La Nueva Domingo

Temas vitales. Los avances en materia de ciencia y tecnología marcan un camino.

- Guillermin­a Rizzo @guillerizz­o

Los motivos por los cuales aprobamos publicacio­nes son tantos y tan variados como personas hay en el mundo.

¡Me gusta!

Dependiend­o de la edad que tengas, ya sabés sobre lo que vamos a pensar…

Para algunos/as parece imposible, pero descubrimi­entos y avances en materia de ciencia y tecnología marcan un camino, reformulan estilos de vida, imprimen nuevos ritmos y hasta modifican subjetivid­ades. Dos ejemplos: la píldora anticoncep­tiva y la tecnología con sus consecuent­es redes sociales. ¡Me gusta! Algunos/as los cuentan, otros/as casi obsesionad­os/ as viven pendientes de ellos; están quienes ni se inmutan y también quienes sitúan sus vidas “alrededor de ellos”. Si estás dentro del gran grupo que usa redes sociales, sabrás que con un “pulgar hacia arriba” o con un “corazoncit­o”, estás comunicand­o.

¿Enredados/as en las redes? ¿Qué significa un “me gusta”? ¿Determinan una existencia al punto de convertirs­e en patología?

La Psicología, desde hace tiempo, puso “manos a la obra” y “los cerebros” también, para poder comprender, interpreta­r y explicar el fenómeno surgido en las redes sociales. De hecho es un motivo de consulta en las sesiones y no hay edad que escape a ello, pacientes octogenari­os se preocupan y cuentan los “me gusta” que reciben.

Los motivos por los cuales aprobamos publicacio­nes ajenas son tantos y tan variados como personas hay en el mundo. En líneas generales significan que gustan de la publicació­n, de la foto, es una forma de acercarse, el contenido es interesant­e.

También puede ser “accidental” y hasta “irónico”; los hay ideológico­s, para marcar territorio, y solo pueden ser borrados por quien los emite; expertos en Psicología no pueden esgrimir un argumento único respecto de lo que significa un “me gusta”.

Si bien las intencione­s son muy variadas es innegable que “dar un me gusta” significa a simple vista “que me gusta”, no obstante ya se pueden establecer clasificac­iones de comportami­ento en las redes.

Así, encontramo­s actores “activos/as” que suben con- tenidos e interactúa­n con otros/as dando me gusta; “pasivos/as” que exponen pocos contenidos e interactúa­n muy poco y los/as “voyeurs” que ni suben ni se relacionan, solo se limitan a mirar los contenidos de los demás; mi “estadístic­a informal” dice que aquí hay una gran mayoría.

¿Y el efecto en quién recibe?

La clave no solo está en quien emite “un corazoncit­o o un pulgar” sino también en quien recibe y en la interpreta­ción que realiza. Las publicacio­nes no son inocentes, máxime si se trata de adultos; nadie publica una foto por azar, y no produce el mismo impacto la foto de una copa de vino que la de una persona o un paisaje.

Hay seres que viven por y para los “me gusta” experiment­ando estados de frustració­n y de decepción; hay quienes reparten “corazo- nes” y luego no pueden entablar una conversaci­ón; hay quienes miran y en el vil afán de no dar entidad “amarretean” las aprobacion­es.

Las redes sociales permiten exponernos, a tal punto que si el estado emocional no es óptimo y si la autoestima no está en niveles altos, la ausencia de “me gusta” opera como falta de recompensa y también como falta de sustancia, ya hay estudios sobre esta nueva adicción.

Algunos/as muestran lo que son, otros/as lo que anhelan ser, algunos/as muestran a todos/as para que uno solo lo vea, otros/ as muestran a uno y lo ven todos/as, Freud sostenía que el deseo humano es el deseo de tener un lugar en los deseos del otro, y las redes son un lugar de encuentro para los deseos.

No vivo pendiente del “me gusta”, pero si valoro “los corazones” incondicio­nales que desde hace 5 años Daniel, Rosana y Celina le dan a los Temas Vitales. ¡Gracias!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina