Una separación que no llega
La recolección de los residuos urbanos sigue sin contar con un proyecto que ordene y le dé pautas a una necesidad impostergable.
semanas, los meses, los años y la política municipal de establecer la separación en origen de los residuos que genera cada hogar parece no tener la fuerza como para poner en marcha un esquema que, a esta altura, debiera ser habitual y común en nuestra ciudad.
de ser una iniciativa planteada por primera vez hace casi una década, que ha tenido campañas de formación y concientización, que se han hecho folletos e imanes, que se ha contado con la colaboración de varias instituciones para visitar a los vecinos, todo está en punto cero.
es simple: destinar un día a la semana -como mínimo- a que los vecinos saquen los residuos secos: papel, cartón, plásticos, latas, vidrio. No comida, nada que tenga que ver con los denominados residuos orgánicos. No es una tarea compleja de interpretar y, mucho menos, de llevar a la práctica con un mínimo de predisposición.
hay un convencimiento desde el municipio de que pareciera que se trata de una consigna tan complicada que no se puede sino realizar con paciencia, con cursos de formación, con campañas de divulgación, con cursos y otras prácticas que, además, no termina de concretar.
que recién este mes se puso en marcha la separación en origen en los barrios Palihue, Altos del Palihue y La Falda. Con un buen resultado, según señalaron desde la subsecretaría de Gestión Ambiental, con más de 9 mil kilos de material debidamente separado el día de semana indicado.
no ha corrido igual suerte verificar esa conducta en Ingeniero White, donde se puso en marcha a comienzos de este año y finalmente se ha dejado de recolectar seco porque la gente no los separaba de la manera adecuada, con lo cual lo que llegaba a las plantas de tratamiento se debía derivar al relleno sanitario.
Cerri, el lugar donde comenzó esta historia, tampoco realiza más separación. Una consecuencia de estas conductas es que la ecoplanta de Cerri, que ha sido reequipada y modernizada, opera a menos del 10 por ciento de su capacidad. No recibe material para reciclar.
ser demasiado complicado que la población entienda que un día a la semana debe sacar residuos secos.
esté subestimando al vecino y pensando en acciones que exceden una consigna que simplemente debe echarse a rodar.