La Nueva Domingo

Un espacio para Defensa y Justicia

De la mano de Sebastián Becacece, que fue ayudante diez años de Jorge Sampaoli, el equipo pelea por la punta de la Superliga.

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EN MEDIO de un fútbol hiperprofe­sionalizad­o, donde los equipos cambian de planteles cada año, donde se hace difícil encontrar partidos interesant­es, el equipo de Defensa y Justicia --de Florencio Varela-se ha convertido en la revelación de la Superliga Argentina.

QUIZÁ NO sea el equipo que más necesitan los medios para vender. Lejos Boca Juniors o River Plate de la pelea por el campeonato, queda Racing Club como posible aspirante al título, al cual se hace necesario a veces detectar algunas diferencia­s entre el técnico y los jugadores para generar más prensa.

DEFENSA Y Justicia ha realizado una campaña excepciona­l, en la que conforma su quinta temporada en la categoría máxima del fútbol. Es la irrupción de un equipo que ni siquiera se puede considerar entre los chicos, así denominado Estudiante­s de La Plata, Chacarita o Quilmes cuando ganaron sus torneos en primera.

PERO ES interesant­e la historia de Defensa y Justicia, nombre singular si los hay en un país donde son palabras en constante cuestionam­iento, club barrial fundado en 1935 con fines exclusivam­ente sociales, para organzar bailes y otros menesteres similares.

RECIÉN EN 1977 la entidad tomó la decisión de participar en el fútbol, para lo cual inició los trámites para ingresar en la D metropolit­ana, la categoría más baja del fútbol profesiona­l.

TUVO QUE esperar hasta 1982 para ser parte de esa categoría. Su nombre, acaso por lo particular, pronto se instaló en la memoria de todos.

NO SE sabía bien en que categoría jugaba, pero se lo escuchaba. En 1985, el club ascendió a la C, ese mismo año a la B y en 1986 a la B Nacional. Tres ascensos en un año.

EN LA B Nacional tuvo ciclos muy buenos, cerca del ascenso, y otros malos, a punto de descender en más de una ocasión, a veces salvado con resultados milagrosos. En 2014 llegó a primera. Y se mantuvo. Con lo difícil que es sostener los promedios.

DE LA mano de Sebastián Becacece, un técnico que nunca jugó al fútbol profesiona­l y que fue ayudante diez años de Jorge Sampaoli, está peleando el campeonato.

EN UN país exitista es posible que, si no llega a ganar, la copa su historia se diluya. Pero sin dudas el equipo al que algunos llaman “La Cenicienta” tiene mucho para contar desde lo institucio­nal.

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