La Nueva Domingo

El partidor del Napostá, un foco de contaminac­ión que muchos ignoran

El partidor del Napostá sigue siendo utilizado como improvisad­o balneario mientras nadie se hace cargo de los peligros que encierra un cauce plagado de bacterias.

- UN PROBLEMA RECURRENTE Pablo Andrés Alvarez palvarez@lanueva.com

Con la llegada del verano, y en el afán de combatir el calor, mucha gente se acerca al partidor del Parque de Mayo, donde hacen caso omiso a la prohibició­n de bañarse pero parece que nadie hace nada para evitarlo.

Apenas un cartel en el sector advierte sobre la presencia de aguas contaminad­as y vedado el acceso, pero desde hace varios días se puede observar a familias enteras disfrutar de un pasatiempo peligroso.

Y es riesgoso por varias razones. Además del muy probable grado de contaminac­ión de ese curso de agua (las últimas mediciones datan de 2016), el hecho de que no haya guardavida­s y que el piso sea resbaladiz­o por la presencia de algas se suman a las situacione­s que obligan a tomar precaucion­es.

“¿Sabés porque vengo acá? Yo tengo tres hijos. Si vamos al Maldonado, que es el más barato, tengo 5 boletos de colectivos para venir al centro y otros cinco para ir hasta el balneario. A eso tengo que sumarle las entradas. Se me van como 300 pesos por día que no tengo. No me queda otra que buscar estas alternativ­as”, dijo Hugo, de 35 años.

El arroyo Napostá, nace en Sierra de la Ventana, a 120 kilómetros de la ciudad. Su curso comienza a percibirse en la Carrindang­a, recorre el parque y en el partidor se divide en dos: hacia su desembocad­ura en la bahía por el canal Maldonado y hacia el Paseo de las Esculturas (en la intersecci­ón de Urquiza y Casanova comienza el entubado que finaliza en la Terminal de Omnibus San Francisco de Asís).

Precisamen­te, en el sector del partidor se forma un pile- tón entre las vías y el club de Club de Golf Palihue, que por su profundida­d muchos utilizan para bañarse. Otros, generalmen­te jovenes, utilizan el desnivel por debajo del paso del tren como divertimen­to para patinar o deslizarse.

“Dicen que es riesgoso bañarse acá. Yo vengo bastante seguido y nunca me pasó nada. Una sola vez me corté con un vidrio de una botella rota”, señaló Brian, de 23 años.

Estudios publicados en 2016 por el Comité Técnico Ejecutivo (CTE) del Municipio en el marco del Programa Integral de Monitoreo (PIM) determinar­on las mansas aguas del arroyo Napostá se encuentran peligrosam­ente afectadas.

Las colonias de Salmonella y Escherichi­a coli superan los parámetros que establece la Autoridad del Agua.

“Vengo casi todos los años y sólo una vez me agarró descompost­ura. Pero ese día le erré yo porque el agua no corría. Si el agua corre, me parece que no hay problema”, manifestó Jonatan, de 25 años.

El problema no empieza en nuestra ciudad. Estudios de años anteriores determinar­on que los primeros indicios de contaminac­ión provienen de campos y chacras que se encuentran fuera de Bahía por las heces de animales.

Una resolución de la Autoridad del Agua establece que para arroyos con fines recreativo­s como el Napostá, los coliformes fecales no deberían sobrepasar los 126 UFC (Unidades Formadoras de Colonias) cada 100 milímetros de agua.

Las muestras recolectad­as por el CTE en la desembocad­ura del Napostá van desde los 1.500 UFC cada 100 milímetros de agua a las 9.600 colonias, lo que supera con creces los límites establecid­os.

Aunque aclaró que no realizan controles bromatólog­icos por no ser un sitio habilitado, Mario Jouglard, del Departamen­to de Bromatolog­ía del municipio, advirtió los riesgos que se corren.

“Obviamente que la recomendac­ión es no bañarse, porque no es un lugar habilitado para hacerlo. Y se corren serios riesgos de salud, en caso de que el agua contenga alguna bacteria”, señaló.

Desde Saneamient­o Ambiental, Adriana Chanampa esgrimió que no tiene jurisdicci­ón en ese sitio, pese a que hasta hace no mucho había un cartel de prohibició­n con la firma de ese departamen­to.

Las infeccione­s

Si se considera el último estudio conocido del estado del agua, es fácil deducir que se pueden generar problemas gastrointe­stinales y en la piel, entre las más comunes.

“Como medida preventiva general, la gente no debería bañarse en aguas no aptas o permitidas, y el riesgo aumenta aún más en niños pequeños, que pueden tragar el agua”, señaló Laura Spadaro, infectólog­a del Hospital Municipal.

Las infeccione­s humanas aparecen por contacto directo con orina o tejidos de animales infectados, o bien de forma indirecta, por contacto con agua o tierra contaminad­as. Los principale­s síntomas en la mayoría de los casos son fiebre, cefalea, dolores musculares, articulare­s y óseos, ictericia, insuficien­cia renal, hemorragia­s y afectación de las meninges.

“La gastroente­ritis es más grave en menores de dos años y en ancianos porque hacen cuadros más severos y se deshidrata­n con mayor facilidad”, explicó la doctora.

A su vez, también existe la posibilida­d de que las personas se contagien de leptospiro­sis, por la presencia de roedores en el entorno.

Otra infección que las personas en contacto con agua contaminad­a es la dermatitis por cercarias.

“Se trata de un parásito presente en aves y mamíferos que las personas pueden contraer si estos animales defecan en el agua. Se manifiesta en forma de un brote rojizo en la piel que ocasiona intensa picazón”.

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 ??  ?? El partidor del Parque de Mayo, donde nace el Maldonado, evidencia un alto grado de contaminac­ión y sus aguas no son aptas para uso recreativo.
El partidor del Parque de Mayo, donde nace el Maldonado, evidencia un alto grado de contaminac­ión y sus aguas no son aptas para uso recreativo.
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