El valor de la RSE en los tiempos de crisis que se viven
Aquí se verá la calidad ligada a la convicción de un trabajo y de un compromiso duradero y sostenible en las empresas.
Una vieja canción decía algo así como “… Dicen que la distancia es como el viento, apaga los fuegos débiles y enciende los grande”. Otro dicho popular afirma: “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana”.
Transcribiendo esto a nuestro tema, estamos en un momento particular de prueba, en el que dependiendo de los resultados, tal vez alguien podrá decir: “Dicen que la retracción de la economía es como el viento; apaga el fueguito de una RSE débil, y agranda y destaca el fuego de una verdadera y profunda RSE”.
Si esto ocurre, otros ade- más podrán agregar: “Cuando una mínima brisa de retracción económica entra pasa por la puerta de las empresas, sus convicciones en materia de RSE y Sustentabilidad escapan por las ventanas”.
En momentos en que muchas cosas se ponen a prueba con la reducción de la actividad económica, parece indispensable centrar el foco en observar atentamente cuál será el comportamiento de las empresas y de la sociedad en general frente a todo el avance logrado en los últimos años en materia de comprensión y adopción de conductas de Responsabilidad Social y Sustentabilidad.
La crisis también pondrá a prueba a las propias organizaciones promotoras de la RSE, ya que aquí se verá la calidad ligada a la convicción de un trabajo y de un compromiso duradero y sostenible.
Por eso nos remitimos a la idea del fuego, que sirve para poner a prueba la calidad y la consistencia de un material o de un conjunto de convicciones.
En eso, la reducción de la actividad económica plantea un enorme -a la par que interesantedesafío.
¿Será la Responsabilidad Social algo que realmente penetró en el ADN de las empresas argentinas, o solo habrá sido un simpático barniz para dar brillo a una intrínseca opacidad en tiempos de bonanza?
He aquí el dilema. Si ocurrió lo primero, veremos que la RSE lucirá aún más vital y sobre todo más creíble, para una sociedad que necesita recuperar modelos institucionales; entre los cuales la empresa no es un pilar menor. Si por el contrario, el compromiso con la RSE se reduce, se contrae, se resume o desaparece, quedará una triste señal para una sociedad que necesita y necesitará creer.
Así, la RSE quedará como un adorno para lucir en épocas de fiesta y bonanza; un conjunto de valores que deben abandonarse ante la primer dificultad. Luego, será mucho más difícil retomar el tema, y mucho más aún, hacerlo creíble a una sociedad que fue testigo de la huida.
Todos debemos estar atentos, mientras entramos en el tiempo de la prueba; ella ha de verificar la calidad por la vía de los resultados que deje a su paso.
La crisis pondrá a prueba a las propias organizaciones promotoras de la Responsabilidad Social Empresaria y se podrá determinar si penetró en el ADN de las empresas.