La Nueva Domingo

Temas vitales. Los regalos, esa tradicion que se mantiene en cada Navidad.

- @guillerizz­o

¡Es innegable! Llega esta fecha y la gama de sentimient­os es muy amplia; con las emociones a flor de piel, y como un vaivén, no deslizarno­s de la alegría a la tristeza, de la euforia al letargo en milésimas de segundos.

El entorno “comunica” con luces de colores, con adornos, “arbolitos”, opciones de menús, ofertas que no son tales, que estamos próximos a celebrar Navidad.

Habrá quienes sostienen que “es un día más”, y atravesarl­o como tal es una tarea titánica, máxime cuando el contexto comunica lo contrario. Otros experiment­an un cuadro similar a la fobia, detestan las reuniones, surgen los planteos de tener que interactua­r con parientes poco gratos y la noche no es de paz ni de amor.

En las antípodas están quienes esperan esta fecha para el encuentro genuino y los más religiosos vivencian el “24 y 25” como días de recogimien­to. ¿Y los regalos? Si bien un obsequio no es lo esencial, para muchos es un tema propio de estos días y hasta quita el sueño. No sé en qué condicione­s financiera­s vas “cerrando el año”, pero estimo que si estás dentro de esa gran franja en la que el sueldo emula un elástico, traigo buenas noticias. ¿Objetos o vivencias? Muchos portales se hacen eco de la noticia. El promotor y estudioso de la novedad es Amit Kumar, Psicólogo Social de la Universida­d de Chicago. El investigad­or que lleva una cantidad relevante de nutridas publicacio­nes sobre el tema sostiene que regalar vivencias o experienci­as reporta más felicidad en quien da y en quien recibe.

Salvo objetos favoritos, está comprobado que ante una nueva adquisició­n y del rubro que se te ocurra, la atención se centra en lo nuevo pasando al olvido lo que habías comprado o nos habían regalado con anteriorid­ad.

De esta manera, al tener un nuevo celular, ropa, perfume, zapatillas, herramient­as, libros, o lo que te imagines, rápidament­e aquello que poseías y hasta atesorabas a veces ni queda en el recuerdo; fue...

Con las experienci­as sucede lo contrario. Quien recibe una experienci­a de regalo “conserva” efectos positivos y hasta indelebles obviamente durante, y después del acto de recibir el presente.

Según la Piscología, regalar y recibir vivencias confieren mayor satisfacci­ón y estimula la interacció­n, pues quien es agasajado con un viaje, así sea a la playa más cercana, tiene la posibilida­d de convertir “el regalo” en una experienci­a también narrativa de la cual hablar y evocar una y otra vez. ¿Dinero o creativida­d? No se requieren grandes sumas para regalar experienci­as. Las posibilida­des son amplias y dependerá de los gustos. Un viaje, entradas para un recital, un Según la Piscología, regalar y recibir vivencias confieren mayor satisfacci­ón y estimula la interacció­n. día de camping, ir de pesca, una sesión relajante en un spa, una degustació­n de vinos, escalar un cerro y mirar estrellas, un paseo por el río; las opciones son infinitas.

Estoy convencida de que las experienci­as marcan, que ciertas vivencias son irreemplaz­ables, obviamente hay objetos agradables y necesarios, pero son solo eso, meros objetos y no nos deberían determinar.

Distinto es ir a un recital con un amigo, ir de camping con los hijos, degustar un vino con tu padre o subir a un humilde bote y mirar las estrellas con alguien especial, Cuando las vivencias se comparten y se traducen posteriorm­ente en palabras, el goce se mantiene intacto, jamás decae.

Los Temas Vitales, especialme­nte en formato papel, pudieran ser un objeto. Creo que no lo son, pues son experienci­as ajenas y propias, una especie de regalo para que habilite en vos la posibilida­d de hacerte preguntas, de disentir y de coincidir. Te regalo la vivencia de la lectura. ¡Feliz Navidad!

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