La Nueva Domingo

Estación Noroeste

- CON LAS FORMAS DEL AYER por Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Hace 77 años, en enero de 1962, fueron cancelados los trenes generales que partían desde la Estación Noroeste, de calle Roca y Sixto Laspiur.

Por su aspecto, la estación parecía una obra menor, revestida en chapa, con interiores pequeños y sin una playa de acceso importante.

Pero el edificio era la parada en la ciudad del poderoso Ferrocarri­l Buenos Aires al Pacífico, seccional Bahía Blanca al Noroeste, “El gran coloso”, propietari­o del Mercado Victoria, concesiona­rio del servicio eléctrico de la ciudad, del servicio de tranvías eléctricos y de la fábrica de gas de Villa Rosas.

Durante seis décadas la Estación fue punto de encuentro de cientos de bahienses que hacían uso de una línea férrea inaugurada en 1891, con la habili- tación de 175 kilómetros hasta Bernasconi.

En 1904, la empresa inglesa Buenos Aires al Pacífico adquirió el Noroeste.

En varias oportunida­des la empresa anunció la demolición de la precaria estación para dar lugar a un complejo acorde a su importanci­a, obra que nunca materializ­ó, pese a que ejecutó emprendimi­entos edilicios de magnitud como la usina de Loma Paraguaya o los silos ladrillero­s de Puerto Galván. La empresa del Pacífico fue absorbida por el Ferrocarri­l del Sud en 1925.

En 1947, la nacionaliz­ación de los ferrocarri­les y el desarrollo del transporte automotor modificaro­n la historia. Fue así como, en 1962, la Dirección del rebautizad­o Ferrocarri­l General Roca decidió suspender el servicio de pasajeros que partía desde la estación.

Desactivad­a, la Estación ha sobrevivid­o al paso del tiempo.

Ha tenido distintos usos precarios y ha corrido mejor suerte que otros bienes ferroviari­os.

Espera, sin embargo, una atención mayor, acorde a su valor histórico, arquitectó­nico y cultural.

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