Comenzó la restauración de “El Molino”
Fue inaugurado en 1916, con partes inacabadas, y abandonado en 1997. En noviembre abrirá un salón.
Casi cuatro años después de votarse la expropiación del inmueble, que quedó en manos del Congreso nacional, comenzaron los trabajos de restauración en la emblemática Confitería del Molino, ubicada frente al Palacio Legislativo, con el objetivo de devolverle el esplendor que la caracterizó durante décadas hasta que fue abandonada en 1997.
Un equipo de arquitectos y restauradores que dependen de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino ingresó por primera vez al edificio el 27 de junio pasado y se pusieron en marcha tareas de desratización y limpieza de muros y carpinterías, como así también el relevamiento de faltantes y del estado de los materiales.
El edificio, de características art nouveau, con su fachada y torre icónica del barrio del Congreso, tiene una superficie enorme de 6.900 m2, entre la Confitería de la planta baja, el salón del pri- mer piso, los tres subsuelos y los departamentos ubicados en los pisos superiores.
Durante una visita al espacio que tuvo lugar esta semana, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, dijo en diálogo con la prensa que la puesta en valor de la Confitería del Molino es un "desafío", y reveló que ambas cámaras parlamentarias firmaron un convenio junto al Ministerio de Interior de la Nación y el Gobierno de la Ciudad "para reparar toda la estructura".
"Había algún temor de có- mo íbamos a encontrar el edificio. Se estipula que en La Noche de los Museos de noviembre próximo ya tengamos abierto el salón del Molino para exponer al público ese día", informó, aunque aclaró que la apertura de la confitería tendrá plazos mucho más largos.
Por su parte, Ricardo Angelucci, una de las cabezas del equipo de restauradores, destacó que "estructuralmente es un edificio impecable, noble y sano, que ha sido deteriorado por la falta de uso y por el saqueo de la broncería".
El experto señaló que todavía no existen plazos precisos de finalización de la obra ni el presupuesto total estimado.
Esta semana se iniciaron las tareas de desarme del andamio exterior que recubre la fachada y también se inició la restauración de los pisos de madera originales.
De acuerdo con la ley de expropiación 27.009 de 2014, en el primer rascacielos argentino que fuera levantado en 1913 por el arquitecto italiano Francisco Gianotti, deberá funcionar, además de la confitería, un museo y un centro cultural.
Fue inaugurada el 9 de julio de 1916 (con algunas partes aún inacabadas) y cerró sus puertas en 1997. El local donde funcionaba el negocio como el edificio de varios pisos que forma parte de la unidad están en constante proceso de deterioro. El conjunto arquitectónico fue declarado Monumento Histórico Nacional también en 1997.