos de muchos de ellos se da cuenta enseguida que a ninguno le gustaba que le digan maestro. Todos se corren del eje protagónico con la intención de que las luces caigan exclusivamente sobre las ideas.
Y cada uno puede utilizar esas ideas como herramientas para lograr trascender o iluminarse. También puede descartarlas, por supuesto.
Con la intención de ayudar llegará Claudio María Domínguez, el próximo 16 de septiembre, al Teatro Don Bosco. Allí ofrecerá una charla, desde las 17, llamada: "Cómo lograr la mejor versión de vos mismo".
La vida, el miedo a la muerte, el karma y muchos conceptos más será explicados con su dinámico estilo.
Nosotros aprovechamos la entrevista para hacerles algunas preguntas. Muchas de ellas necesitarían varias páginas para ser resueltas. Sin embargo, Domínguez accedió sin problemas.
Aquí van algunas pregun-
tas. La entrevista completa se puede encontrar en www. lanueva.com
--Los temores nos generan prejuicios. Los prejuicios nos condicionan en nuestra relación con los demás. ¿Cómo reconocer un miedo en una cultura que nos enseña a no tenerlo?
--Lo opuesto al amor es el miedo. El amor verdadero es expansión. Lo único que contrae y paraliza es el miedo. ¿De dónde viene? De la crianza, del sistema de creencias que nos colocaron en el cerebro desde que nacimos...
"El ego, por ejemplo, es un falso impostor que se hace pasar por vos. Está lleno de adhesión de rechazo, de culpa, de ira, de miedos... Fuimos criados con la idea de la culpa, de "por mi culpa...",
miedo a la vida, miedo a la muerte. El miedo nos contrae, nos impide honrar este asunto de estar en el planeta aquí y ahora, volando. --¿Y los prejuicios?
--Obviamente, nos condicionan. El miedo a lo que alguna vez me sucedió o me dijeron que me sucedería definitivamente vuelva a ocurrir.
"El pasado acumulado, el miedo al futuro, el gobierno anterior fue malo, este que pinta peor, si la pareja anterior me jodió para qué me voy a enamorar de nuevo...
"Siempre la mente funciona como un limpia parabrisas de un auto abajo de la lluvia, del pasado al futuro, sin detenerse en el único mo-
mento que yo puedo ser consciente de mi vida, que es aquí y ahora.
"El miedo pertenece siempre a una realidad futura. Todo aquello que temo que me suceda, en el único momento en que no me está sucediendo es aquí y ahora. Si freno mi mente y estoy aquí, controlo mi energía vital. A su vez, paso a ser un ser que deja la ignorancia e ingresa en el autoconocimiento". --¿Cómo reconocer que uno tiene miedo?
--La observación. Hay un ejercicio tibetano que dice que en el momento que empieza el miedo reconozco que todo mi sistema emocional y nervioso se altera. Se dice que 10 minutos de miedo o ira equivalen a unas 8 o 10 horas de inmunosupresión. Reconociéndolo, desplomo mi energía vital y lo debilito. Si no lo observo y me convierto en el testigo de lo que sucede, el miedo me debilita a mi. Mi personaje tiene miedo, mi ser no. Porque mi ser es pleno.