El partidor del Napostá, un foco de contaminación que muchos ignoran
El partidor del Napostá sigue siendo utilizado como improvisado balneario mientras nadie se hace cargo de los peligros que encierra un cauce plagado de bacterias.
Con la llegada del verano, y en el afán de combatir el calor, mucha gente se acerca al partidor del Parque de Mayo, donde hacen caso omiso a la prohibición de bañarse pero parece que nadie hace nada para evitarlo.
Apenas un cartel en el sector advierte sobre la presencia de aguas contaminadas y vedado el acceso, pero desde hace varios días se puede observar a familias enteras disfrutar de un pasatiempo peligroso.
Y es riesgoso por varias razones. Además del muy probable grado de contaminación de ese curso de agua (las últimas mediciones datan de 2016), el hecho de que no haya guardavidas y que el piso sea resbaladizo por la presencia de algas se suman a las situaciones que obligan a tomar precauciones.
“¿Sabés porque vengo acá? Yo tengo tres hijos. Si vamos al Maldonado, que es el más barato, tengo 5 boletos de colectivos para venir al centro y otros cinco para ir hasta el balneario. A eso tengo que sumarle las entradas. Se me van como 300 pesos por día que no tengo. No me queda otra que buscar estas alternativas”, dijo Hugo, de 35 años.
El arroyo Napostá, nace en Sierra de la Ventana, a 120 kilómetros de la ciudad. Su curso comienza a percibirse en la Carrindanga, recorre el parque y en el partidor se divide en dos: hacia su desembocadura en la bahía por el canal Maldonado y hacia el Paseo de las Esculturas (en la intersección de Urquiza y Casanova comienza el entubado que finaliza en la Terminal de Omnibus San Francisco de Asís).
Precisamente, en el sector del partidor se forma un pile- tón entre las vías y el club de Club de Golf Palihue, que por su profundidad muchos utilizan para bañarse. Otros, generalmente jovenes, utilizan el desnivel por debajo del paso del tren como divertimento para patinar o deslizarse.
“Dicen que es riesgoso bañarse acá. Yo vengo bastante seguido y nunca me pasó nada. Una sola vez me corté con un vidrio de una botella rota”, señaló Brian, de 23 años.
Estudios publicados en 2016 por el Comité Técnico Ejecutivo (CTE) del Municipio en el marco del Programa Integral de Monitoreo (PIM) determinaron las mansas aguas del arroyo Napostá se encuentran peligrosamente afectadas.
Las colonias de Salmonella y Escherichia coli superan los parámetros que establece la Autoridad del Agua.
“Vengo casi todos los años y sólo una vez me agarró descompostura. Pero ese día le erré yo porque el agua no corría. Si el agua corre, me parece que no hay problema”, manifestó Jonatan, de 25 años.
El problema no empieza en nuestra ciudad. Estudios de años anteriores determinaron que los primeros indicios de contaminación provienen de campos y chacras que se encuentran fuera de Bahía por las heces de animales.
Una resolución de la Autoridad del Agua establece que para arroyos con fines recreativos como el Napostá, los coliformes fecales no deberían sobrepasar los 126 UFC (Unidades Formadoras de Colonias) cada 100 milímetros de agua.
Las muestras recolectadas por el CTE en la desembocadura del Napostá van desde los 1.500 UFC cada 100 milímetros de agua a las 9.600 colonias, lo que supera con creces los límites establecidos.
Aunque aclaró que no realizan controles bromatólogicos por no ser un sitio habilitado, Mario Jouglard, del Departamento de Bromatología del municipio, advirtió los riesgos que se corren.
“Obviamente que la recomendación es no bañarse, porque no es un lugar habilitado para hacerlo. Y se corren serios riesgos de salud, en caso de que el agua contenga alguna bacteria”, señaló.
Desde Saneamiento Ambiental, Adriana Chanampa esgrimió que no tiene jurisdicción en ese sitio, pese a que hasta hace no mucho había un cartel de prohibición con la firma de ese departamento.
Las infecciones
Si se considera el último estudio conocido del estado del agua, es fácil deducir que se pueden generar problemas gastrointestinales y en la piel, entre las más comunes.
“Como medida preventiva general, la gente no debería bañarse en aguas no aptas o permitidas, y el riesgo aumenta aún más en niños pequeños, que pueden tragar el agua”, señaló Laura Spadaro, infectóloga del Hospital Municipal.
Las infecciones humanas aparecen por contacto directo con orina o tejidos de animales infectados, o bien de forma indirecta, por contacto con agua o tierra contaminadas. Los principales síntomas en la mayoría de los casos son fiebre, cefalea, dolores musculares, articulares y óseos, ictericia, insuficiencia renal, hemorragias y afectación de las meninges.
“La gastroenteritis es más grave en menores de dos años y en ancianos porque hacen cuadros más severos y se deshidratan con mayor facilidad”, explicó la doctora.
A su vez, también existe la posibilidad de que las personas se contagien de leptospirosis, por la presencia de roedores en el entorno.
Otra infección que las personas en contacto con agua contaminada es la dermatitis por cercarias.
“Se trata de un parásito presente en aves y mamíferos que las personas pueden contraer si estos animales defecan en el agua. Se manifiesta en forma de un brote rojizo en la piel que ocasiona intensa picazón”.