Condenado a prisión por un violento asalto en una estación de servicio
El Tribunal en lo Criminal Nº 3 le impuso una pena de cuatro años y seis meses de cárcel a Fabián Alejandro Díaz. Durante el robo le gatilló dos veces el arma en la cabeza a la víctima sin que salieran los disparos.
El 12 de marzo de 2015 un delincuente asaltó al playero de una estación de servicio de Villa Mitre, a quien en medio de un forcejeo le gatilló dos veces el arma en la cabeza sin que salieran los disparos, para finalmente apoderarse de unos 400 pesos de la recaudación.
Tiempo después el ladrón regresó al comercio y la víctima, que lo había reconocido por ser cliente del lugar, alertó a sus compañeros y pudieron retenerlo hasta la llegada de la policía.
En las últimas horas, el Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado por los jueces Eduardo d`Empaire, Daniela Fabiana Castaño y Eugenio Casas, sentenció a Fabián Alejandro Díaz a la pena de cuatro años y medio de cárcel por el delito de robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no fue acreditada.
Para los magistrados quedó probada la participación del procesado en el atraco ocurrido esa madrugada, minutos antes de las 5, en el local ubicado en Falucho y Maipú, denominado “Mosconi”.
Carlos Rodríguez describió que estaba anotando los números de los surtidores cuando un hombre, vestido con bermudas y buzo con capucha, lo amenazó con un revólver.
Dijo que salió corriendo y se refugió en una de las dependencias de la estación, pero que el delincuente pateó la puerta y rompió un vidrio. El hombre comentó que se abalanzó contra el individuo y comenzaron a forcejear.
Agregó que al ladrón se le bajó la capucha y pudo identificarlo, ya que solía concurrir a comprar la garrafa social y cigarrillos.
Rodríguez indicó que el sujeto tomó la billetera con la recaudación y que le gatilló en dos oportunidades sin que salieran los tiros.
No dudó
El hombre señaló que algunos meses después del asalto el ladrón regresó a la estación y lo reconoció de inmediato, por lo que junto a sus compañeros lo retuvieron y dieron aviso a la policía.
Explicó que lo conocía porque “era cliente de la estación desde hacía años” y que “lo manoteó” de un brazo para tenerlo inmovilizado hasta que llegaran los efectivos de la seccional Cuarta, que se encuentra a pocos metros del lugar.
Sus compañeros de trabajo también describieron lo sucedido y mencionaron que Rodríguez “estaba muy mal” tras el robo.
Los jueces sostuvieron que la intervención de Díaz en el atraco se encuentra probada “a partir de las manifestaciones del damnificado, respecto de las cuales no existe elemento alguno que permita dudar sobre su credibilidad, relato que es corroborado por las referencias de los empleados de la estación y el personal policial”.
Al momento de establecer la pena, el Tribunal valoró como agravantes la nocturnidad y el hecho de haber gatillado en dos oportunidades, ya que “resultó un amedrentamiento que excedió la mera exhibición del arma como modo de lograr la consumación de la sustracción, provocando un sufrimiento innecesario para la finalidad de la conducta, que por cierto afectó a Rodríguez”.
Finalmente, también tomaron en cuenta que al momento del robo la víctima era el único empleado que se encontraba en en local, lo que para los jueces “importaba una mayor debilidad de respuesta que el autor podía esperar”.